Fue en respuesta a la propuesta de recorte salarial del 12% hecha por la Intendencia de Montevideo (IM). La jornada culminó con agresiones a los trabajadores por parte de un automovilista.
En el día de ayer se realizó la asamblea de trabajadores del transporte cooperativo urbano de pasajeros, nucleados en la Asociación Sindical de Cooperativistas y Obreros del Transporte (Ascot). La jornada, que se llevó adelante acompañada de un paro de las líneas de Coetc y Ucot, prosiguió con una importante movilización al Palacio Municipal, y culminó con una movilización hacia el Palacio Legislativo.
Los trabajadores fueron convocados en el mes de abril por las autoridades municipales a una reunión en donde se les informó la intención de realizar una paramétrica “Covid”. La fórmula presentada implica una rebaja salarial del 8,5% para los trabajadores del sector y una quita de porcentajes de 2% de ganancias para las empresas, 2% en concepto de gastos administrativos, y una quita de otro 2% por el fideicomiso del Banco República para el pago de la flota.
El sindicato no aceptó la rebaja salarial y reclama respetar el acuerdo salarial firmado en el Consejo de Salarios. Entre los trabajadores, destacan que han tenido una actitud de colaborar y entender la situación desde el comienzo de la pandemia, haciéndose cargo de sus tareas y aceptando los envíos al seguro de paro rotativo por motivo de la reducción de las frecuencias producto del aislamiento social y la disminución en la venta de boletos.
Los cooperativistas afirman sentir el desprecio por su trabajo por parte de la IM y del gobierno nacional y remarcan que desde el comienzo de la emergencia sanitaria no tuvieron el privilegio de quedarse en casa y estuvieron expuestos al virus, trabajando sin protocolos y sin siquiera tapabocas en todo el primer tramo de la pandemia. Sin embargo, los transportistas mantuvieron el servicio y el derecho de las personas a la movilidad.
Ascot también plantea que desde hace algún tiempo ya están relegando el poder adquisitivo de sus salarios, dado que el sector se encuentra en la tercera franja del Poder Ejecutivo para los lineamientos salariales. Los trabajadores aseveran que cuando se aplican los correctivos salariales, sus ingresos ya fueron castigados por la inflación pasada, perdiendo poder de compra.
Consultado por La Izquierda Diario, Martín Burguez, presidente de Ascot, dijo que “la contrapropuesta de los trabajadores del sector constó en aceptar extender los envíos rotativos al seguro de paro, además de aceptar ceder un 5% de horas extras contempladas en la paramétrica actual. En la búsqueda de acuerdos que permitan mantener las fuentes laborales y evitar la rebaja salarial, los trabajadores también propusimos posponer el correctivo salarial de 6,5% previsto para setiembre de este año y dividirlo en cuatro pagos semestrales. Es decir, se terminaría de cobrar el correctivo inflacionario en diciembre de 2022. Pero la IM respondió que esto no era suficiente y prosiguió con su planteo de nueva paramétrica y también planteó la necesidad de una reestructura del transporte urbano, cuestión que ya sabemos que no será en buenos términos para con los trabajadores”.
La empresa CUTCSA junto a su sindicato (UTC) elevó una propuesta a la IM que contemplaba el retiro de cuatro presentismos, sustituyéndolo por una suma fija de $2.500 para los trabajadores en seguro de paro, y otros $3.000 para quienes estén trabajando. Esta propuesta buscó extenderse para el resto de las empresas del sector, a lo que los trabajadores de las cooperativas respondieron negativamente.
En la numerosa asamblea, los trabajadores y trabajadoras del transporte urbano cooperativo ratificaron su conflicto y denunciaron que la Intendencia de Montevideo dirigida por el Frente Amplio está “realizando un embate al mejor estilo de los gobiernos neoliberales”, y que es un aliado de la empresa mayoritaria (CUTCSA), comandada por el hasta hace poco asesor de Tabaré Vázquez y ahora amigo del gobierno multicolor, Juan Salgado. Los trabajadores identifican a la IM como una “amenaza para el sistema cooperativo”.
Los protagonistas denuncian que la comuna capitalina en la gestión del ex candidato frenteamplista, Daniel Martinez “dejó morir RAINCOOP”. Recordemos que en la caída de RAINCOOP se acusó al ex intendente de favorecer la monopolización de líneas por parte de CUTCSA. Desde ese momento, la empresa de Salgado tiene el monopolio de las líneas que realizan los recorridos por 18 de julio y 8 de octubre, que son los de mayor venta de boletos.
Luego de terminada la asamblea, los trabajadores se movilizaron a la Explanada Municipal donde no fueron recibidos por ningún jerarca de la intendencia. Una vez en las inmediaciones del Palacio Legislativo, los activistas que estaban apostados allí solo fueron recibidos por el diputado de Cabildo Abierto, Martín Sodano, quién tomó la palabra y se comprometió a estudiar el tema. Por su parte, ningún diputado del Frente Amplio se apersonó a conocer la realidad de los trabajadores y trabajadoras.
En medio de la concentración en el Palacio Legislativo, un automovilista quiso atravesar la manifestación. En declaración a Reactiva, un trabajador contó lo sucedido: "El hombre en el auto pidió paso. Se lo dimos, y al hacerlo se puso a discutir con un compañero y se bajó del coche. La discusión derivó en empujones y golpes de puño, hasta que otros compañeros los separaron y convencieron al del coche que se fuera. Pero cuando se va le tira el auto a otros compañeros que no tuvieron nada que ver con la discusión, y los atropella. Atropelló a dos. A uno lo atropelló y la rueda patinó sobre la pierna. Fue horrible.". Inmediatamente los medios masivos de comunicación, legisladores del Partido Nacional y un ejército de trolls en las redes sociales montaron un espectáculo sobre lo sucedido buscando quitar el foco sobre el reclamo y responsabilizando a los trabajadores por ejercer su legítimo derecho a la protesta.
El conflicto de los trabajadores de Ascot contra la rebaja salarial y por la mantención de las fuentes de trabajo es uno de los emergentes de la situación social que está dejando la pandemia. Este conflicto se suma al de los docentes y administrativos del Pocitos Day School, quien decidió cerrar y despedir a toda su plantilla, así como también la declaración de conflicto en Parisien frente al despido de 180 trabajadores y trabajadoras.