Foto: Masivo Cabildo en repudio al acuerdo del MAS y las burocracias masistas con el golpismo, 14 de agosto en la Ceja de El Alto, Bolivia (Fuente: ElDefensorSocial)
Gran rebelión antigolpista es negociada en nueva ley electoral por el MAS. Grupos derechistas atentaron con bombas y dinamitas la sede de la COB. Enorme repudio popular a dirigentes sindicales y parlamentarios del MAS. Camino allanado a las elecciones del 18 de octubre. Por una estrategia independiente para derrotar al golpismo y satisfacer las demandas de salud, educación y trabajo de los trabajadores y el pueblo
Luego de más de 10 días de movilizaciones y bloqueos, los golpistas gracias a la Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP), y a los 2/3 del MAS, se adjudican estar pacificando al país por “segunda vez” tras haber promulgado la nueva ley electoral que consolida el 18 de octubre como fecha tope para las elecciones. Esta ley fue elaborada por el MAS y el TSE (Tribunal Supremo Electoral) con mediación de la Iglesia Católica y de las Naciones Unidas así como con el visto bueno otorgado previamente por la dupla presidenciable del MAS, Luis Arce Catacora y David Choquehuanca, y por el propio Evo Morales; quiénes ya desde el viernes 7 de agosto llamaban a levantar los bloqueos.
En tempranas horas de la madrugada la sede de la Central Obrera Bolivia (COB) y de la Federación de Mujeres Campesinas “Bartolina Sisa” fue objeto de un atentado con dinamitas y bombas molotov como parte de la ofensiva de grupos fascistizantes que se pusieron en movimiento para agredir a las movilizaciones y puntos de bloqueo durante estos últimos días. El atentado se produce luego de que la autonombrada Jeanine Áñez promulgara la Ley N°1315 que establece como fecha máxima el 18 de octubre para que se lleven a cabo las elecciones nacionales. Así mismo, entre las disposiciones de esta ley se plantea la apertura de procesos penales a cualquiera que pretenda cambiar la fecha o postergar nuevamente las elecciones.
La ley fue recibida con malestar por parte de la burocracia sindical masista de la COB y del Pacto de Unidad que pedían que las elecciones sean el 11 de octubre. Y mientras esta burocracia le echaba la culpa a los parlamentarios del MAS de la desmovilización, nuevamente fueron quienes tomaron en sus manos la decisión arbitraria de desmovilizar al enorme movimiento de masas declarando un cuarto intermedio hasta el 18 de octubre. Estas decisiones fueron repudiadas por decenas de miles de vecinos, trabajadores y campesinos movilizados, en los diversos puntos de bloqueo a lo largo y ancho del país, que calificaron esta medida como una traición de las y los parlamentarios y los dirigentes ya que su exigencia era y es la renuncia de Áñez.
Video: conferencia de prensa de la COB y Pacto de Unidad ante aprobación de Ley de elecciones por la bancada del MAS (Fuente: Erbol)
Hoy en la mañana, los ayllus del Norte Potosí que empezaban a levantar los bloqueos expresaron su repudio a la COB reclamando que no movilizaron a todas sus bases, particularmente a los mineros. Por ejemplo en el distrito minero de Colquiri, luego de una asamblea en la que nadie apoyaba al bloque golpista se determinó la movilización de los 70 delegados y dirigentes, sin alentar la incorporación a la huelga general de todos los trabajadores, poniendo en evidencia la miserable estrategia de presión del MAS y la burocracia.
Por otro lado en la Ceja de la ciudad de El Alto el viernes 14 de agosto se llevó adelante un masivo Cabildo en el que estuvieron la federación de juntas vecinales, la federación campesina Tupac Katari de las 20 provincias del departamento de La Paz, la Cofecay, el CONAMAQ, la Federación de Gremiales y del Transporte de El Alto, la Federación de Mujeres Bartolina Sisa, delegaciones de sindicatos mineros y algunas organizaciones juveniles entre otros, y aprobaron seis puntos en los que resuelven como primer punto la renuncia de Áñez; en segundo lugar exigen la aplicación de la ley de arraigo. Como tercera medida piden juicio de responsabilidades al Gobierno de facto pero también como cuarto punto declaran la defensa de los recursos naturales de Bolivia ante los intentos privatizadores y entreguistas por parte de Áñez y sus ministros representantes de la agroindustria.
Como quinto punto piden a la ALP una ley de garantías para todos los dirigentes de las organizaciones de Bolivia que debe ser promulgada en un plazo máximo de 72 horas, ante las reiteradas amenazas, harto conocidas, por parte de los ministros de Defensa y Gobierno, de procesar a los dirigentes sindicales que impulsaron la movilización, a quiénes se les está acusando de ser los responsables de 30 fallecidos por la falta de oxígeno que los golpistas atribuyen a los bloqueos. Claro está que los golpistas no actuarán con la delicadeza que la burocracia y el MAS actúan frente al matonaje golpista.
Finalmente, la sexta resolución establece continuar con las medidas de presión declarando como traidores a los dirigentes de la COB y del Pacto de Unidad. Así mismo, en Cochabamba se informaba de la continuidad de algunos puntos de bloqueo que rechazaban la negociación que sin embargo, para primeras horas de la tarde se terminaron de levantar con mucha y larga discusión que expresaba la bronca contra las dirigencias sindicales.
La bancada del MAS que controla la ALP aprobó, previo al acuerdo electoral, un bono “contra el hambre” de 1.000 bolivianos (aproximadamente 140 dólares) y que dobla el bono de 500 bolivianos que estaba gestionando Jeanine Áñez. También aprobaron una ley de arraigo para las autoridades del Estado que impide que puedan abandonar el país hasta 3 meses después de la posesión del nuevo Gobierno. Esto lo hicieron previendo el descontento que se generaría con el señalado acuerdo que refrenda la cuarta prórroga de la fecha de elecciones. Con esta actitud negociadora, el MAS se postula ante la burguesía como el único partido que aún tiene un relativo control del movimiento de masas, ya que el racismo y la extracción social blanco-mestiza del bloque golpista, los excluye de la posibilidad de incidir del movimiento de masas con otros métodos que no sean la coacción y la represión.
El apresuramiento de los candidatos del MAS y de sus parlamentarios, en aceptar finalmente la fecha que los golpistas habían establecido para las elecciones – el 18 de octubre- fue la respuesta ante las tendencias que empezaban a mostrar el conflicto. Es decir, una tendencia a radicalizarse y dónde las burocracias sindicales y de los movimientos sociales, alineadas al MAS, empezaban a perder el control de la movilización.
Recordemos que las movilizaciones y bloqueos empezaron a desarrollarse a partir del 3 de agosto y cada día que pasaba se fueron extendiendo con más de 200 puntos de bloqueo en el país, paralizando carreteras, incluso con huelgas de hambre en distintos lugares como Tarija y La Paz donde jóvenes de manera autoconvocada empezaron a adherir a las medidas de lucha. Esto motivó a que las agrupaciones paramilitares y fascistizantes como la Resistencia Juvenil Cochala (RJC) y la Unión Juvenil Cruceñista (UJC) hayan empezado a movilizarse para desbloquear de manera violenta y actuando de manera impune y con colaboración policial.
En Cochabamba este grupo de racistas fue filmado pateando en el piso a mujer de pollera. La indignación que provocó esta brutal acción detonó no solo el repudio generalizado y masivo del pueblo trabajador del país, sino que además, alentó a que en diversas comunidades los ponchos rojos y la juventud empezara a organizarse y desempolvar viejos fusiles. La juventud del trópico cochabambino organizó rápidamente una gran brigada para garantizar la autodefensa de los bloqueos de cientos de motoqueros dispuestos a enfrentar a los matones de las RJC.
Por otro lado:
Empezaron a surgir en algunos lugares como en Senkata (La Paz) atisbos de coordinación de los puntos de bloqueo, que de desarrollarse hubieran permitido el surgimiento de nuevos organismos al servicio de la autodenfensa, de la movilización y de lucha que de consolidarse hubieran impedido, o por lo menos dificultado, la estrategia de desmovilización del MAS y las burocracias sindicales y de los movimientos sociales
Esta es la primera lección que las y los trabajadores, los estudiantes, campesinos e indígenas, y la juventud movilizada debemos aprender para los próximos combates que, gobierne quien gobierne, inevitablemente deberemos enfrentar.
Como planteamos en la editorial de La Izquierda Diario Bolivia, del lunes 3 de agosto, cuando se iniciaba el conflicto, se hacía urgente –y lo sigue siendo- enfrentar la estrategia de presión del MAS, que buscó en todo momento utilizar la movilización y el sacrifico de cientos de miles de movilizados en todo el país para obligar a los golpistas a negociar pero no derrotarlos en las calles.
El resultado actual del conflicto vuelve a postergar, como en noviembre, la definición más profunda de la relación de fuerzas entre las clases sociales en el país, lo que hace que la situación continúe siendo fluida e impredecible por lo menos en el mediano plazo. Sin embargo también se puede afirmar que por el momento el MAS se anota un triunfo al obligar a los golpistas a negociar e impedir nuevas postergaciones para los comicios, poniendo un serio límite -expresado en las calles- a los intentos de prorrogar indefinidamente las elecciones que era el objetivo del Gobierno y de la derecha golpista. Lo hacen expresando una “ingenua” confianza en el bloque golpista, por decir lo menos, en que estos permitirán “elecciones democráticas” y “transparentes”, lo cual como ya hemos señalado en diversas oportunidades es un enorme error político. Desde este punto de vista y en el marco de una profunda crisis política, agravada por las "otras" crisis en marcha, este primer balance es preliminar y está abierto debido a que un exceso en la relación de fuerzas por parte de las bandas paramilitares de la RJC y UJC en los puntos de bloqueo que aún persisten puede detonar una respuesta del movimiento de masas. Sin embargo, vemos necesario hacer esta primera evaluación sin dar por cerrado el conflicto sino más bien dando cuenta que vamos hacia el ingreso de un nuevo momento del mismo.
Este “triunfo” del MAS, de carácter legal, sin embargo ha sido obtenido a un alto costo político ya que la percepción de una gran vanguardia de masas, de decenas de miles, es la de haber sido traicionados. Y no es para menos, ya que este triunfo se hace contra las aspiraciones de las y los movilizados que buscaban derrotar a Áñez ahora y garantizar educación y salud que eran las demandas con las que el movimiento se incorporaba a la lucha. Hay que decir entonces que hablamos de un triunfo a la medida de la cúpula masista y sus exclusivos intereses partidarios, pero sobre la base de una enorme traición al movimiento de masas.
El MAS intentará reabsorber ese costo político en el transcurso de una campaña electoral que será sumamente polarizada tanto social como políticamente, lo que significa que a diferencia de las primeras elecciones de la década pasada, el MAS no cuenta con un cheque en blanco por parte del movimiento obrero, campesino y popular. Las profundas divisiones que se han evidenciado en este conflicto, primero entre las burocracias sindicales y la cúpula del MAS, y segundo, entre las bases movilizadas y una burocracia sindical cada vez más deslegitimada, plantean una gran posibilidad de intervención de las organizaciones socialistas revolucionarias para la lucha por la conquista de las masas que deben ser disputadas a la dirección reformista y conciliadora del MAS, sobre la base de levantar una estrategia obrera independiente, para vencer de manera definitiva al golpismo proimperialista racista, patronal y clerical que solo se sostiene sobre la base de la policía y las FF.AA.
La perspectiva que se plantea luego del 18 de octubre, en caso de que las elecciones se realicen efectivamente, es la de un Gobierno débil que deberá lidiar con una crisis económica y social sin precedentes. Los "favoritos" como Carlos Mesa que no tiene ningún respaldo en las clases sociales subalternas y solo cuenta con el respaldo de la reducida clase media, o el MAS que a diferencia de los anteriores años hoy se presenta como un populismo de manos vacías, con fuertes críticas por izquierda en el movimieno obrero, campesino y popular, pero también con una derecha militante y fortalecida luego del golpe de Estado. En este escenario lo único seguro a futuro es que vamos a una lucha de clases de alta intensidad y para eso nos preparamos.
Aquí puedes ver la resolución de la COB ordenando el cuarto intermedio: