El día de ayer dirigentes del Partido de Trabajadores Revolucionarios de la región de Valparaiso acudieron a las oficinas del Servicio Electoral para hacer entrega de las más de 2000 firmas reunidas para extender la legalización del partido a la quinta región.
Este importante paso marca un hito en la historia de las organizaciones trotskistas del país ya que sería esta la primera vez en la historia que una organización de esta corriente logra conquistar la legalidad partidaria en la región de aceptarse las firmas entregadas, que superan largamente el total requerido oficialmente.
Además, este paso se da en el marco de un proceso constitucional que, en ojos de las clases dominantes, tiene la tarea de rearticular las de poder y legitimidad de las instituciones que impuso la constitución pinochetista y que se vieron fuertemente cuestionadas por la rebelión de octubre.
Este llamado a la “unidad” también tendrá su reflejo en la ciudad de Valparaíso, donde desde el Frente Amplio y el PC intentarán llevar las expectativas de las masas tras el carro de la ex Concertación y los sectores “progresistas” con la excusa de aislar a la derecha del rechazo, pero sin dar cuenta que fueron esos “progresistas” quienes durante los últimos 30 años impulsaron las privatizaciones (como los puertos), los perdonazos a las grandes empresas, permitieron las zonas de sacrificio e hicieron de su práctica política la corrupción.
Por eso la conquista de la personalidad legal del PTR será de crucial importancia para mostrar una alternativa a la izquierda de estos sectores que buscan conciliar y negociar un acuerdo a la vez que dicen confiar en la movilización para “presionar” a los progresistas y que estos voten las demandas del pueblo. Pero quienes venimos movilizándonos desde el 2006 sabemos en que terminan esos pactos.
Según comentó Antonio Páez, uno de los referentes del PTR en Valparaiso: “El plebiscito del domingo demostró el enorme ánimo de las masas por terminar con la constitución de Pinochet, pero quienes estuvimos en las calles sabemos que este ánimo estaba ya instalado en octubre, no era necesario un plebiscito para saber esto. El problema es que el llamado “Acuerdo por la paz” consiguió que el gobierno no callera el año pasado. Ahora la ley 21200 le aseguró a la derecha y los empresarios que muchos de los pilares del chile neoliberal no puedan ser tocados. Que la perspectiva de la caída revolucionaria del régimen no ocurriera el PC y el FA cumplieron un rol completamente traicionero”.
Sobre cuales serán las principales demandas que serán necesarias de levantar Páez señaló: “La pandemia desnudó una vez más lo precario que son los trabajos, la salud, la educación, la vivienda en el país. Valparaíso sufre un problema estructural con la vivienda, miles de jóvenes no tienen trabajo y los mayores solo encuentran trabajos mal pagados o viven con la incertidumbre del desempleo. Mientras el Puerto de Valparaiso -entregado a la familia Von Appen- o el STI de San Antonio obtienen ingresos millonarios, los cerros viven en condiciones extremadamente precarias. Poner sobre la mesa la renacionalización de los puertos y los recursos naturales será una tarea de primer orden para nuestra organización, así como el derecho a la vivienda digna, la salud y la educación gratuita financiada con las ganancias portuarias y de la minería”.
Por último el dirigente hizo un llamado a constituir un frente común de trabajadores y trabajadoras y la izquierda anticapitalista, independiente de los empresarios y los partidos del “progresismo”, un frente que intervenga en la lucha política e impulse una campaña nacional por candidaturas de trabajadores en comunas y distritos, levantando comités de base, charlas, asambleas y reuniones para que sean miles quienes se organicen para dar esa pelea en los lugares de trabajo, estudio y en las calles. |