En las redes sociales se pudo ver un video en donde un grupo de casi diez policías detienen a tres personas de manera abusiva. Según testigos todo comenzó con dos trabajadores de la construcción que esperaban la llegada de un comerciante de un local donde estaban trabajando. Luego un policía se acercó pidiéndoles identificación y mientras los hostigaba llamó a otros efectivos. Luego una persona decidió sacar el celular y filmar la situación por lo cual los policías deciden quitarle el aparato y borrar el contenido, al momento de intentar recuperarlo es sostenido entre varios efectivos y arrojado al piso al tiempo que le pisaban los pies y las manos.
El accionar violento de la policía hacia los trabajadores de los barrios del alto es moneda corriente en la ciudad, Bariloche parece no cansarse del contraste evidente entre la postal turística y la desigualdad social. Son muchas las denuncias de este tipo hacia la policía, desde torturas en las comisarias hasta persecuciones y amenazas. Las detenciones arbitrarias como la del día de ayer se repiten una y otra vez, pero lo más preocupante son los antecedentes de hechos aberrantes e históricos que fueron noticia en todo el país como "la masacre del alto" o el asesinato de Rafael Nahuel en la lof Lafken Winkul Mapu.
Bariloche y los alrededores no son la excepción al resto del país en cuanto a la legitimación de la presencia de las fuerzas armadas en las calles para "tareas de control interno" bajo la excusa de la pandemia por el COVID-19, ni tampoco desentona con la labor de los grandes medios nacionales que intentan lavarle la cara a las fuerzas militares como el paseo en helicóptero de la gobernadora Carreras por Laguna Blanca.
Más policías y más represión
Argentina, con una política de incremento de las fuerzas armadas creciente a lo largo de los últimos 20 años, posee un puesto notorio en cuanto a la cantidad de policías, con más de 800 efectivos cada 100.000 habitantes, cuando la ONU recomienda 300 cada 100.000 habitantes. Lo que implica que nuestro país es uno de los más militarizados del mundo.
Claro está que la Provincia de Río Negro no es ajena a la tendencia del país en cuanto a esta política de aumentar la cantidad de policías, en 2018 el gobernador Alberto Weretilneck aseguró que "Río Negro está quinta en el ranking que mide la cantidad de agentes por cada 100 mil habitantes". Pero esta política de incremento del conjunto de las fuerzas armadas que viene desde hace varios años está muy lejos de ser una solución para los problemas que dice venir a resolver. Sin embargo, junto con el resto del aparato punitivista estatal, apuntan sus cañones a los barrios populares y las comunidades mapuche, para cumplir a la perfección su verdadero rol: garantizar las bases de la desigualdad social. | 
