Estudian como pueden mientras se organizan para tomar tareas en los preparativos de la olla popular donde la solidaridad de los vecinos es la única alternativa llenar el plato de comida de centenares de niños, y donde las changas se destinan a pañales y leche para los bebés.
Desde fines del mes de Julio 90 familias de Solano decidieron tomar tierras que corresponde a un pantano de la zona. Gracias al aporte solidario de los vecinos y de las organizaciones sociales la toma cuenta con una olla popular que abastece de 300 raciones de comida a familias provenientes del barrio La Matera, San Martín y del barrio Sayonara.
Las viviendas son precarias y alojan a personas con enfermedades crónicas, con asma, en noches frías y de lluvia. La necesidad de la vivienda y la precariedad de la misma no es un elemento actual sino que está atravesada por por décadas de gobiernos peronistas y radicales y en Quilmes se concretiza en 20 años de intendentes peronistas, y 12 años entre radicales y Juntos por el Cambio.
En el predio hay 200 niños viviendo con sus familias, el aumento de la pobreza impacta centralmente en los niños, se espera que antes de diciembre, habrá más de 1 millón de nuevos niños pobres, y pasarían a un total de más de 8,3 millones. En la toma los niños duermen casi a la intemperie ya que la policía sistemáticamente impide que levanten construcciones de alguna índole, con la amenaza de prenderles fuego las casas que se construyan en el predio.
El terreno está abandonado hace más de 10 años y en el 2017 existió la promesa gubernamental de la construcción de una escuela, una salita, y una plaza, algo que nunca se concretó; en la actualidad sigue siendo un pantano que se trastoca en la esperanza de tener un hogar para los padres que lo habitan tratando de garantizar un techo para sus hijos.
Los vecinos trabajan a fuerza de carretillas para abrir las calles y así lograr que el barrio tenga acceso para una ambulancia - derecho elemental en el marco de la pandemia por Covid y el aumento de casos de dengue a nivel nacional - donde Quilmes es uno de los distritos más afectados por el Covid-19 con 20606 y 414 personas fallecidas, cuando la urbanización de los barrios populares debería una emergencia en las responsabilidades políticas de los gobiernos nacionales, provinciales y municipales.
Según El Observatorio de Despidos Durante la Pandemia de La Izquierda Diario: “El total de afectados por algún tipo de ataque a sus condiciones de vida desde el inicio del ASPO hasta el día 06 de septiembre es de 5.509.156 trabajadores. De este total, 751.173 son trabajadores que fueron despedidos y 1.807.252 fueron suspendidos (de los cuales 1.740.859 también percibieron reducción en el salario); mientras que 2.950.731 sufrieron ataques al salario en sus distintas dimensiones” , y los testimonios de Solano son la prueba irrefutable de ello, porque la gran mayoría de ellos se encuentra desempleado o haciendo changas que no alcanzan para vivir.
Sólo en Octubre se espera que haya 1 millón más de personas sin hogar por no poder pagar el alquiler - según Inquilinos Agrupados - pero ante esta emergencia en un país donde 3.5 millones de familias se encuentran en un déficit habitacional, y donde el mismo gobierno estima que el 40% de ellos no posee un techo y el resto vive en la precariedad y necesita reformas de vivienda, la respuesta ante esta situación es la criminalización de la toma de tierras, que es el último acto desesperación al cual son empujados decenas de miles de familias en un contexto donde el hacinamiento puede costarles la vida debido al contagio de coronavirus.
El Ministro de Seguridad Segio Berni declaró: “El que toma tierras en la provincia de Buenos Aires irá preso” y los intendentes de la tercera sección, donde se concentran las tomas adhirieron a sus declaraciones e incluso la misma intendenta de Quilmes Mayra Mendoza estuvo presente en la casa de Olivos apoyando el lanzamiento del plan de seguridad Centinela 2 donde se invertirán $10.000 millones, mientras que no hay dinero para grandes planes de construcción de viviendas y en Quilmes como en tantos otros distritos los barrios populares viven en el hacinamiento y muchas familias quedan en situación de calle. Claramente la intención política de fortalecer la represión policial está por encima de las necesidades de la mayoría del pueblo trabajador.
Por su lado tanto Alberto Fernández como Axel Kicillof expresaron que comprenden la necesidad de la gente pero que ello no justifica las tomas. Los testimonios que La Izquierda Diario obtuvo en estos días en la toma son la expresión más contundente de que la casta de políticos patronales que gobierna está más alejada de la vida de los trabajadores y los sectores populares. |