En la empresa maquiladora Smith Medical de Tijuana una mujer comenzó a sentirse enferma en los primeros días de mayo. Pidió ir a cuarentena a su “líder” de línea de producción. Ella volvió a trabajar, no le dieron días de descanso.
Estaba contagiada de Covid 19. Contagió a toda su familia: solo sobrevivió su esposo Juan “N” que exige una disculpa a la empresa Smith Medical. Dicha empresa produce respiradores. Cada vez más cotizados por los gobiernos, la firma se negó a vender al gobierno de Baja California y causó indignación en los medios locales. Hoy, 20 de mayo, la empresa está produciendo.
En Baja California, de los más de 500 muertos por coronavirus, más de 400 eran obreros de la industria maquiladora (“Suman 519 muertos por Covid-19 en BC; 432 eran empleados de maquilas”, La Jornada). En la empresa Clover Wireless hubo un brote comunitario: 6 obreros murieron. Los trabajadores decidieron protestar y la empresa se clausuró el 24 de abril pero volvieron al trabajo el 4 de mayo.
En Ciudad Juárez al menos, sugieren sindicalistas independientes, hay 104 obreros muertos (“Han muerto en Ciudad Juárez 104 obreros de maquiladoras”, La Jornada). Uno de esos casos es el de Ramón García que laboraba en la empresa Wistron. Según El País (“Los muertos de Juárez: el coronavirus se ceba con las maquilas”), el trabajador pidió cuarentena pues se sentía mal, “le dieron unas pastillas para volver al trabajo de la línea”. Murió.
En Regal y Lear también hubo brotes comunitarios y muertos. En esta última murieron 6 “en el Hospital Regional número 66 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS); además, otros pacientes con cuadros respiratorios y síntomas similares al coronavirus se recuperan en casa.”
Sumados tan solo los 400 maquiladores muertos de Baja California y los 100 obreros de Juárez tenemos un resultado terrible. Poco más del 10% de los muertos por coronavirus son obreros maquiladores. Y eso que es posible que haya cifras de trabajadores muertos que no estén registradas.
Ensamblando coronavirus
Este lunes 18 de mayo entró en vigor el “regreso a la normalidad” del Consejo Nacional de Salubridad compuesto por el presidente Andrés Manuel López Obrador y la Secretaría de Salud en voz del epidemiólogo Hugo López Gatell, en el que se da luz verde para que las empresas maquiladoras y automotrices puedan producir en la legalidad. Esta decisión es, ni más ni menos, una subordinación a la política de Donald Trump.
Como hemos denunciado en Izquierda Diario México, las empresas obligan a sus trabajadores a volver a la línea de producción. Un aproximado de 20 % de maquilas en Tijuana, Reynosa, Mexicali, Ciudad Juárez y Matamoros pararon labores por algunos días por falta de insumos y algunas por escándalos de contagios y brotes comunitarios. Los obreros conocen las historias de muerte. Van día a día al trabajo, con miradas de miedo, corriendo.
Las empresas no cuidan las vidas de los obreros. Realmente les hacen trabajar sin ninguna seguridad: sin agua en los baños, jabón, gel antibacterial. No hay sana distancia entre las líneas de producción.
Las empresas que pararon labores fueron aquellas en donde hubo paros y protestas. En centros de trabajo de toda la zona fronteriza, una verdadera chispa de indignación maquiladora impulsó paros laborales bajo la consigna “queremos vivir”.
Pero las empresas volvieron a labores en completa clandestinidad, violando el primer acuerdo de la “Jornada Nacional de Sana Distancia” que perdió valor el 18 de mayo. En lugares como Mexicali hubo paros laborales en más de 40 empresas, pero volvieron a producir en 3 días luego de obligar a sus empleados a seguir trabajando.
Desde el Movimiento de las y los Trabajadores Socialistas exigimos que se detengan labores en la industria maquiladora y automotriz, así como en toda la industria no esencial, exigimos que se paguen salarios al 100% con licencia para el confinamiento para los maquiladores y automotrices así como la prohibición de los despidos que se están desarrollando bajo pretexto del coronavirus. A la par, exigimos la realización de tests o pruebas de detección masivas antes de cualquier reanudación de labores, como una medida elemental para conocer la dinámica del covid-19 en la región y tomar las medidas sanitarias correspondientes.
Toda empresa que viole las medidas que planteamos antes, debe ser expropiada bajo control obrero, sin indemnización, y debe discutirse en asambleas obreras la posible reconversión industrial para la producción de insumos médicos para enfrentar la pandemia de coronavirus.
Te invitamos a formar parte de un movimiento nacional contra la precarización y los despidos para denunciar nuestra situación, denunciar a las empresas que no detienen la producción no esencial, si hay reducción a nuestros salarios o si hay brotes de contagio.
Hay que alzar nuestra voz: envíanos un WhatsApp al 5570704442 |