Miles de manifestantes salieron nuevamente a las calles de Francia este 12 de septiembre. La movilización, que respondía al llamado de los chalecos amarillos, fue reprimida con gases lacrimógenos y detenciones masivas en París. También hubo acciones en Toulouse, Burdeos, Nantes y otras ciudades.
En un contexto marcado por un desastre social sin precedentes, los chalecos amarillos habían pedido a la gente salga a las calles este sábado, coincidiendo con el regreso de las vacaciones, para pelear por sus reivindicaciones.
A pesar del dispositivo policial, que antes de comenzar la marcha ya había detenido a más de 150 manifestantes, miles de personas respondieron al llamado de los chalecos amarillos.
Antes de comenzar la marcha, a las 12 del mediodía era la propia Prefectura la que avisaba en su cuenta de Twitter que habían detenido en ese momento a 128 manifestantes, con el objetivo de amedrentar a los que participaran en las protestas.
Didier Lallement, prefecto de la policía de París, ya había anunciado en los últimos días que estaban prohibidas las manifestaciones en determinados sectores de la capital, buscando desalentar la participación y alentando la represión de la Policía.
En este contexto, Jérôme Rodrigues, referente de los chalecos amarillos relató a diversos medios la crisis social que atraviesa el país "el enojo está ahí, en cada casa", y señaló que los nuevos chalecos amarillos serán los millones que van a entrar al "mercado de la pobreza”. Finalizó “un estómago vacío, una heladera vacía, es el virus que lleva años carcomiendonos” .
Las manifestaciones y la represión se vivieron también en ciudades como Toulouse, Burdeos y Nantes. La modalidad represiva fue similar. El día anterior, la Policía había prohibido la marcha. Grandes operativos policiales detuvieron decenas de personas antes de la manifestación y luego, ante la concentración, respondieron con gases y cargas policiales sobre las y los manifestantes.
De todas formas, y al igual que en la capital, la gente resistió y la protesta no pudo ser disuelta. La protesta tuvo un importante componente de trabajadores y trabajadoras organizados en la central obrera CGT, como es el caso de los aeronáuticos cuya industria atraviesa una crisis sin precedentes que las patronales tratan de descargar sobre el personal. |