Según la Supervisión de Salud Adolescente de Salta, en la primera mitad del año por lo menos 122 niñas y adolescentes menores de 15 años transitaron un embarazo.
Ileana Fernández informó que el número de embarazos de niñas y adolescentes es mayor porque aún quedan hospitales que no han informado sus números, como los hospitales Materno Infantil y Papa Francisco, de Salta capital.
La situación es alarmante y se viene agravando significativamente con el paso del tiempo. De acuerdo a un informe publicado en 2019 en forma conjunta por la Secretaría de Salud de la Nación y Unicef, en nuestro país nacen 258 bebés por año de madres adolescentes. El 18,3 % corresponde a niñas y adolescentes madres, encabezando los números con respecto al NOA.
Con esta nueva situación de pandemia y cuarentena la situación se agrava, el acceso a la salud se ha visto restringido pero aún más en el área de salud sexual, a la par de que los casos de abusos y violencia en las casas ha aumentado significativamente.
El mes pasado, un informe técnico del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) proyectó un retroceso de entre 20 y 30 años en la región respecto al acceso a los métodos anticonceptivos por la restricción de los servicios de salud en el marco de la pandemia de covid-19.
Niñas no madres
La realidad de niñas siendo madres no puede ser naturalizada. Es necesaria la implementación efectiva de la ESI con perspectiva de género en todos los niveles educativos, y mucho más en épocas de pandemia. Al mismo tiempo, la adhesión de la provincia al nuevo protocolo nacional de aborto no punible (ILE).
La responsabilidad de que efectivamente niñas, niños y adolescentes accedan a estos derechos es de los Gobiernos, nacional y provinciales. Eso significa que se destine presupuesto a su implementación, como también a la provisión de métodos anticonceptivos en salitas y hospitales. Y que se avance en la separación de las Iglesias del Estado. |