El viernes 20 de agosto, un grupo de trabajadores, sobre todo jóvenes, decidió tomar la acción directa para resolver su situación habitacional y ocupar el predio que el municipio cedió al club El Refugio camino al Mirador del Azul.
Empujados por la creciente crisis sanitaria, económica y social en el marco de la pandemia, decenas se sumaron a esta toma en los días sucesivos hasta llegar a las casi 140 familias que ocupan hoy parte de la reserva Río Azul, propiedad del INTA.
Ezequiel, vocero de la asamblea de vecinos nos cuenta “hace meses que el trabajo está paralizado y casi sin ingresos es insostenible un alquiler”. Junto a su pequeño hijo decidió ser parte de la toma al día siguiente de iniciada y desde entonces vienen aguantando el frío y las lluvias en un precario toldo de plástico. “El lunes después de la toma vino la Fiscal Little y el municipio trajo una retroexcavadora para cerrarnos el paso por el camino a Cabeza de Indio. También vino una funcionaria municipal que increpó a un compañero de la toma diciéndole “vos no podes hablar porque no sos de acá”.” agrega Ezequiel.
Parte de la campaña en redes contra la toma promovida por el municipio y los medios afines, destacan todo el tiempo el carácter de “recién llegados” de los miembros de la toma buscando deslegitimar su reclamo por tierra y vivienda en nombre del derecho de los “nacidos y criados”. “Claramente esto contradice a la misma constitución” dice Ezequiel, “no se puede negar la tierra ociosa al pueblo necesitado de vivienda. Este problema tiene largo arrastre y con la pandemia se profundizó, la solución era ayer, bueno, tienen que resolverlo hoy. Ellos son la clase política y nosotros la clase proletaria. Que no nos traten como delincuentes mintiendo e inventando cosas que no son. Quien lucra con vender un lote, en esta toma no tiene lugar”.
“Les molesta que un pobre se haga una casita en el bosque pero no que un millonario se robe un lago entero” dice Agustín. Con 20 años y una niña de 2, Agustín junto a su compañera decidió pelear por un pedazo de tierra para su familia luego de convivir hacinados en la casa de su suegra. “Es duro con la humedad y el frío estar en una carpa con mi nena con el riesgo de enfermarse y saber que el hospital está colapsado con esto de la pandemia, pero ¿qué otra me queda?”. Para un trabajador de la construcción como Agustín, el sueño de construir la casa propia es la posibilidad de crecer como persona junto a su familia, nada menos.
La resolución del Juez federal Zapata, plantea la necesaria reubicación de las familias antes de cualquier desalojo. Algo que indigno a la gobernadora Carreras y al propio Pogliano. El Ministro de Gobierno Rodrigo Butteler, de visita en la localidad, calificó de “imposible cumplimiento” al fallo al que catalogó de “peligroso antecedente” que alentaría a futuras tomas.
Días atrás el Intendente local habría planteado la posibilidad de reubicación de las familias. El planteo consistía en entregar tierras en El Cipresal y Los Ñires, dos barrios en la otra punta de la Loma del Medio que actualmente se encuentran ocupados. Un desalojo resuelto con otro desalojo. “La única solución es que nos entreguen un título de propiedad de las tierras que nos van a dar ¿Dónde vamos a ir sino?” agrega el vocero.
Después de que la municipalidad cavara el zanjón la fiscal resolvió enviar a la Policía de Seguridad Aeroportuaria para resguardo de los ocupantes. Hasta ayer, la convivencia con la fuerza federal era pacífica. Desde entonces está prohibido el paso desde y hacia la toma. “El municipio no vino más hasta hoy (sábado 12 de septiembre) que Pogliano vino con el ministro Butteler. Quisieron pasar y la PSA se los impidió” cuenta Ezequiel.
Este “cierre” de la zona impide el abastecimiento de las familias de la toma. “Aquí hay personas con discapacidades motrices, con enfermedades respiratorias y muchos chicos”. Abasteciéndose con agua en botellones, decidieron al mismo tiempo encarar una olla popular común para las familias ante la imposibilidad de bajar al pueblo.
En ese marco desde el PTS Comarca Andina, hacemos un llamamiento a rodear de solidaridad a los vecinos de la toma acercando alimentos y otros bienes esenciales al resguardo que mantiene la PSA para que puedan acercarse a recibirlos. Es necesario que las organizaciones sociales, políticas y sindicales apoyen a quienes pelean por el derecho elemental a la vivienda. Más aún luego del brutal ataque mediático, del histérico grito de la derecha envalentonada contra las tomas y en defensa de la propiedad privada por sobre el derecho elemental a la vivienda.
La asamblea viene avanzando en la coordinación con tomas más antiguas de la Loma del Medio como el barrio Almafuerte para pelear en común por una solución definitiva a la problemática de la urbanización y la vivienda digna.