La Cámara de Molineros de la Zona Productora de Yerba Mate publicó un documento en el que le pide al gobierno de Alberto Fernández que autorice a los empresarios del rubro un aumento de los precios para el paquete de yerba en los puntos de venta minorista. Para los dueños de la industria yerbatera el aumento debería ser del 40 % para, según su particular visión, dejar de seguir “trabajando a pérdida”.
En el documento, los explotadores del sector dicen que necesitan aumentar los precios “ante la imposibilidad de incrementar los valores a salida de molino, y como es de público conocimiento, la industria yerbatera, una actividad impulsora de la economía misionera, sigue trabajando a pérdida, poniendo en riesgo los puestos de trabajo y la generación de recursos que genera la actividad”. Siempre alertando que, si no consiguen lo que piden, ellos mismos van a cortar el hilo por lo más delgado: los puestos de quienes no tienen para vender más que su fuerza de trabajo.
Desde hace dos meses la cámara molinera con fuerte presencia en Misiones viene discutiendo con el ministro de Desarrollo Productivo Matías Kulfas las viabilidades de un aumento de ese producto esencial para la vida de casi la totalidad de la población argentina. Un insumo que, en medio de la crisis económica, muchas veces pasa de ser una infusión costumbrista a almuerzo y cena para muchas familias.
Para los empresarios “a medida que la solución (llaman así al aumento de precios) se dilata, la situación sigue agravándose, teniendo en cuenta que a más de nueve meses del último aumento otorgado por la Nación, la materia prima se incrementó en ese período más de 65 % y en el mismo período, sólo se autorizó un incremento de 4,5 % en el marco del Programa de Precios Máximos”.
Por eso, argumentan, “se necesita al menos un 40 % para encontrar un equilibrio en el desfasaje de costos. Aún alcanzando esta readecuación, la yerba sigue siendo la bebida natural y energizante más económica del mercado, considerando que por cada kilo se pueden consumir al menos 20 litros de infusión”, se justificaron no sin ironía.
“A este contexto extremo debe sumarse que la industria debió asumir el pago de un bono extraordinario para los trabajadores y afrontar un incremento salarial del 6,5 % a partir de agosto, a lo que se sumó que en el contexto de pandemia se requirió el reemplazo de un alto porcentaje de trabajadores mayores de 60 años o en situación de riesgo, generando más cargas económicas para un sector que paga sus impuestos sin ningún tipo exención impositiva”, agregaron desde la Cámara, casi al borde de la victimización.
Frente a la presión patronal, resta saber qué responderá el Gobierno. Si directamente les niega todo tipo de aumentos (casi improbable) o si les permite aumentar. Y en ese caso, cuánto. ¿Autorizarán Fernández y Kulfas el 40 % que exigen los dueños de la industria de la yerba mate? Se verá. |