En el golpe de Estado, promovido por empresarios, agropecuarios y sectores patronales de hidrocarburos, tuvieron ayudas por parte de la autoproclamada Jeanine Áñez. Posibilitaron la entrega de tierras a estos sectores y perdones tributarios al empresariado.
En general a los empresarios les dieron planes de inversión de millones, a través del Estado, con distintos decretos. Además, que por la emergencia sanitaria se recurrió a préstamos externos. Según el CEDLA (Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario) “debemos recordar que Bolivia en 2006 adeudaba la cifra de 3.248 millones de dólares, diez años después ésa cifra ascendió a 7.267 millones de dólares (2016), más del doble, y para el 2019 nuestra deuda es de 11.267 millones de dólares”.
El golpe y luego la pandemia permitió a los empresarios descargar la crisis sobre los trabajadores y trabajadoras formales e informales. Se produjeron y siguen produciéndose despidos masivos, se cierran fábricas, pese a haber recibido millones de ayuda en inversión. Los sectores más humildes golpeados por la pandemia y la crisis económica empezamos a sufrir las consecuencias de estos despidos masivos.
Sectores que exportaban a Europa como Altifibers, miles de trabajadores informales fueron echados a las calles, trabajadores de primera línea sanitaria fueron obligados a trabajar sin la protección necesaria. Somos los trabajadores informales, trabajadoras en primera línea, sectores humildes de barrios periféricos pobres los que empezamos a sufrir las consecuencias de la crisis que se va desarrollando en el país.
Con las elecciones del pasado octubre el MAS alimentó las ilusiones que toda la economía volverá a la “normalidad” y que con la conciliación con los empresarios golpistas podremos seguir adelante. El nuevo presidente eligió un gabinete de tecnócratas que dicen que la prioridad es el país y su economía. Pero ese discurso parece más ayudas a los empresarios, cuando hablan de entregar recursos “al sector productivo del país”. Ya recibieron millones de los golpistas y hoy no podemos permitir que el MAS lo siga haciendo.
Los trabajadores y trabajadoras formales e informales del país vimos a los políticos embolsillarse millones de dólares en corrupción de uno y otro lado. Los golpistas ayudaron a su gente que son los empresarios. ¿Por qué hasta el día de hoy no hay una señal para los trabajadores en lucha como Altifibers, Laboratorios Vita, Prossil, Chocolates Para Tí, Tecnopor, Tecalim, Hiltrabol, Aidisa y otros sectores? ¿Por qué muchas de estas luchas están siendo llevadas a interminables juicios donde sabemos que los empresarios con dinero dominan la justicia?
Los trabajadores y trabajadoras de base y sectores humildes que sufrimos los efectos de la pandemia y de la crisis económica tenemos una serie de demandas que queremos hacer conocer y los cuales vamos a organizarnos para luchar si es que no existe la atención del actual Gobierno.
- Apertura de los libros de contabilidad de cada empresa que presente quiebra, para demostrar la falsedad de la quiebra luego de más de 15 años de pleno crecimiento.
- Reincorporación de los 200 trabajadores de Altifibers, quienes fueron obligados a trabajar en la cuarentena y luego cerraron la fábrica.
- Reincorporación de los dirigentes del sindicato de la farmacéutica VITA y anulación de los procesos penales a los trabajadores.
- Reincorporación de los trabajadores de Vidrio Lux de Cochabamba quienes vienen de una lucha de meses por la devolución de sus fuentes de trabajo.
- Reincorporación de los trabajadores de FIDALGA.
- Reincorporación de los trabajadores de Prossil Cochabamba quienes vienen llevando la lucha hace 5 meses.
- Reapertura de la fábrica Lara Bisch S.A. bajo control de sus trabajadores y bajo propiedad y financiamiento estatal ya que el empresario se declaró en quiebra.
- Sindicalización a nivel nacional de todo el sector de trabajadores en construcción.
- Sindicalización de los trabajadores municipales.
- Exigimos el pase a la Ley General del Trabajo de todas las y los trabajadores de Salud, donde la gran mayoría en el sector de enfermería, son trabajadoras precarizadas.
- Derogación del Estatuto del Funcionario Público y Ley General de Trabajo para todos los trabajadores públicos.
- Nacionalización, sin indemnización, de las clínicas privadas y puestas a funcionar bajo el control de sus trabajadores y trabajadoras.
Los trabajadores y trabajadoras nos negamos a pagar la crisis con los despidos, con bajas salariales, con el sacrificio de nuestras vacaciones como en muchos lugares de trabajo, con la libre negociación de nuestros aguinaldos. En estos 14 años de crecimiento económico, que tanto pregonan los empresarios, ganaron millones. Es hora que los empresarios y ricos del país paguen la crisis sanitaria y económica.
Ya recibieron millones de los golpistas en cuanto a la emergencia sanitaria con grandes negocios con las clínicas privadas y farmacéuticas que importaban materiales de laboratorio sin impuestos. Y ni qué decir del sector agropecuario e hidrocarburos.
También los sectores en lucha están reflexionando sobre el papel de la dirigencia burocrática que está llevando muchas de las luchas a juicios interminables donde siempre con dinero los empresarios ganan. Las y los trabajadores debemos organizarnos desde las bases; los dirigentes vendidos al MAS y al golpismo no son garantía de nuestra lucha.
Ponemos las páginas de La Izquierda Diario Bolivia a disposición de las y los trabajadores para discutir y reflexionar junto con los sectores populares, campesinos, índigenas, en las comunidades y en los barrios, y junto con la juventud precarizada los pasos a seguir para enfrentar la profunda crisis en marcha. También, nos ponemos manos a la obra para que estos esfuerzos por visibilizar las luchas de los sectores que vienen resistiendo los ajustes y los despidos masivos sea un punto de apoyo para organizarnos por un pliego obrero que responda a las necesidades más urgentes del pueblo trabajador, del campo, de las zonas periurbanas y de la ciudad, que somos la gran mayoría de este país. |