Según lo anunció el intendente, el aumento rondará los 50 pesos y se realizará de manera escalonada. Intentando así amortiguar el impacto del anuncio.
Lo cierto es que ya a la inflación en ascenso, que según Indec para noviembre fue del 3,2 %, el valor del boleto del transporte urbano impactará de lleno en los bolsillos de los usuarios.
En una ciudad endeudada en dólares y bajo una gestión peronista que comenzó con recortes y ataques a los empleados y empleadas municipales, coronados con represión y detenidos. Sin olvidarnos que la provincia tiene casi un 20 por ciento de desocupación.
También fue protagonista durante la cuarentena el conflicto de UTA originado alrededor de aprietes de parte de las patronales para que les aumenten los subsidios que nunca dejaron de cobrar. Los que sí dejaron de cobrar algunos items y aumentos fueron los choferes que llevaron adelante una gran lucha, con un proceso de autoconvocados que superó a la dirección gremial muy interesante.
En esta situación y según el anuncio del ejecutivo municipal, a partir del 1 de enero el boleto comenzará a costar 43 pesos.
Como dice el proyecto presentado por la concejal Laura Vilches (PTS-FIT U) en el Concejo Deliberante, es necesario que el transporte público de pasajeros deje de estar en manos privadas, de empresarios que anteponen sus intereses y sus ganancias a las necesidades del pueblo trabajador, y pasen a estar bajo el control de sus trabajadores y de los y las usuarias, quienes realmente son los que utilizan el servicio. |