El 2018 arrancó pésimo para quienes disfrutan de la literatura de ciencia ficción y fantástica. En enero llegó la noticia de la muerte de Ursula K. Le Guin, y un mes después, de Liliana Bodoc.

Si de Bodoc podemos repasar relativamente fácil el material audiovisual disponible de entrevistas, mesas debate y programas literarios, de Le Guin hay menos material disponible por estos pagos. Pero el año pasado se estrenó un documental sobre su vida y su obra, Worlds of Ursula K. Le Guin, que puede verse liberado hasta fin de agosto y subtitulado al castellano.

Allí se recorren algunas de sus obras más emblemáticas, que marcaron la historia de esos géneros literarios y que estuvieron marcadas, a su vez, por los movimientos políticos y sociales que atravesó la autora desde que comenzó a publicar en la década de 1960, desde el cuestionamiento al “americanismo blanco” que avanzó borrando del mapa a los pueblos originarios norteamericanos, o la efervescencia del feminismo –el movimiento antiguerra de Vietnam apenas se alude, aunque marcó su producción y es la referencia de alguna de sus más conocidas novelas, El nombre del mundo es bosque).

Una de las últimas imágenes que nos deja es parte de su discurso de aceptación en 2014 de un premio nacional a la trayectoria, que incluye novelas, cuentos, poesía, crítica y ensayo y traducciones de sus pares (entre ellas a Diana Bellesi, por ejemplo), que abrevó en distintos momentos de su carrera de los imaginarios del anarquismo humanista o del taoísmo, decidió cuestionar al capitalismo, a los manejos de la industria editorial y el modelo Amazon, que estaba entre los ponsors de ese evento (el discurso completo, de 1 minuto de agradecimientos a familia y editores y 5 de denuncias, puede verse acá).

El documental, además de fragmentos leídos y animados de sus libros, cuenta con la opinión de sus pares (China Mieville, Samuel Delany, Margaret Atwood) y abundante material de archivo de entrevistas y mesas debates donde participó la autora en su extensa carrera. Lo que es destacable allí es que si bien es un documental celebratorio, no esquiva algunas de las discusiones que suscitó su obra, y que las críticas más duras a algunos de estos problemas vienen en la voz de la propia Le Guin.