No existe ningún relevamiento oficial de parte del Consejo Superior de la Universidad de Buenos Aires (UBA) sobre la situación de estudiantes y docentes en la virtualidad forzada por la pandemia. Por eso desde el Instagram de la Juventud del PTS se empezó a reunir testimonios de la situación de los estudiantes y docentes de la UBA.
Diarios oficialistas y opositores como Página 12 y La Nación coincidían en que el número de estudiantes de la UBA era de 320 mil. Sin embargo, ya en el mes de mayo el rector de la UBA, Barbieri, dijo que había 280 mil estudiantes cursando online. Basándonos en este número no oficial y careciendo de cualquier tipo de dato desde entonces, podemos sacar rápidamente la cuenta que nos dice que ya en el mes de mayo habían quedado afuera unos 40 mil compañeros y compañeras.
“‘Soy docente ad honorem. Doy clases gratis, comparto la PC y estudio como puedo’ es una de las denuncias que nos llegaron. Vemos este tipo de situación todos los días en nuestras cursadas”, dijo Guadalupe Oliverio, ex presidenta del centro de estudiantes de la Facultad de Filosofía y Letras y militante de la Juventud del PTS a La Izquierda Diario.
Así seguía Guadalupe: “Queríamos que los reclamos tuvieran un canal para expresarse, así que a través de Instagram empezamos a reunir testimonios. A la deserción y la falta de acceso a la conectividad, se suma que el CBC pone trabas para anotarte a las materias. Mientras los estudiantes se atrasan en la cursada, demoran más de un mes en la entrega de permisos y certificados por cambios en horarios de trabajo por ejemplo. Docentes denuncian que no les aumentan el sueldo, les pagan el aguinaldo en cuotas y no les dan ni las computadoras para trabajar, menos pagarles internet. Estas son algunas de las cosas que nos están pasando:”
“Cuando el espacio existe, las voces se expresan. Por eso desde La Juventud del PTS junto con la Juventud de Izquierda Socialista estamos llamando a las y los estudiantes y organizaciones de izquierda a construir un gran encuentro estudiantil de lucha, democrático, donde podamos hablar y votar todos y todas por igual, en defensa de la educación pública y por el conjunto de los derechos, el próximo sábado 15 de agosto”, nos dice Eugenia, estudiante de Medicina de la UBA.
Con la llegada de la pandemia y la certeza de que no iba a ser un año “normal”, las autoridades de la UBA decidieron reanudar la cursada a través de distintas plataformas virtuales. “La realidad es que *nunca tuvimos un espacio para transmitir las dificultades que íbamos a tener para acomodarnos a una cursada virtual y plantear algunas posibles medidas que evitasen, por lo menos, que estudiar y dar clase sea todavía más difícil de lo que ya era*. Las autoridades tomaron la decisión sin consultar, como si para todas y todos diera lo mismo. Desde los centros de estudiantes tampoco se convocó ninguna instancia abierta para debatirlo”, cerraba Eugenia.
“Las quejas sobre el mal funcionamiento de internet son cada vez más comunes entre los grupos de las cursadas. Y cuando te anda bien el internet te sale página caída. *Mientras dure la pandemia, las empresas de internet y telefonía como el Grupo Clarín (que gana millones y encima recibe subsidios de parte del Estado), tienen que dar servicio gratuito y de calidad, y reconectar el servicio a todas y todos los trabajadores y estudiantes dados de baja por falta de pago*” dijo Magalí, de la Facultad de Económicas UBA a La izquierda Diario.
“Ni al gobierno ni a las autoridades de las universidades les interesó saber cuál es la situación del conjunto de los estudiantes y docentes. *Necesitamos que el Estado provea de computadoras a las y los estudiantes y docentes que las soliciten, cursar desde un celular no es una opción*” agrega Macarena, consejera de la Junta de Carrera de Sociología de la UBA.
Evelyn de la Red de Trabajadorxs Precarizadxs e informales, publica en su twitter: “Tuve que dejar 2 materias porque tengo que laburar más por la misma plata. *No me pagan el Progresar porque soy extranjera. Ni siquiera me dieron el IFE*. ¿Para cuándo el acceso igualitario a la educación pública? Yo también quiero estudiar.”
Este es el escenario donde la juventud hace jornadas interminables por dos mangos. Pedaleando para las empresas que ganan millones a través de las apps, conectados a los auriculares del call atendiendo cientos de reclamos por día para las mismas empresas que estafan con la conectividad, o haciendo changas.
Pero esta situación no la están padeciendo solo las y los jóvenes que trabajan en la informalidad. Alrededor de la mitad de los trabajadores y trabajadoras registradas le degradaron sus condiciones de vida con despidos, suspensiones y rebajas salariales: más de 5 millones y medio según el observatorio de despidos durante la pandemia de La Izquierda Diario. La ofensiva sobre los estatales no cesa y se convierte en el sector más afectado.
“¿Van a volver a anotarse para el segundo cuatrimestre lxs que se quedaron afuera, o más compañeros van a dejar? No podemos dejarlo a la suerte. Necesitamos becas integrales para todas y todos los que las estén necesitando. Que permitan comer, comprar apuntes y pagar los alquileres para no tener que desvivirse trabajando muchas horas por un sueldo que no alcanza. Si no queremos una educación elitista, esta es la única manera”, insistió Guadalupe Oliverio.
“Con nuestros docentes tenemos los mismos enemigos. Las autoridades que los obligan a “arreglárselas” o “hacer la suya” para dar clase, o sea que las y los precarizan, son las mismas que están profundizando esta emergencia universitaria. En la UBA hay miles de docentes mal llamados “ad honorem” que históricamente laburan gratis y aún así, con (o sin) sus computadoras, siguen dando clases. Basta de docentes ad honorem. Los sueldos de nuestrxs docentes tienen que aumentar ya”, planteó Brenda Hamilton, consejera directiva por la minoría estudiantil en la Facultad de Filosofía y Letras por En Clave Roja y la Juventud del PTS.
“Las conducciones peronistas y radicales de los centros de estudiantes ya demostraron que no están dispuestas a pelear por las y los docentes y para que nadie se quede afuera. *Nos tenemos que organizar lxs estudiantes y las agrupaciones de izquierda en grandes encuentros democráticos, donde podamos discutir todas estas problemáticas y juntar fuerzas para pelear por las medidas más urgentes y necesarias. Juntémonos para hacer que los centros sean una herramienta de lucha para las y los estudiantes*” cerraba Luca Bonfante, consejero estudiantil de la junta de historia de FFYL UBA.
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