El Premio Princesa de Asturias de la Concordia 2020 otorgado a los trabajadores de la salud que se encuentran en primera línea en la lucha contra la covid-19 generó polémica inmediata. En las últimas horas en las redes sociales promueve el rechazo al galardón, directamente identificado con la monarquía.
El premio otorgado, dividido entre todo el personal de salud dejaría unos 7,5 centavos de euro por persona. Un gesto que habla de la "generosidad" de la realeza.
Con este tipo de mensajes, el premio Princesa de Asturias dedicado al personal de salud ha sido rechazado con un sonoro #NoQuieroPremiosDeLadrones. Mientras los escándalos de la monarquía daban cuenta de más millones de euros robados, se hacía patente la falta grave de protecciones del personal sanitario en los momentos más duros de la pandemia.
Tengamos en cuenta que sólo en uno de los últimos escándalos de corrupción en la que una fundación a nombre del rey emérito y con el actual monarca, Felipe VI como beneficiario, daba cuenta de una “donación” de Arabia Saudí de 65 millones de euros. Sólo la fortuna de la Casa Real se calcula en más 2.000 millones de euros, sin contar las fortunas y propiedades que deben acaparar en total toda esta banda de parásitos y rentistas “aristócratas”.
Al ridículo generado para la monarquía con la respuesta de las trabajadoras de la salud, se suman las reacciones a la propuesta del rey Felipe VI de animar a la nobleza a repartir aceite y leche a las familias más vulnerables, un gesto insultante, grotesco y anacrónico de estos aristócratas en plena crisis social en la que millones viven situaciones de miseria.
Si el monarca trata de limpiar la mala fama de la Casa Real española cada vez más cuestionada, como siguen reflejando las encuestas, no parece que vaya a conseguirlo con esta ridícula acción.
Sin embargo, los trabajadores de la salud no se dejan engañar. La realidad no es la de los premios, sino la de las extensas jornadas de trabajo, la precarización y temporalidad en amplios sectores y las deficientes condiciones de seguridad sanitaria ante la pandemia. No necesitamos una familia real de parásitos que vive en la opulencia coleccionando joyas de la corona mientras el sistema sanitario se cae a pedazos. No necesitamos reyes y reinas.
Lo que queremos es expropiar la fortuna a la familia real, más de 2 mil millones, y ponerla a disposición del pueblo trabajador en esta crisis. Y echarles, acabar con esta monarquía corrupta heredera del franquismo y este régimen monárquico para ricos, tomar nuestro futuro en nuestras manos, decidir sobre nuestras vidas, desde el fin de la monarquía, hasta la gestión de la crisis del coronavirus. Así, tal vez, esta crisis no la paguemos los de siempre, y la pague la monarquía. |