Martín Schorr es Doctor en Ciencias Sociales e investigador. Escribió numerosos libros sobre el desarrollo industrial argentino y sobre el comportamiento de los grupos económicos dominantes en el país. Algunos de esos libros son Industria y Nación, Restricción Eterna, o los más recientes Entre la década ganada y la década perdida y La financiarización del capital.
El último domingo fue entrevistado en El Círculo Rojo, un programa de La Izquierda Diario, que se emite por Radio con vos (FM 89.9). Aquí las principales definiciones.
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En relación al debate disparado por un artículo del economista y periodista Alfredo Zaiat en Página/12, el cual fue tuiteado por la vicepresidenta Cristina Férnandez, Schorr reflexionó: "ahora ciertos sectores del kirchnerismo critican la foto [de Alberto Fernández el 9 de Julio con los empresarios del G-6, nde] cuando en los doce años anteriores hubo un intento muy decidido del Gobierno del kirchnerismo por recrear una burguesía nacional". Y agregó que, "lo que generaron fue, en algunos sectores un recrudecimiento muy grande de la extranjerización y de aspectos normativos críticos para el funcionamiento de la economía como, por ejemplo, los tratados bilaterales de inversión".
El sociólogo explicó que, "en lo que tiene que ver con los sectores nacionales del gran capital fue todo un sector de la gran burguesía que creció mucho en sectores muy poco competitivos a nivel internacional en la medida que tenían que ver, centralmente, con la promoción del Estado -mejor dicho con prebendas estatales- en servicios públicos, juegos de azar y medios de comunicación".
En esta línea de análisis, Schorr se preguntó, "hasta dónde tiene sentido seguir apostando por recrear una burguesía nacional cuando la lógica, por lo menos de los capitales más concentrados de nuestra economía, tanto los extranjeros como los nacionales, es la misma: son sectores que tienen una lógica de acumulación muy ligada a lo que se llama la financiarización de la economía que, entre muchas otras cosas, implica que invierten poco, que ganan mucho y que el grueso de lo que ganan no lo reinvierten, lo mandan al exterior bajo distintos formatos de fuga de divisas, remisión de utilidades, canalizar recursos a paraísos fiscales con movimientos de no pago de impuestos".
Al mismo tiempo graficó las diferencias con lo que sucedía luego de la segunda posguerra: "es un poder económico que no es como el poder económico de los años ’50 o ’60 del siglo pasado que, con muchas limitaciones, era un poder económico que vivía del mercado interno, por lo tanto, incluso desde el punto de vista de una dinámica capitalista, necesitaba que los trabajadores tuvieran un buen nivel de ingresos para poder realizar el ciclo de la mercancía y poder ganar plata. Ahora es distinto: hay un poder económico que el grueso de lo que factura lo manda al exterior, por lo tanto los salarios cuanto más bajos mejor".
Schorr concluyó que, "por lo tanto, no hay ahí un aliado histórico de la clase trabajadora como se suele plantear en términos de un modelo de industrialización, de desarrollo económico y de redistribución del ingreso, siendo que la variable de ajuste siempre terminan siendo los salarios, por lo cual también da miedo cuando de ciertos sectores del campo sindical, de la burocracia sindical, se presenta a estos factores nacionales del poder como aliados necesarios de un proyecto de desarrollo".
El sociólogo también se refirió a que no existe un comportamiento distinto en fragmentos del empresariado, como puede ser la empresa Arcor o Pampa Energía de Marcelo Mindlin, que en ocasiones desde el oficialismo se señala como distintos. También explicó las mutaciones del poder económico en las últimas décadas y cómo funciona la restricción externa. |