A pocos días de realizarse la Feria de Editores, que reúne editoriales y librerías independientes, convocamos a diferentes actores que pueden ayudarnos a entender en qué situación se encuentra el mundo editorial del país, cómo las tecnologías han modificado los consumos culturales y transformado la producción y ese mercado. ¿Qué se publica? ¿Quién decide? ¿Cuáles fueron experiencias importantes de edición en el país?
De todo esto conversamos en esta ocasión con Víctor Malumián, director de Ediciones Godot, y organizador de la Feria de Ediciones 2020. Pasen y lean.
LID: ¿Cómo describirías el mundo editorial actual de nuestro país? ¿Cómo redefinen las nuevas tecnologías digitales la industria editorial?
Víctor Malumián: Creo que es uno de los momentos más interesantes para la edición en Argentina, aunque es verdad que transitamos cuatro de los peores años a nivel económico del país para el rubro editorial. Y como cierre de esos años estamos atravesando una pandemia. En esa coyuntura sobreviven proyectos hiper interesantes y el nivel de la edición a pequeña escala es uno de los más cuidados y profesionales. Solo cabe pensar qué pasaría si hubiera políticas estatales de largo plazo para fomentar el desarrollo del rubro editorial.
Creo que actualmente por un lado podemos ver que el prestigio en los catálogos está mucho más cerca de las experiencias editoriales denominadas independientes que de los grandes grupos. O, al menos, esa brecha que solía ser insalvable tiene a decrecer. Lo cual alimenta el deseo de grandes autoras y autores a pensar en otros espacios para publicar. Por otra parte, otro de los grandes cambios está vinculado a que las editoriales más pequeñas han encontrado en los últimos años sistemas de distribución mucho más eficientes, han sabido trabajar la relación con la prensa y lograr espacios de exhibición de su trabajo que años atrás hubieran sido insospechados. Estas aristas, vistas en su conjunto, muestran un potencial futuro muy prometedor.
En nuestro caso, en general la decisión de publicar un libro está dictada por algo que nos genera al leerlo. La búsqueda apunta a que la lectura desnaturalice algún aspecto de la vida cotidiana, algo que dábamos por obvio, como natural, termine por exponer la lucha de fuerzas que torció su camino. Los ejes que atraviesan nuestro catálogo son la sociedad, el capitalismo, la naturaleza y la tecnología. Creo que incluso las obras de ficción que publicamos transitan esos ejes.
En relación a la segunda pregunta, la tecnología ha bajado la barrera de ingreso. Actualmente es sensiblemente más barato publicar un libro, bajo una tirada reducida en un sistema digital. Una editorial, a nivel material y económico, estrictamente hablando, se puede reducir a una computadora. Atada a esta idea respecto a que han decrecido las barreras que dificultaban el armado de una editorial, se habla también de una alta tasa de mortalidad infantil. Editoriales que comienzan y en un par de años o menos dejan de publicar, es decir, dejan de existir. No siempre los proyectos analizan correctamente y la sustentabilidad de una editorial es importante para que el catálogo tenga el tiempo suficiente para encontrar a sus lectoras y lectores.
LID: Recientemente se asociaron Planeta y Mercado Libre para la venta directa on line. En tu opinión, ¿qué consecuencias ha provocado y genera la tendencia a la concentración editorial de las últimas décadas?
Víctor Malumián: Creo que es importante mirar otras experiencias en países donde un jugador se volvió monopólico. El caso alemán, por ejemplo, donde Amazon tomó tal tamaño que gremios fuertes como el librero tuvieron que generar sus propias alternativas para competir. Los resultados no fueron los mejores porque en ese momento se actuó sobre el resultado final. Más allá del debate sobre la venta directa y las librerías, que no es menor, hay un segundo debate que tiene que ver con pensar qué va a pasar cuando un jugador (no un canal) concentre un porcentaje tan mayoritario de las ventas que esté en condiciones de poner sus propias reglas. Bajo un sistema capitalista ¿qué pensamos va a pasar cuando logre suficiente acumulación de poder?
Me parece que tenemos que evitar ese tipo de pensamiento que va de la mano con creer que ciertos caminos son inevitables. Puede que estemos encaminándonos a un aumento de la venta de libros a través de un canal digital. Lo que seguro no es determinante es que esa venta tenga que estar concentrada en su gran mayoría en un solo jugador.
LID: ¿Qué etapa en la historia de la producción editorial del país rescatarías? ¿Y por qué?
Víctor Malumián: Me parece super interesante la década del ‘60 donde coexistieron proyectos increíbles como el Centro Editor de América Latina de Boris Spivacow (1966); o la editora Fabril de Jacobo Muchnick (1958). Muchas de las editoriales que ahora son parte de grandes grupos eran independientes, tenían un norte muy definido y una búsqueda de distinción en su catálogo. Entre 1955 y 1977 Paco Porrúa editaba en Minotauro, por citar otro ejemplo. El trabajo de Porrúa es notorio por varias facetas.
Por un lado, su labor como traductor, que muchas veces tuvo que firmar con pseudónimo; por otro, su ojo como editor con el que podía seleccionar textos notables de ciencia ficción (Bradbury, Tolkien, Ursula K. Le Guin y Ballard) o publicar primeras obras de autores como las de Cortázar o Gabriel García Márquez. Además, desde esa década en adelante, Argentina era el centro gravitacional de las traducciones al español, lo cual no es un detalle menor. En gran parte motivado por los exilios que había generado el franquismo en España.
LID: Dentro de la historia de las editoriales en nuestro país se ha destacado el Centro Editor de América Latina por la envergadura del proyecto, la variedad de colecciones y las personalidades de la cultura que participaron. ¿Qué nos podés comentar de esta editorial? ¿Por qué la dictadura se ensañó con ella quemando miles de ejemplares?
Víctor Malumián: El CEAL fue brillante en muchos sentidos, por supuesto en las ideas que publicaba, en la voluntad de invitar a la reflexión y por esa razón sus libros tuvieron, durante la dictadura, como destino la quema y la persecución de las y los editores. Pero también el CEAL fue un ejemplo para pensar la distribución y cómo romper la endogamia cultural de determinados círculos. Recordemos que CEAL llevó a su máxima expresión hacer libros clásicos, hermosamente ilustrados y puestos en quioscos de diarios para que otro público, que no frecuenta las librerías, pueda acercarse a esos libros. Además tenía la mirada puesta en aumentar la tirada para poder bajar los precios de venta al público. En ese sentido, tenía una mirada global de la edición, no solo una excelente selección de títulos, también la mirada atenta a cómo circulan y por dónde circulan los libros para ampliar los públicos.
LID: Lectura recomendada.
Víctor Malumián: Podría recomendar Ideología y aparatos ideológicos del Estado, de Luis Althusser; y más reciente Ideología: un mapa de la cuestión de Slavoj Zizek (comp). Ambos títulos me parecen muy interesantes para pensar la forma que naturalizamos determinadas reacciones, pensamientos y respuestas frente a lo que nos sucede de forma cotidiana. Invitarnos a pensar sobre cómo somos hablados por nuestros discursos y pre conceptos, cuándo y cómo los generamos. Un ejercicio súper interesante.
Si tuviera que buscar entre los libros que publicó Godot me inclino por Estrés y libertad de Peter Sloterdijk, es un libro pequeño pero poderoso donde sintéticamente se explica la relación entre el Estado intentando imponer su poder y cómo reacciona el sujeto político, cómo se manifiesta frente a esa imposición. Un segundo libro, más amable quizás, Una vida sin principios de Thoreau donde con un registro muy oral se pone en juego la forma en que utilizamos nuestro tiempo, la relación con el trabajo y el tiempo que invertimos en reflexionar sobre nuestras prácticas.
Más allá del debate sobre la venta directa y las librerías, que no es menor, hay un segundo debate que tiene que ver con pensar qué va a pasar cuando un jugador (no un canal) concentre un porcentaje tan mayoritario de las ventas que esté en condiciones de poner sus propias reglas.
Acerca del entrevistado
Víctor Malumián es Licenciado en Ciencias de la Comunicación (UBA). Junto a Hernán López Winne fundó en 2008 Ediciones Godot. En el 2012 generaron la Feria de Editores, que ha recibido en su última edición más de 250 editoriales de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, México, Uruguay y Venezuela. En el 2016 publicó como coautor el libro Independientes ¿de qué?, a través de Fondo de Cultura Económica México. |