El Departamento de Justicia de la administración yanqui dijo que la carga incautada estaba ahora bajo custodia estadounidense "con la ayuda de socios extranjeros", y agregó que la cantidad confiscada a cuatro petroleros fue de aproximadamente 1.116 millones de barriles de combustible, lo que la convierte en la mayor incautación de combustible iraní por parte de Estados Unidos de acuerdo al propio Gobierno de Trump. “Estas acciones representan la mayor incautación jamás realizada de cargamentos de combustible procedentes de Irán por parte del Gobierno”, aseguró el Departamento de Justicia en un comunicado oficial.
“Estados Unidos sigue comprometido con nuestras campañas de máxima presión” contra Irán y Venezuela, declaró Mike Pompeo, a través de un comunicado, recalcando que “cada vez más flotas de transporte marítimo mundial evitan el comercio con Irán y Venezuela” debido a “los esfuerzos de Washington de aplicar y cumplir las sanciones”. Hasta el propio Donald Trump, se refirió a los petroleros, tras ser interceptados, indicando que se dirigen al puerto de Houston (Texas).
A través de la nota pública el Departamento de Estado declaraba también "Nuestra diplomacia, dirigida por el Representante Especial para Irán Brian Hook, pudo detener estos envíos y ayudar a los Departamentos de Justicia y Seguridad Nacional a ejecutar una orden de incautación de Estados Unidos". Pero ni esta dependencia del Gobierno ni el Departamento de Justicia especifican cuándo, dónde o cómo ocurrió la incautación.
El mes pasado, los fiscales federales en Washington presentaron una confiscación alegando que la venta fue organizada por un hombre de negocios, Mahmoud Madanipour, con vínculos con la Guardia Revolucionaria de Irán, a la que Estados Unidos designa como “una organización terrorista extranjera”.
Por su parte el embajador de Irán en Venezuela, Hojad Soltani, respondió a Estados Unidos y dijo el jueves en Twitter que ni los barcos ni sus propietarios eran iraníes. "Esta es otra mentira y acto de guerra psicológica perpetrado por la maquinaria de propaganda de Estados Unidos", dijo Soltani. "El terrorista #Trump no puede compensar su humillación y derrota por parte de Irán usando propaganda falsa".
Por su parte el Gobierno de Maduro no ha emitido al momento de escribir este artículo alguna declaración pública al respecto, de si efectivamente el cargamento venía con destino a Venezuela.
En mayo, Maduro celebró la llegada de cinco petroleros iraníes que entregan combustible muy necesario para aliviar la escasez que ha provocado líneas de gas de varios días incluso en la capital, Caracas, que normalmente se salvaba de tales dificultades.
Estados Unidos ha impuesto sanciones a Venezuela e Irán para sofocar las exportaciones de petróleo y privarlos de su principal fuente de ingresos en su intento de forzar la salida del Gobierno de Maduro en incidir en el rumbo del gobierno de Irán. También ha amenazado con sancionar a los armadores y embarcaciones involucradas en el comercio de petróleo con Teherán y Caracas.
En el caso específico de Venezuela ha buscado impedir la importación de gasolina en momentos en que la caída de la producción de este combustible ha caído alarmantemente, todo en el marco de una serie de sanciones en una situación no está haciendo más que aumentar las calamidades del pueblo en una catástrofe económica que se arrastra por más de seis años.
A pesar de estar en la cima de las reservas de crudo más grandes del mundo, Venezuela no produce suficiente gasolina refinada a nivel nacional y ha visto su producción general de crudo caer al nivel más bajo en más de siete décadas en medio de su crisis económica y las consecuencias de las sanciones de Estados Unidos.
El Gobierno de Trump ha aumentado la presión sobre los propietarios de barcos para que cumplan con las sanciones. En mayo, emitió un aviso instando a la industria marítima mundial a estar atenta a las tácticas para evadir sanciones como transferencias peligrosas de barco a barco y el apagado de dispositivos de seguimiento obligatorios, ambas técnicas utilizadas en las recientes entregas de petróleo hacia y desde ambos. Irán y Venezuela.
Las sanciones imperialistas sobre Venezuela, sobre todo las centradas en el sector petrolero y PDVSA, han agravado y hecho más acuciante esta situación. La más severa de las sanciones fue ejecutada por Estados Unidos en enero del año pasado, que se ha tratado en los hechos de un embargo petrolero, inédito para Venezuela. Además, las sanciones prohíben la exportación a Venezuela de diluyentes que usa PDVSA en el procesamiento del crudo pesado y extrapesado, y limitan el comercio de bonos de PDVSA. Asimismo no se puede exportar ni importar derivados petroleros desde EE.UU. como, por ejemplo, gasolina ligera. Así mismo sanciona a toda empresa o país que comercialice con Venezuela. En plena pandemia, el Gobierno de Trump busca impedir que el país pueda tener acceso al preciado combustible.
Venezuela por las sanciones está imposibilitada de comprar gasolina en el exterior. Si no encuentra quién le compre su petróleo, Venezuela tendrá muy difícil encontrar quién le venda gasolina. De allí los acuerdos llegados con Irán, otro país sancionado por Estados Unidos. Previamente Venezuela había logrado evadir un poco el impacto de esas sanciones intercambiando con India, pero también esa vía la obstaculizó la presión imperialista.
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