Josefina García
| Estudiante de Letras- Filosofía y Letras UBA
Militante de Juventud PTS
En diálogo con La Izquierda Diario vecinos de la toma y jóvenes trabajadores que fueron a apoyarla cuentan sus experiencias durante la organización y los lazos que fueron tejiendo. Cuando cientos de miles son arrojados por la crisis capitalista a la miseria, no dudan en dar respuesta.
La crisis capitalista junto con la pandemia empujó a cientos de miles de personas a la desesperación y a situaciones invivibles desde el punto de vista de la calidad de vida. Esta misma degradación de sus condiciones las obligó a cuestionarlo todo y a decidir. Decidieron que su vida era más importante que los negocios inmobiliarios y que la propiedad privada de la tierra. Que si conseguir un techo para proyectar su vida y la de sus hijos implicaba ocupar tierras y profanar la santa propiedad privada debían hacerlo. Los lazos de comunidad que se establecieron entre los vecinos y quienes apoyaban la toma no eran por mera supervivencia sino por un objetivo de lucha. Pensaron durante meses como defenderse de las calumnias del Estado, de los sectores inmobiliarios, de los medios de comunicación.Toda esta experiencia determinó la conciencia de miles de vecinos de la toma que mantienen la cabeza levantada.
“El capitalismo crea sus propios sepultureros”
"En principio, las condiciones económicas habían transformado la masa del país en trabajadores. La dominación del capital ha creado en esta masa una situación común, intereses comunes. Así, esta masa viene a ser ya una clase frente al capital, pero todavía no para sí misma. En la lucha, de la cual hemos señalado algunas fases, esta masa se reúne, constituyéndose en clase para sí misma. Los intereses que defienden llegan a ser intereses de clase". (Marx en Miseria de la Filosofía).
Hace varios meses las y los vecinos empezaron a organizarse para defender su pedacito de tierra de las inmobiliarias ligadas a la última dictadura militar,. La pelea por #TierraParaVivir en Guernica se enmarca dentro de varias tomas en el Conurbano y en Capital Federal, como “El Hotelito” en la Villa 31 donde Larreta también se prepara para desalojar.
En Guernica muchas organizaciones solidarias como FOL, Barrios de Pie, Polo Obrero, la Tendencia del Partido Obrero, la Víctor Choque, Teresa Vive, Nuevo MAS, la Red de Trabajadorxs Precarizadxs y el Movimiento de Agrupaciones Clasistas participaron de las colectas solidarias, así como el PTS y el Partido Obrero. Los vecinos se las ingeniaron para tener insumos básicos. “Se hicieron las conexiones de luz muy precarias, baños y algunos pozos de agua para no tener que salir a buscarla. Vecinos del barrio de al lado de la toma, que es más urbanizado, les daban agua. Hicieron una canilla que todo el barrio iba a buscar agua ahí” cuenta Marylin, una joven trabajadora estatal y militante del PTS que dejó su hogar por un tiempo para estar a disposición de la organización de los vecinos. “Fue tremendo ver cómo esta gente, que son trabajadores y trabajadoras que muchos perdieron sus laburos durante la pandemia, se juegan su vida. Porque no es solo eso, es su futuro, sus necesidades y sobretodo las de sus hijos que es lo que las mujeres. Que no querían que vivan como ellos habían vivido. Me parece que eso es de una fuerza imparable. Aquellos que son escépticos de la clase obrera, que opinan que no hay fuerza, tendrían que echar un vistazo a cómo se organizan las y los vecinos de Guernica”. Mirna, una vecina del predio cuando empezaron a organizar asambleas decía que “estamos viendo un hormiguero. Me siento muy bien porque veo un hormiguero humano que se está organizando y pone en pie el barrio.” De a poco se ponía en pie un barrio con sus instituciones, donde también empezó a cambiar la forma en la que se deciden las cosas. Éste es un ejemplo muy en pequeño de cómo podría funcionar una forma distinta de organización en el barrio porque los vecinos votan y deciden todo en las asambleas. Contra la idea establecida por los métodos clientelares y punteriles que los partidos tradicionales han usado históricamente para intervenir en los barrios populares, muchos de los testimonios dejan esta idea: la posibilidad de que sean los propios vecinos los que hagan su propia política, una política desde abajo, desde los trabajadores, con una organización democrática. “Esta fue parte de la contribución que hizo el PTS al conflicto para que nadie baje los brazos” dice Papu, uno de los vecinos de la toma.
Las inundaciones y los días fríos fueron muy duros para aquellos que vivían en las casillas. Durante las lluvias se perdía todo. Los colchones, las frazadas, la ropa. “El día de la inundación nos ayudaban otros trabajadores para rearmar las casillas, como los jóvenes precarizados. En cada lugar de trabajo se hicieron colectas para que las familias pudieran pasar el frío en contraposición al gobierno que no les dejaba entrar chapas, palos, cartón ni nada.” cuenta Pablo, un médico de la posta sanitaria, ilustrando la solidaridad de clase que se vivía en el predio. Él también es militante del Partido de los Trabajadores Socialistas y fue entre los primeros trabajadores de la salud en poner en pie la Posta que funcionaba enteramente para el predio. Frente a la crisis, la fusión entre quienes tomaban las tierras y quienes iban a ayudar posibilitó entender que de esta se sale codo a codo. Marylin cuenta que “Lo primero que pienso es lo rápido que pudimos conocer y entrar en confianza con un sector grande de vecinos y vecinas que nos abrieron la puerta de su casilla. Y cuando vieron que estábamos ahí para apoyarlos, poniendo ideas y cuerpo, enseguida se generó un vínculo para mí muy profundo.”
El sueño por la vivienda digna se fue construyendo durante los meses de la toma y es difícil de abandonar. Se acercaron artistas como Sara Hebe y el Quinteto Negro La Boca que realizaron junto a otros un festival solidario el 11 de Octubre organizado por el equipo audiovisual de La Izquierda Diario, Decile Como Quieras y Antivirus, junto a agrupaciones estudiantiles como ContraImagen de la Universidad Nacional de las Artes. La Izquierda Diario fue el medio que estuvo desde el primer minuto mostrando cómo se vivía en la toma, cómo se organizaban los vecinos y los militantes que fueron a ayudar. Desmintiendo los dichos del gobierno que tenían como propósito hostigar.
También se hicieron presentes en la entrega de donaciones figuras como el diputado nacional Nicolás del Caño, o el mismo día de la represión como Claudio Dellecarbonara que es legislador de la Provincia y Alejandrina Barry que es legisladora de la Ciudad de Buenos Aires, todos ellos del PTS en el Frente de Izquierda. Las apariciones de estas figuras amplificaron la difusión del conflicto en amplios sectores de la población. Varias secretarías de centros de estudiantes de la UBA y la UNLP, como también la agrupación En Clave Roja, participaron junto a decenas de estudiantes que pelearon en sus universidades, terciarios y secundarios para que los Centros y los Consejos Directivos se pronuncien por #TierraParaVivir.
Un nuevo espíritu que intenta establecer un nuevo equilibrio social
“Los motivos que determinan de un modo inmediato los acontecimientos de la revolución son las modificaciones que se operan en la conciencia de las clases beligerantes. Las relaciones materiales de la sociedad no hacen más que trazar el cauce de esos procesos. Por su naturaleza, esas modificaciones de la conciencia colectiva tienen un carácter semisubterráneo; sólo cuando alcanzan un determinado grado de fuerza de tensión se evidencia en la superficie el nuevo estado de espíritu y las nuevas ideas, en forma de acciones de masas, que establecen un nuevo equilibrio social, aunque muy inconsistente.” (Trotsky en Historia de la Revolución Rusa)
Como muchas mujeres que se veían correr en la jornada del desalojo, protegiendo a sus hijos y a los que resisten, Nicole, una vecina de la toma y de las principales impulsoras de la Comisión de Mujeres, está muy indignada. Ella en este tiempo además se sumó a construir la Red de Trabajadorxs Precarizadxs junto a precarios y desocupados. Además es mamá de una nena de 4 años y estudiante de enfermería, aunque por la pandemia y la pérdida de trabajo tuvo que abandonar. “[Dicen] que a las mujeres nos mandan al frente. A nosotras no nos manda nadie, fuimos solas yo estuve en el frente y peleé 4 horas y media contra esa policía fascista que no dudó en romper las casas de los vecinos porque nos persiguieron como ganado por cuarenta cuadras. Por el costado, los camiones hidrantes. Atrás las motos y al frente un paredón de 4 mil efectivos. Es una total falta de respeto al pueblo argentino. Por otra parte dijeron que no había niños en el predio. Está comprobado, tenemos fotos y videos. El predio estaba lleno de niños así que que el gobierno no se llene la boca diciendo cualquier mentira. A un nene de 12 años lo agarraron efectivos en el piso hasta no poder más. Entre cincuenta. A esa juventud muy embroncada que sale al frente a pelear”, dice Nico y con esta cruda escena ilustra la actitud decidida de decenas de mujeres que participaron ese día para defender lo suyo.
Ellas vienen construyendo su organización hace dos meses y medio. “Arrancó por 5 vecinas que teníamos ganas de subir la moral. Yo, por ejemplo, cedí un espacio de mi terreno para construir La Escuelita [donde se daban clases de apoyo pero también talleres como murga, Taekwondo y música]. También para una olla popular porque si bien había un montón en el barrio la realidad es que nunca alcanza. La necesidad es mucha.” Rápidamente la Comisión fue una referencia para cientos de vecinas y vecinos que empezaban a dar sus primeros pasos en organizarse. Mujeres que no tenían un sindicato formaron un espacio para darle voz al conflicto
“Decidimos poner en pie esta Escuelita con las docentes presentes en los predios y fue un proyecto maravilloso del cual mis compañeras y yo nos sentimos totalmente orgullosas. Yo creo que lo más importante hoy en día es el nivel de organización desde abajo que tuvimos, empezando por las mujeres siguiendo con los vecinos. Hicimos una conexión social ahí adentro. Por eso nos auto-denominamos barrio”, dice Nicole. La Escuelita se puso en pie a comienzos de Octubre, cuando ya había una fecha para el desalojo dictada por el Fiscal. Su propósito fue seguir fortaleciendo a los barrios y ser un espacio pedagógico impulsado por la Comisión de Mujeres y vecinos del barrio, junto a las organizaciones. La idea surgió a raíz de la precariedad que imposibilitaba a los niños a seguir adelante con las clases virtuales. Las y los docentes sabían que en la toma estaban muchos de sus alumnos y no dudaron en ayudar a crear este espacio.
Quienes no faltaron en la toma fueron los médicos, enfermeras (como los del Hospital Garrahan) y estudiantes de la salud (de la UBA y la UNLP), que el día de la represión se los podía ver en la columna curando de inmediato a todos los heridos. Ya sea poniendo óleo calcáreo en sus caras para amortiguar el impacto del gas o paños para los efectos de las balas de goma. La posta sanitaria se había instalado ya hace unos meses entre varias organizaciones siendo la única institución de salud a la cual los vecinos podían acceder durante la pandemia. Pablo, el médico con el que hablamos anteriormente, cuenta los difíciles meses de precariedad sanitaria: “Con las inundaciones y el frío, tuvimos que atender a un montón de nenes con patologías respiratorias muy duras, donde los derivamos a lugares de atención hospitalaria directamente porque estaban muy graves. No se podían quedar porque no tenían electricidad, no teníamos la medicación y no podíamos pasarles oxígeno. Era muy difícil derivarlos al hospital de Guernica porque por orden de [la intendenta] Blanca Cantero se les negaban la atención o los detenían. Por eso coordinamos con lugares sanitarios de alrededor y la verdad que la unidad de trabajadores en ese aspecto fue muy buena.” Respecto a su experiencia comenta que “choca con la realidad de muchos estudiantes por ejemplo de la UBA porque en la facultad nos enseñan más bien sobre el ascenso social y después te das cuenta que las necesidades de la gente son mucho más básicas como cloacas, agua. Para mí pone en cuestión por qué realmente estudiamos. Si es para ser precarizado 4 años en residencias para que el Estado se ahorre plata que después le da al FMI, si es para que le llenemos los bolsillos a OSDE o a Sigman, o si ese conocimiento tiene que estar puesto al servicio de la gente que realmente lo necesita y pensando una salida integral para los sectores mayoritarios de la clase trabajadora.. Eso creo que hay que discutir y creo que nosotros podemos aportar en fomentar la unidad y la organización.”
Pero también la solidaridad muestra quienes fueron los grandes ausentes, como reflexiona Nicolás, un joven trabajador de la Red de Precarizadxs que decidió mover su trabajo a la Zona Sur del conurbano para poder ayudar diariamente en la toma: “Lo que me dejó muy impactado y pensando es qué hubiese pasado si llegábamos con sindicatos y centros de estudiantes que rodearan no solamente el día del desalojo sino semanas antes de solidaridad a Guernica. Todo eso pensado en función de estar cada semana con los vecinos. Con eso hubiese sido absolutamente imposible desalojar.”
“El Estado es la junta que administra los negocios de la burguesía”
“Los gases lacrimógenos no los llevó la policía, las casillas no las quemó la policía” dijo el domingo el gobernador Axel Kicilloff en diálogo con el programa Pasajera en Trance, emitido por la radio AM 750. Con este nefasto comentario apoyaba las declaraciones de su ministro de seguridad unas horas atrás. “Yo estuve y vi cómo ellos tiraron los gases, cómo los lanzaban con la mano. Vi las balas, todo. Los únicos que tiraron fueron Berni y la policía, sus mulitos” cuenta Papu del barrio San Martín que estaba en el predio. Patricia Bullrich se hizo un cumpleaños de 15 con los dichos de estos funcionarios del Frente de Todos. En esta situación, mentir también es un acto violento. Todo está documentado: el que no acepte las migajas invisibles del Estado, topadora y palos.
Estas mentiras de los funcionarios del Frente de Todos en la Provincia de Buenos Aires se suman a los cuatro meses de maniobras. Junto a Andrés Larroque, ministro de Desarrollo Social de la Provincia presionaron a las familias para que acepten ir a lotes en seis meses los cuales no estaba claro dónde quedaban. Les dijeron que vayan a dormir a lugares de paso. Intentaron desarmar la organización ofreciendo 50 mil pesos (una miseria) por abandonar esas tierras, y el sueño de la vivienda propia para dársela a los countrys. “Que Larroque deje de mentir porque él no se encargó de nada, de ningún problema. Incluso los que habían firmado la primera oferta de los $50 mil pesos tuvieron que volver al predio porque esa plata nunca les fue asignada” agrega Nicole.
“La crisis social que tiene este gobierno la resuelve con represión. Entonces desde ese punto de vista muestra cómo están decididos a pasar los planes de ajuste de la derecha”, dice Sofía, trabajadora precarizada y militante del PTS que estuvo todos los días en la toma. Claro, si la Guernica del artista Picasso era la ciudad perdida que quedó en manos Franquistas durante la guerra civil española, hoy nuestra Guernica criolla quedó en manos de los countrys gracias a la colaboración decidida del gobierno. “Pero por otro lado -agregaba- la predisposición al combate y a pelear por un derecho elemental, básico como el derecho a la vivienda en este caso, con cientos de vecinos, de mujeres que participaron que se plantaron contra el desalojo que se organizaron colectivamente para enfrentar y resistir es de esos elementos novedosos de este momento que anticipa a los tiempos a los que vamos. Las mismas mujeres de la comisión decían que no fue una derrota porque tienen mucha moral y fuerza para seguir luchando y organizándose porque el problema es muy profundo. Entonces una primera derrota [como fue el desalojo] no es haber perdido la guerra. Muchas mujeres que fueron la voz en los medios de comunicación denunciaron al gobierno y su responsabilidad en esa represión y eso fue muy importante porque justamente implicaba que cada una jugaba un rol importantísimo.. Creo que a todos nos fortaleció y nos demostró que en esas peleas es donde se juega lo importante y lo fundamental. No solo por Guernica, sino por la preparación para lo que se viene.”
La lucha no terminó: sigue en pie el sueño por una vivienda digna
Un murmullo agitado, impaciente, se escuchaba detrás de la tela de la carpa donde dormimos apenas una hora esa noche. Entonces, los tiros de lejos. Eran más o menos las cinco de la mañana cuando la abandonamos todavía armada. Fuimos a la mitad del predio, a la “T” como le decían, que es donde se cruzan los barrios. Unos agarrados a los brazos de los otros fuimos, sin dudar ni un momento, al combatir e intentar detener a la policía dirigida por Sergio Berni que ya estaba lanzando balas de gomas, gases lacrimógenos y gas pimienta como se ve en varias fotos y videos.
Con sus topadoras iba despedazando y quemando las casillas con la ropa y los juguetes de los chicos, documentos y quizás algún pedazo de comida. Y no fue fácil para la Bonaerense que vio cómo cientos de pibes aguantaron y la hicieron retroceder varias cuadras durante 4 horas y media de combate.
Si algo no se perdía eran los ánimos. Cientos de jóvenes de 12, 15 o 21 años fueron al combate orgullosos de estar peleando por lo que realmente importa: una vivienda digna. La juventud que fue a apoyar ese día podía haberse quedado en su casa estudiando y divirtiéndose. Pero dejaron eso a un lado y se preocuparon por defender un techo que no era ni para ellos. Porque el problema de tener una casita propia es un problema generacional. Como dice Nicole en varios discursos, es un problema que ya atraviesa a tres generaciones. No tiene sentido vivir así mientras los chetos están de fiesta con sus barrios privados, como Bellaco S.A (que dicho sea de paso, están muy flojos de papeles y asociados a Videla). Coreaban encolumnados frases de canciones punk como “Nunca seré policía/ ni de provincia ni de capital” y “ya no sos igual/ sos un vigilante de la federal”. También otras de cumbia como “vos sos un boton/ nunca vi un policia tan amargo como vos”.
Sin embargo, una de las canciones más sentidas por los vecinos fue “Oooooh vamos a volver”, irónico ¿no?. Aquella cantada por el peronismo durante las elecciones de 2019 de repente fue devuelta en su cara por la bronca de miles que querían volver a su tierra. Querían volver a su terreno que con tanto trabajo y organización habían construido. Nicolás agrega que “la predisposición de esos jóvenes que se plantaron 4 horas para resistir contra la gorra fue realmente impresionante. No contra cualquier gorra, era la de Berni y Kicilloff. Un gobierno que fue elegido por muchos de los que estaban ahí. Mientras los vecinos resistían, se les escuchaba decir ’te voté hijo de puta, no reprimas’. Yo creo que muchas personas con esta experiencia hicieron un clic con el gobierno y eso está en disputa. Además, está claro después de esto que hay un pueblo dispuesto a pelear y resistir hasta las últimas consecuencias”
La etapa de la lucha por la tierra para vivir no concluyó la mañana del desalojo. Cientos de valientes jóvenes demostraron que una derrota en una batalla no es la pérdida de la guerra. “Venimos en asambleas permanentes, no perdimos contacto. Intentamos reubicar a vecinos que estaban en la calle en casas de amigos o familiares. Inclusive hoy en una casa hay 5 o 6 familias y eso nos encargamos nosotros” cuenta Nicole. Evidentemente al romper las casillas de las personas que allí vivían, la Bonaerense no logró romper los lazos de solidaridad y las ganas de organizarse. Además como fue mencionado al principio, esta toma se enmarca en una continuidad de toma sobretodo en la Provincia de Buenos Aires y en la Capital, como “El Hotelito” donde también las mujeres están a la cabeza de defender y garantizar su derecho a la vivienda digna.
La lucha de los vecinos de Guernica sigue. Como muestran miles de jóvenes que se organizaron todo este tiempo, haciendo colectas, llevando donaciones abajo de la lluvia, poniendo los pies en el barro en el momento más necesario. El capitalismo tiene la incapacidad de resolver el problema de la tierra porque debería ir contra sus propios principios. El miedo de los medios por el avance sobre la propiedad privada que hizo un sector harto de que los traten como un resabio de la sociedad es lógico. Frente a una crisis así hay que estar ciego para no querer ver que las personas no van a responder mansamente cuando se trata de sus vidas. La pelea de Guernica es una pelea por nuestro futuro.