El programa del Gobierno para salvar a las empresas en plena pandemia, mientras millones de personas siguen sin poder acceder aunque sea al insuficiente Ingreso Familiar de Emergencia, sigue dando que hablar.
Esta semana saltó la ficha de que varios CEOs estaban cobrando su sueldo con plata del Estado. El “hermano de la vida” de Macri, el fugador serial Nicolás Caputo, estaba en el listado de los beneficiados. El colmo de los colmos llegó cuando apareció el nombre de Javier Milei, el economista liberal que tanto habla de los contribuyentes pero que no tuvo problema en que le llenen el bolsillo con la recaudación del Estado.
El programa, que se llama “Asistencia al Trabajo y a la Producción” (ATP), pero que bien podría llamarse “Apto para Todo Privado”, benefició a grandes grupos económicos sin siquiera averiguar si realmente tenían pérdidas. Tanto es así, que ahora se estima que 300 empresas están renunciando al subsidio ante algunas restricciones que implementó la AFIP. O sea que plata para pagar, tenían. Pero no querían ponerla.
En algunos grandes medios dijeron que el miedo de los capitalistas es por una supuesta intención del Estado de quedarse con parte de las empresas beneficiadas. Llegaron a denunciar una “venezuelización” express y hasta el fantasma del comunismo. Así de delirante como suena.
Lo cierto es que muchas de las grandes patronales quieren salir corriendo porque, de lo contrario, se verían frente a alguna restricciones durante 12 meses. Por ejemplo, no podrían distribuir utilidades por los períodos fiscales cerrados a partir de noviembre de 2019, es decir repartir ganancias entre sus accionistas. Por otro lado no les estaría permitido hacer transferencias a firmas radicadas en paraísos fiscales
Tampoco podrían "adquirir títulos valores en pesos para su posterior e inmediata venta en moneda extranjera o su transferencia en custodia al exterior", o sea comprar títulos públicos para luego hacerse de dólares. Lo mismo se restringe la compra del dólar "contado con liqui", que se utiliza para fugar dólares.
Para las empresas de más de 800 trabajadores las medidas ya se aplicaban con los subsidios de abril, pero al recibir los de mayo la prohibición se amplió a 24 meses.
Por eso la AFIP emitió la resolución general 4719/2020, que le permite salirse del programa a las empresas que quieran realizar alguna de las operaciones restringidas. Según supo La Izquierda Diario, empresas como Techint ya están haciendo todos los trámites para darse de baja y no perder ninguna posibilidad de adquisición de dólares y de fuga de capitales.
De miserables a subsidiados
Alberto Fernández empezó la cuarentena llamando “miserables” a los grandes capitalistas, haciendo alusión a los que despedían como Paolo Rocca o a los que subían los precios de los alimentos en los supermercados. Dijo que iba a ser durísimo, que iba a castigarlos. Pero nada de eso sucedió. De hecho, el Gobierno terminó convalidando los 1450 despidos en Techint.
Después de un mes de cuarentena con libertad de acción para los ataques patronales, apareció el famoso decreto que prohibe los despidos, aunque ningún empresario lo respetó. Pero fue una trampa por doble vía, porque salió casi en un combo con el acuerdo que firmaron junto a la CGT para rebajar el salario de millones de trabajadores a un 75%. Y no solo eso, sino que se largó el programa ATP, por el cual la Anses se hizo cargo del 50% del salario de los trabajadores.
Poco después se supo que no era un plan para rescatar a las Pymes, sino que se iba a destinar muchísima más plata a resguardar a las grandes empresas. Firmas como Ledesma, Techint, McDonald’s, Burger King, Mercedes Benz, Volkswagen y hasta Clarín fueron beneficiadas. Las mismas que venían despidiendo, suspendiendo y rebajando salarios.
Otra de las empresas beneficiadas es Burger King, que este mes confeccionó recibos de sueldo por $0, amparándose en que el subsidio ya cubría todo el salario de sus trabajadores y trabajadoras. No hubo ni castigo, ni represalia. Ni siquiera un “reto” por parte del Gobierno de Alberto Fernández.
Pero la furia frente a estos atropellos empieza a surgir desde abajo. Este viernes, cientos de jóvenes precarizades se manifestaron en las calles de todo el país contra las terribles condiciones de trabajo a las que les someten muchas de estas empresas. Cuando los capitalistas atacan y tanto los gobiernos como los sindicatos son cómplices, no quedan más opciones para la clase trabajadora y la juventud que la precarización… o la rebeldía. |