Las trabajadoras y trabajadores del Hospital Evita de Lanús denuncian que podría ascender a 25 la cifra de contagiados de COVID-19 entre el personal, entre ellos enfermeras de la terapia intensiva y personal de limpieza. Los trabajadores nos cuentan la falta de testeo tanto a pacientes como al personal del hospital y la precarización que facilita el contagio. También la falta de aplicación de protocolos adecuados para garantizar una correcta atención.
Luego de que una trabajadora enfermera del hospital presente síntomas y diera positivo para Covid-19 es que realizaron testeos al resto del personal. Mientras tanto crece la preocupación entre los trabajadores del hospital.
Desde que comenzó la pandemia los trabajadores vienen exigiendo a las autoridades del hospital, las condiciones necesarias para poder atender. Los elementos de protección personal que utilizaban provenían de donaciones, y cuando los mismos se agotaron tuvieron que recurrir a elementos no descartables, los cuales aumentan la probabilidad de contagio. También denuncian que la unidad de terapia intensiva del hospital no está acondicionada para la atención de pacientes con Covid-19 y dentro de la misma no se puede respetar el distanciamiento social.
Una de las trabajadoras del hospital contagiada de Covid-19 nos decía lo siguiente:
“Los pacientes no todos fueron testeados, a los que se les hacía el hisopado eran algunos que podían llegar a tener alguna afección respiratoria y se aplicaba el protocolo, pero había pacientes que morían y no sabíamos si eran positivos. Hicimos muchas veces el pedido de testeo para los trabajadores, pero nunca nos respondieron.”
Una de las formas para prevenir el contagio de los trabajadores de la salud, del personal esencial para el funcionamiento de los hospitales, es que sea testeado, para tener un seguimiento como forma de prevención del contagio entre los trabajadores.
Con respecto a la higiene nos contó que: “Hay días que no hay alcohol en farmacia, no hay toallas para secarse las manos y nos tenemos que secar todos con una sábana” además de la falta de equipos de protección personal adecuados.
Y concluyó que además, "al día de hoy, el hospital no presentó las certificaciones para la ART".
«Los trabajadores no somos culpables de nada, estamos desamparados y sin respuestas»
Como los trabajadores de la salud vienen denunciando, no es solo la falta de equipos de protección personal o la aplicación correcta de los protocolos, sino el amedrentamiento por parte de las autoridades de los hospitales y del gobierno. En este caso, la respuesta fue la culpabilización a los trabajadores por haberse contagiado, el silencio por parte del hospital ante los correspondientes trámites de la ART y la falta de planificación de los aislamientos preventivos para los trabajadores con contactos estrechos.
Cuando la trabajadora dio aviso a los coordinadores que comenzó con síntomas gripales, siguiendo el protocolo de actuación para la prevención de casos de Covid-19, por orden de los mismos, fue enviada a su casa y volvió al hospital solo a realizarse el hisopado, y ante el resultado positivo, testearon a los trabajadores que estuvieron en contacto con ella y fueron aislados. Pero ante la expansión del contagio entre los propios trabajadores, las autoridades en vez de resolver los graves problemas que acarrea el hospital, se dedican a buscar chivos expiatorios entre los trabajadores.
La situación que viven los trabajadores del Hospital Evita no es un caso aislado
Como vemos en el conjunto de la provincia de Buenos Aires, los contagios aumentan entre la población. En el municipio de Lanús, ascienden a 356 los contagios y la cantidad va en aumento. Esto repercute directamente en los contagios entre trabajadores de la salud que, según el observatorio de salud de La Izquierda Diario, hay casi 1800 trabajadores contagiados y 9 fallecidos pertenecientes a grupos de riesgo. Del total de los contagios por Covid-19 en nuestro país, el sector de la salud representa el 9%.
Ayer perdimos a María Ester, enfermera del Hospital Gandulfo de Lomas de Zamora producto del perverso sistema de licencias “Siape” que le negó en reiteradas oportunidades la licencia por tener enfermedades del grupo de riesgo. De esta situación la completa responsabilidad la tienen los directores del Hospital que la expusieron a trabajar en estas condiciones, y también del gobierno provincial tanto del Gobernador Axel Kicillof como el Ministro de Salud, Daniel Gollan.
«No queremos, que ninguna compañera deje la vida trabajando como María Ester, ni en el Evita, y en ningún otro hospital.»
Por eso es urgente que se garantice ya un testeo a todos los trabajadores y las trabajadores de la salud, para identificar y aislar a los contagiados, a la vez que organizar equipos de profesionales de “contingencia”, que puedan reemplazar y repartirse las horas de trabajo, y no estén los mismos trabajando tantas horas seguidas y en distintos lugares, por los bajos salarios. A la vez, son fundamentales todos los elementos de protección personal que no pueden faltar en ningún hospital ni sanatorio, y los trabajadores deben organizarse en Comisiones de Seguridad e Higiene, para controlar que se cumplan sus derechos y se atiendan las necesidades del conjunto de la población. | 
