Desde comienzos de la pandemia el gobierno nacional tensionó a los trabajadores de salud con su llamado al combate de la misma. El personal respondió con gran sacrificio a la exigencia, sin insumos suficientes, son remuneraciones acorde, sin el personal necesario, con jornadas extenuantes, con una enorme tensión acumulada y promesas que nunca se cumplieron.
En Rio Negro, el colapso del sistema de salud ha sido anunciado una y otra vez en los últimos meses, sin lograr que se revierta la tendencia al desfinanciamiento y la precarización por parte del gobierno provincial, llegando incluso a la renuncia de los jefes de área de algunos de los hospitales más importantes de la provincia.
Hartos ya de estar hartos
La bronca acumulada emergió a fines de agosto, dando lugar al proceso de auto convocados en todos los hospitales de la provincia. Pero estalló hace dos meses cuando el desgaste y la bronca chocaron con la miserable paritaria firmada por ATE y UPCN con el gobierno de Arabela Carreras, que desencadenó la desafiliación masiva a ATE y la búsqueda de crear un nuevo sindicato para pelear paritarias del sector de la mano de FESPROSA, la central de la CTA de Yáski.
La oferta fue de un 22% en cuotas y nuevas sumas no remunerativas, que no resuelven la pérdida de hasta el 68% del poder adquisitivo del salario experimentada en el último año. La tendencia ha sido a la sobrecarga laboral para lograr equilibrar los ingresos, con el consecuente desgaste físico y emocional para el conjunto del personal, que realiza guardias de hasta 15 horas diarias.
Esta lucha empalmó con el reclamo histórico por la ley de insalubridad para enfermería, para lograr una jubilación anticipada, entre otros reclamos.
En este marco de problemas irresueltos, se dará esta jornada para recordar y honrar a quienes dieron su vida en la primera línea de combate a la pandemia. Un contexto provincial que se superpone con la dramática situación de la salud a nivel nacional que enfrentará un ajuste de casi el 10% en términos reales en el presupuesto 2021, respecto del período vigente.
La prioridad del Gobierno Nacional de Alberto Fernández, y el Provincial de Arabela Carreras, de honrar la deuda con los acreedores, significa continuar vaciando la salud pública en un contexto en que aumenta la pobreza y la desocupación producto de la crisis y la pandemia.
Si el sistema de salud ya estaba desbordado, esta realidad post-pandemia con casi el 50% de pobres, un 14% de desocupación y la informalidad laboral que significa no contar con obra social, solo harán recrudecer las penurias de trabajadores de salud saturados, precarizados y desabastecidos.
Por la unidad de los trabajadores
En un contexto de fragmentación al interior de los nosocomios, con contratos provinciales, municipales y nacionales; con una infinidad de gremios que se disputan la representación de los derechos de los trabajadores de salud; con contratos enmarcados en leyes que atentan contra la capacidad de unificar la lucha; la actual pelea por un nuevo sindicato debilita la capacidad de respuesta del personal de salud a los ataques en curso y los por venir.
Si la conducción de ATE no está a la altura de los reclamos de la base, la pelea es por recuperar el sindicato de las manos de esta burocracia traidora, servil al poder de turno que moldeó Weretilnek y que usufructúa Carreras. La creación de un nuevo sindicato que dispute paritarias exclusivas para salud, es debilitar la conquista un gremio unificado y fuerte como es ATE, el cual salud ayudó a construir. No se trata de “comerse el sapo” de la actual conducción, sino de arrancarle la pelea por los intereses de los afiliados, o echarlos a patadas de la poderosa herramienta de organización con que cuentan los trabajadores del Estado rionegrino.
Que la posibilidad de superar la traidora dirección del ATE de Rodolfo Aguiar, pase por apoyarse en el genuflexo Hugo Yáski, dice como se cambia el perro pero no el collar. Tanto una como otra CTA han demostrado a lo largo de estos años estar más preocupadas por arrimarse adonde más calienta el sol que en responder a las necesidades de las bases de sus sindicatos. Por eso la pelea debe ser por recuperar los sindicatos de esta burocracia parasitaria y entregadora.
Si salud da esta pelea, no lo hará sola. Allí están los municipales, saneamiento, empleados públicos y judiciales que vienen aguantando las traiciones de las conducciones de ATE y UPCN hace años, y que pueden ser fenomenales aliados en esta pelea por recuperar el sindicato como herramienta de lucha.
Al fin y al cabo, la salud es una lucha de todos y todas las y los trabajadores de esta provincia. Que eso quede claro este jueves acompañando su homenaje a los caídos en la primera línea de combate. | 
