A pesar del discurso de transformación, el Gobierno encabezado por Andrés Manuel López Obrador (AMLO) ha dado continuidad a la militarización del país, otorgando mucho más poder a las Fuerzas Armadas, como parte de la estrategia de seguridad. Siendo que el propio AMLO y algunos colaboradores suyos, cuando eran parte de la oposición, criticaron duramente esta estrategia por ser parte de las causas de la violencia.
Las promesas de bienestar para combatir la inseguridad se terminaron una vez que llegó a la presidencia, desde un principio le dio más poder al ejército para que, en primer lugar, fuera más cercano al presidente. De este modo, no existió una relación tan estrecha entre el jefe del ejecutivo y la institución castrense desde 1940, cuando comenzaron a gobernar los presidentes civiles después de la Revolución mexicana. De modo que se ha desplegado un número récord de tropas para patrullar las calles, los puertos, las carreteras, los laboratorios, etc.; una cantidad que ni los ex presidentes Calderón ni Peña Nieto pudieron lograr.
Curiosamente, a la par que la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) va ganando poder, los carteles del narcotráfico y la violencia también van ganando terreno; es decir, a la par que se incrementa el número de soldados en las tareas de seguridad pública, la inseguridad se incrementa.
En los hechos esta estrategia de seguridad va generando lo opuesto a lo que dice combatir, pues no puede soslayarse que el 2019 fue el año más violento por el que ha cruzado México, ya que hubo 34.582 homicidios registrados en 12 meses con un crecimiento notable de estos crímenes, mientras que en 2018 hubo 33.743 víctimas; o sea que la cifra creció 2.5 %.
Ello a la par que los efectivos militares involucrados en tareas de seguridad pública se incrementaron en un 20 %, alcanzando la cifra de casi 66 mil en la primera mitad de 2020, junto con un aumento de 75 % de miembros de la Armada desplegados a nivel nacional, alcanzando los 27 mil. Estas cifras muestran que sí existe una relación, pues conforme hay más elementos castrenses patrullando la vida pública, la violencia contra las mayorías trabajadoras es cada vez mayor; es decir, que este ataque sistemático es, también, producto de la violencia institucional y no sólo de individuos aislados.
Las Fuerzas Armadas y los mega proyectos
La institución castrense está participando de tal forma en la vida nacional, que hoy día es beneficiaria de la construcción del aeropuerto de Tulum, Chetumal y Palenque como anunció el domingo pasado el propio presidente. Y es que, según él, los miembros de la Sedena no son corruptos, a pesar del sospechoso caso del general Cienfuegos, del cual no sólo hubo señalamientos de asociación con el crimen organizado por lo que fue detenido en Estados Unidos, sino que hoy se le protege en México, ya que las pruebas con las que se le acusó en el gigante del norte, no aplican en el país.
Por si fuera poco, tres tramos del Tren Maya estarán a cargo de una empresa dependiente de las Fuerzas Armadas, lo que se estableció durante la firma de convenio del Programa Regional de Ordenamiento Territorial, donde el presidente además anunció que esto se lleva a cabo para financiar las pensiones y jubilaciones de soldados y marinos. Mientras que buscan regular el outsourcing que le niega ese derecho a la clase trabajadora y, por el contrario, la tiene en condiciones cada vez más precarias.
AMLO declaró que: “No quiero dejar de mencionar dos cosas… primero, … tenemos que proteger esta obra para que no haya la tentación de privatizarla, y que mejor que dejársela a las Fuerzas Armadas y que tenga como propósito el financiar las pensiones de marinos y de soldados, ese es un objetivo; y el segundo propósito, para entregar el tren y los aeropuertos a las Fuerzas Armadas, es que debemos de garantizar la seguridad en la región”.
Razones de la militarización
La militarización se da por tres razones fundamentales. En primer lugar, porque el Gobierno de AMLO sabía (y sabe desde el principio) que la simulación de la 4T (Cuarta Transformación) no duraría para siempre, pues los sectores que tenían esperanzas en él estaban esperando resultados importantes para el cambio en sus vidas. Es decir que las masas tampoco le entregaron un cheque en blanco. Por el contrario, no puede descartarse que las muestras aisladas de descontento que se han venido expresando en distintos puntos del país al calor de la pandemia y la crisis económica, empiecen a extenderse.
Por lo que si existiera una situación donde las mayorías trabajadoras se rebelaran contra el Gobierno, las Fuerzas Armadas estarán listas para sostenerlo, con la disuasión y la amenazar o podrán llegar hasta la represión física, lo que implicaría que los miles de soldados puestos en lugares estratégicos a lo largo y ancho del país muestren el verdadero rostro del Estado burgués.
La segunda razón, es para fortalecer la figura presidencial frente a los distintos sectores dentro del régimen, como son los ya conocido PRI, PAN, PRD etc., para mostrar quién es el presidente y máxima autoridad del Estado, lo cual sirve para fortalecer al propio régimen. Combinado con una política de concesiones, acercamientos y diálogo con los empresarios, protegiendo sus intereses.
La tercera razón de que las Fuerzas Armadas estén ocupando esos lugares, es para el cuidado de sectores estratégicos de la economía; por ejemplo, los aeropuertos, las carreteras, los trenes y los puertos son fundamentales para hacer funcionar el T-MEC (Tratado de Libre Comercio entre México, Estados Unidos y Canadá ). Mediante ellos es como se echan a andar las cadenas de valor, por las cuales se transportan las mercancías (y el virus SARS-Cov-2 también).
Ante la gran crisis del capitalismo actual, el Gobierno necesita controlar esos rubros de la circulación de bienes para garantizar las ganancias de los grandes empresarios, pero también para hacerse de los recursos necesarios para hacer funcionar sus programas sociales.
Una salida política real por izquierda
Por esta razón, la independencia política de las y los trabajadores respecto al gobierno y la oposición de derecha (quienes iniciaron la militarización) es fundamental para pelear por demandas democráticas como la desmilitarización inmediata del país y la abolición de la Guardia Nacional. |