Los artistas y trabajadores de la cultura se encuentran en una situación de emergencia. El trabajo precarizado e informal se extiende por todas las disciplinas y en todo el país. En este marco, entrevistamos a Claudia Esperguín, Licenciada en Artes de la UNT. Ella es educadora de museos, trabaja en el MUNT (Museo de la Universidad Nacional de Tucumán) desde el año 2.010 y forma parte de la Asosiación de Trabajadores de Museos (ATM), un colectivo a nivel nacional.
Claudia realizó su maestría en Museología y fue responsable del área educativa del MUNT desde el año 2.014 hasta el 2.018. Es desde su experiencia como trabajadora de la cultura desde donde queremos compartir sus reflexiones.
Partamos de una definición importante, que alude al rol social de los museos. ¿Cuál te parece que es la función que están llamados a cumplir?
¿Cuál es la importancia de los museos para los tucumanos?. Me lo pregunto hace años. Diría que hace 5 años cuando mi visión venía influenciada por mi carrera de artes, creía que eran necesarios para dar visibilidad a los artistas. Desde que hice la maestría mi postura fue cambiando y hoy sé que son espacios de poder y deberían cumplir con varios roles: educativo, de comunicación, social y político.
¿Por qué no son conocidos, visitados?, muchas son las causas. La primera, diría que es la falta de presupuesto. Ni siquiera conozco la cifra que se determinó para este año para los museos, o si la publicaron. Y esto redunda por ejemplo en las condiciones de los edificios tanto para el personal como para el patrimonio.
¿Cómo es posible que nadie haya reclamado que permanezcan cerrados?. Los artistas (bailarines, músicos, actores, artesanos, visuales) están movilizándose para encontrar soluciones, ¡¿y los museos?!, ¿quién los va a extrañar si la población no los encuentra indispensables?. O mejor dicho, el interrogante sería; ¿Por qué los museos no cumplen con su rol social?.Si los tucumanos se vieran involucrados, necesitasen de, estarían pidiendo que se abran. Eso no sucede.
En estos días esa función social depende de lo institucional y casi todos los museos continúan dirigiéndose a las clases acomodadas como hace dos siglos.
En la actualidad, nuestros museos continúan trabajando para una élite claramente funcional a las decisiones políticas. En consecuencia, no son orientadas a valorar el Patrimonio existente y poniéndolo al servicio de toda la sociedad, ya que la cultura forma parte de los derechos humanos. Por lo tanto, deberían ser democráticos, inclusivos, pero no como un eslogan de moda sino que brinden acciones y abran sus puertas a todo tipo de público. Cualquier persona puede admirar, observar, contemplar y, lo más importante, hacer relaciones a partir de lo que ve si se utiliza al museo como un medio de comunicación. Esa es otra instancia que no se aborda porque aún no se comprende.
Cuando logramos que el público entre (por primera vez) , finalmente no entiende nada, o casi nada, porque la información es escasa o demasiado técnica según el tema que se trate (historia, artes, ciencia). Es una discusión que lleva años especialmente con los curadores, autoridades y científicos que escriben los textos de sala. Esto se debe a la ausencia de trabajo intredisciplinario entre las áreas que existan. El Timoteo Navarro como resultante de la transciplinariedad, con mucho esfuerzo de las compañeras, ha avanzado y se ven los resultados en las exposiciones.
La función social del museo permanece íntimamente unida a la política institucional. Puede ser un espacio para las élites como cuando surgieron o podrían acompañar las necesidades de diferentes comunidades que se encuentran vulneradas y precisan de su atención.
En Tucumán aún son como en el siglo pasado, para las clases acomodadas. No hay un intercambio de saberes de manera dialógica con otros saberes y donde se creen vínculos. Se trabaja para una agenda y con el cuenta ganado. Son todavía instituciones colonizadoras y patriarcales. Y para el colmo de los males, utilizadas con fines partidarios, no como espacios políticos donde se lleve adelante un proyecto cultural y social.
Claudia Esperguin en las II Jornadas de Prácticas en Museos en Córdoba, Octubre 2.019
La pandemia ha abierto una situación de crisis económica y social extraordinaria. En este contexto, ¿cuál es la situación que atraviesan los museos?
Si hay algo que sabemos en los museos es que debemos trabajar sin dinero, pero no es lo que corresponde. Se hacen piruetas y se echa mano a la creatividad todo el tiempo.
Debo decir que esto depende de políticas culturales que se imparten, y de este modo vemos la real valoración que se le brinda a nuestros establecimientos. La situación es la misma desde hace años con todos los gobiernos, recordemos que el anterior Presidente del Ente estuvo casi 16 años, incluso durante el gobierno de Bussi y hasta hace muy poco.
Tenemos serios problemas de humedad, a veces se llueven, falta de calefacción o aire acondicionado. El agua que se corta, y escasean algunos elementos de limpieza e higiene. Cuestiones que afectan a la salubridad y que en estos momentos son muy importantes, en un contexto de coronavirus, dengue.
A nivel provincial, municipal, universitario, no se lleva a cabo el llamado a concursos públicos para los cargos en los museos, o sea ni de Directores ni de los empleados. No se cumple con los convenios colectivos de trabajo. En la actualidad, excepto la casa histórica que depende de la Nación, ningún museo tiene Director, aparecen bajo el nombre de “encargados”, cuestión que también nos perjudica porque esos cargos son otorgados según conveniencias
de los partidos de turno y en muchos casos, hace años permanecen atornillados al puesto y no son idóneos. Por supuesto que esto conlleva a que sean mal gestionados. Como en cualquier institución es necesario que la autoridad sepa de qué se trata. Para subsanar esa falta se inventan también a los Coordinadores que son más de lo mismo. Porque al no tener conocimientos la ausencia de soluciones salta a la vista.
Entonces vemos como una cosa va encadenándose con la otra. Ni siquiera a los empleados (no en todos los casos) les interesa lo que ocurre, o lo que es peor, lo que puede ocurrir mientras transitemos esta pandemia que va para largo.
Ese es otro punto, parte del problema, la mayoría de los trabajadores no recibimos capacitaciones a cargo del Estado. La mayoría llegamos como administrativos y no se tiene en cuenta que son lugares donde se precisa especialistas para cada área: conservación, restauración, educadores, museologos, electricistas, carpinteros, montajistas, etc.
Desde el inicio de la pandemia, artistas y trabajadores de la cultura, vienen organizándose y manifestando que se encuentran en una situación de Emergencia, dado que la precarización laboral y el trabajo informal. En relación a esto, ¿cómo crees que se expresa esta Emergencia en los museos de Tucumán?
Debo decir que me provoca desasosiego. Hay provincias que están en lucha debido a esta precarización laboral que contaba, a despidos, a falta de cumplimiento con los convenios colectivos de trabajo. Acá no hemos logrado aun contar con algún tipo de organización o agrupación que nos permita defendernos de las patronales y sus abusos, que van desde el cumplimiento de horarios sin remuneración (compensatorios), a permanecer contratados por años hasta llegar a la planta, en el mejor de los casos.
En los museos, las pasantías, están a la orden del día donde no se cumplen a reglamento con exigencias que no corresponden y son mal pagos. Y ni hablar del monotributo, por el cual el Estado se desentiende de sus obligaciones como obra social, aportes, etc.
En mi caso, me pasaron a planta permanente luego de 10 años de trabajar en el MUNT. Incluso cuando estuve encargada del área educativa, desde el 2.014 a 2.018, me encontraba en situación de contratada.
Todo esto se agravó y va a empeorar en los meses venideros teniendo en cuenta el contexto nacional y mundial pero nadie, que sepa, se ha pronunciado. Ya están produciendo despidos en otros países y acá también debido a la precarización. Ante el temor de perder lo poco que se tiene, no se acciona. Y mientras tanto, las autoridades insisten en mostrarse por las redes como si todo estuviese bien.
A pesar de todo, en las instituciones museísticas se intenta con mucho sacrificio de los compañeros ofrecer el mejor servicio a nuestros visitantes. Es por nuestra labor que los museos se mantienen, aunque no sea reconocida.
Estoy convencida que los museos son una herramientas que deberían estar al servicio de la sociedad para fortalecer el pensamiento crítico y así ser parte de la preparación de ciudadanos que sean capaces de participar con compromiso en la vida demócratica, así cumplirían con todas sus funciones.
Sabemos que en momentos de crisis como el actual la unión y coordinación desde abajo, donde todos les sectores alcen su voz, fortalece los reclamos de sectores de artistas y trabajadores de la cultura de todo el país. El trabajo artístico puede ser una gran herramienta para amplificar esa voz de lucha que cada día está creciendo más.
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