Entrevistamos a Gabi, vecino de la localidad de Remedios de Escalada, de Tres de Febrero, quien nos comentó cómo en el barrio muchos trabajadores se encuentran desocupados, ya que quienes laburaban de una “changa” ahora ya no pueden hacerlo y otros lo hacían por cuenta propia subsistiendo con ingresos para el “día a día”.
Como se viene mencionando desde este medio, producto de recortes salariales, suspensiones y despidos que llevan adelante empresarios con el aval de los gobiernos, muchas familias trabajadoras sufren la reducción de sus ingresos. Las condiciones empeoran mientras se sigan pagando subsidios a los grandes empresarios y negando un Ingreso Familiar de Emergencia de $30000 para todos aquellos que se quedaron sin ingresos.
“Nadie llega porque no quiere llegar”, son las palabras que usa Gabi para referirse a la indiferencia del estado, entendiendo que esa responsabilidad les cabe a quienes están a cargo de la gestión municipal, provincial y nacional que además son responsables de dividir a vecinos y trabajadores, con la presencia de punteros del partido gobernante que “se hacen para sacar beneficios individuales”.
El intendente Diego Valenzuela, de Juntos por el Cambio, se refirió a una “sucesión de operativos de prevención en los barrios (detección, desinfección, vacunación y asistencia social) en el marco del “combate de la pandemia” en una “Nueva carta para los vecinos de Tres de Febrero” publicada en la página oficial del municipio. Sin embargo Gabi denuncia que a esta altura la asistencia alimentaria no llegó al barrio, siendo los vecinos y las vecinas quienes tomaron las riendas de la situación con la puesta en pie de dos comedores.
Gabi contó que Remedios de Escalada junto al vecino barrio La Esperanza, son barrios de “gente laburante”, aunque el último es más habitado, las necesidades de trabajo, vivienda, agua y servicios básicos son compartidas.
Mientras vemos como la curva de contagios en villas y barrios populares avanza exponencialmente, cumplir un “adecuado” aislamiento y “lavarse las manos” pareciera ser muy lejano en muchos barrios del conurbano, tal como lo vimos en Villa Azul donde cientos de familias residen en condiciones de pobreza, desocupación y hacinamiento. La “tierra arrasada” a la que Axel Kicillof se refiere una y otra vez, arremetiendo contra la ex gobernadora María Eugenia Vidal para denunciar las condiciones en las que “recibió” la provincia de Buenos Aires es producto de las políticas de vaciamiento y ajuste de más de 4 años atrás, y de la cual los sucesivos gobiernos peronistas cargan con gran responsabilidad.
Asimismo, cabe resaltar que Alberto Fernández reconoció que “los casos en los barrios populares crecieron desmedidamente” y que “estos barrios viven en situaciones difíciles, mucha gente en poco espacio”. Se trata de una realidad que no se puede negar. Sin embargo, queda claro que las prioridades son los Ledesma, Clarín y multinacionales como Volkswagen, Mercedes Benz, McDonald’s y Burger King, entre otras que fueron beneficiadas con transferencias estatales del Programa ATP.
“Un plato de comida no te sale menos de $500 y la verdad es mucho si no podes salir a trabajar” expresaba Gabi agregando que junto a su familia y un grupo de vecinos y vecinas, pusieron en pie una olla popular al comienzo del aislamiento, para que vecinos y familias trabajadoras pudieran sortear el hambre. Los lunes, miércoles y viernes Gabi abre las puertas de su casa para su puesta en marcha. Los martes y jueves es el turno de Lorena. Así completan la cena de cada semana, sumándose el funcionamiento de un ropero, también muy asistido.
"Hasta el día de hoy cerca de 20 personas tomaron las riendas de la organización de la cena diaria: Lorena, Daniel, Joel, “Checho”, “Popi”, Gabriel, “Bebe”, Víctor, “Maxi”; “Chechito”, Demian, “Peka”, Nahuel, Gisel, Yamila, Ivana, Marian, Adriana y Hugo. Mientras una parte del grupo cocina, la otra mitad sale a recorrer el barrio y avisan a los vecinos para que se vayan acercando a retirar sus porciones." Gabi reveló que alrededor de 70 personas hacen fila cuando la olla está lista, que de ahí se alimentan 230 personas, desde el primer día hasta hoy.
La salida es la organización desde abajo, la solidaridad y la unidad entre trabajadores y la comunidad. Madygraf es muestra de que la clase obrera en alianza con estudiantes, la comunidad, científicos que pueden dar una respuesta a la emergencia social y sanitaria actual. Esa fábrica recuperada por sus trabajadores, que como otras, reconvirtió su producción (de gráfica a producción de alcohol sanitizante, mascarillas 3D, barbijos) para ponerla en función de las necesidades de las grandes mayorías, denunciando que el estado es responsable de la crisis que atraviesan barrios populares y miles de trabajadores.
Por último, al cierre de la edición de esta nota nos enteramos de la suspensión momentánea de la olla popular, por la posible aparición de casos positivos para coronavirus en Remedios de Escalada.
Más que nunca, los urgentes apremios requieren de medidas a la altura, como un salario de cuarentena mínimo de $30000 que provengan de un impuesto a las grandes fortunas de los ricos del país. Las prioridades deben estar puestas en brindar asistencia social, alimentaria, sanitaria y habitacional de los barrios populares y el pueblo pobre. |