Las ventas minoristas se desplomaron el 10,1 % en esta Navidad respecto del año pasado, según informó CAME. “Dura Navidad para la mayoría de los comercios del país”, fue el título del informe de la entidad que preside Gerardo Díaz Beltrán.
Según el relevamiento de CAME realizado en 1.500 comercios entre el 18 y el 24 de diciembre, el 63 % de los negocios tuvo descenso de ventas, pero al mismo tiempo el 51 % tuvo faltantes. Sin embargo, el 53 % de los comercios vendió menos de lo esperado.
La caída en las ventas se debió a la falta de ingresos en los hogares, más comercio informal, y por las reuniones menos numerosas, según la entidad. Según los últimos datos del Indec, el ingreso per cápita familiar está 13 % abajo del año pasado, a precios constantes.
El ticket promedio, según los negocios encuestados, se ubicó este año en $ 1.800, un 39,9 % arriba de 2019 ($ 1.283), que a precios constantes implica un incremento de 2,8 %. Así, las ventas de Navidad quedaron por debajo de las de 2018, cuando se comercializó un 9 % menos que el año anterior.
La baja más marcada la tuvo el rubro de joyería y relojería, con una merma del 23 %. A este rubro le siguieron librerías (-16,1 %); videojuegos, consolas e informática (-15,8 %); bijouterie y accesorios (-15,8 %); electrodomésticos y artículos electrónicos (-12,8 %); y calzado y marroquinería, (-11,9 %).
Respecto a los electrodomésticos, en la baja en las ventas "se notó la caída del poder adquisitivo familiar, la falta de límites en las tarjetas de crédito, la resistencia a tomar muchas cuotas sin interés y el mayor control de gastos".
En el caso de juguetes y rodados, la tasa de variación promedio informada por las tiendas fue de una disminución del 9,8 % anual.
Entre los rubros que menos cayeron se ubicó indumentaria y lencería (-9,5 %); perfumería y cosméticos (-8,8 %); artículos deportivos y de recreación (-8,4 %); textil blanco y ropa de cama (-7,5 %); bazar y regalos (-6 %); y alimentos y bebidas (-5,3 %). Este último rubro tuvo la mejor performance de los relevados.
Las familias tienen menores ingresos por la pérdida del poder adquisitivo de los salarios, y la pérdida de ingresos por el aumento de los despidos.
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