Los canes pueden tener la inteligencia emocional de un niño de tres o cuatro años, se sabe que sienten miedo, y se sigue investigando si pueden sentir más emociones como vergüenza, empatía o pena.
Estudios demuestran que los perros sonríen como lo hacen las personas, la larga convivencia de miles de años que han tenido las dos especies ha hecho que los canes adopten este gesto de los humanos.
Alberto Tejeda académico de la Facultad de Medicina y Veterinaria y Zootecnia de la UNAM afirma que el proceso de domesticación ha sido largo y “trajo consigo cambios muy importantes, sobre todo a nivel cerebral, se habla de más de 100 mil años de lobos con humanos y de perros van de 15 o 16 mil años”.
El cambio facial existe en muchas especies sociales, primates, osos entre otras, se da cuando estamos relajados, “pero en los perros… si cambia la expresión facial, si existe la sonrisa de perro cuando la están pasando bien”.
Incluso hay algunos ejemplares, “que exageran (la sonrisa), que vienen de familias muy felices, donde ellos entienden que esta expresión es una forma de sentirse bien con el resto de los individuos, mucha gente se espanta, porque normalmente cuando un perro nos muestra los dientes es por un acto agresivo”, dijo Tejeda.
Estas afirmaciones se dan gracias a la etología cognitiva, que estudia el comportamiento de los animales, se han realizado tomografías comparado las estructuras neurológicas con de las dos especies para analizar las emociones.
Los lobos tienen las mismas características físicas para sonreír, pero los perros por la cercanía con las personas provocó que las emociones reforzarán el sistema límbico, “lo que hizo fue mejorar la capacidad integrativa que tiene los perros para vivir con los humanos”, así los canes empezaron a sonreír.
El perro fue el primer animal domesticado pero tal vez no fue el hombre quien los eligió, tal vez fueron ciertos lobos que tuvieron la capacidad para hacerse más simpáticos y menos agresivos, “se reprodujeron en un grupo humano y de ahí viene el caminito”, detalló el experto de la UNAM.
Los mismos estudios arrojan que los perros pueden leer nuestro lenguaje no verbal, esto se comprobó con la teoría de las neuronas espejo, donde se detalla la interpretación de las emociones y que se encuentran prácticamente todos los animales sociales.
Y es que el perro puede sonreír porque su musculatura facial le da para eso, un cerdo o una vaca no pueden tener una sonrisa, estas especies cuando están felices tienen otras actitudes como saltar o correr.
Los canes pueden tener un coeficiente emocional como de un niño de tres o cuatro años, se sabe que pueden sentir miedo, pero se investiga si también sienten otras emociones como vergüenza, empatía o pena.
La próxima vez veas un perro sonreír, sabrás que está pasándola bien.