Metrovias sigue a cargo del subte, a pesar de los duros cuestionamientos por el pésimo servicio, la contaminación con asbesto y el reconocimiento de coimas.
A dos días del fin del 2020, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, por intermedio de su empresa estatal Sbase, a cargo de la administración del subte, volvió a renovar la concesión del servicio a la empresa Metrovías.
El grupo Roggio mantiene la concesión del servicio del subte consecutivamente desde el año 1994 con cientos de irregularidades en las distintas licitaciones. Y desde el 2018 venía usufrutuando el servicio del mismo sin licitación, con las sola prorroga y subsidio entregados por el Gobierno porteño.
La empresa Sbase, a través de un comunicado anunció esta nueva concesión, mostrándola como un “contrato moderno” mientras desconoce las decenas de denuncias contra Metrovías a lo largo de todos estos años. Sin ir más lejos hace unos meses nomás descarriló la línea E por mal mantenimiento y por tener vagones con 60 años de antigüedad. O algo que es común para todo pasajero del subte, viaje en la línea que viaje, de encontrarse con inundaciones en las estaciones los días de lluvia.
Sin embargo, Larreta les otorga el aumento de tarifas periódicamente sin exigir siquiera un balance financiero que justifique el mismo y mucho menos analizando el funcionamiento del servicio. Es más, incluso desconociendo fallos judiciales que demostraban lo contrario y mientras se demostró que Metrovías no podía justificar gastos por más de 700 millones de pesos. Este fallo surgió de un amparo impulsado en el 2018 por la diputada porteña Myriam Bregman del Frente de Izquierdas. Mientras, durante todo el año 2019, mes a mes el Gobierno le otorga subsidios millonarios a Metrovias por más de 6.000 millones de pesos.
Al pésimo servicio para los pasajeros se le debe incluir la contaminación de vagones y talleres con asbesto, un material comprobadamente cancerígeno, que los trabajadores vienen denunciando hace años y que no se tomó ninguna medida para resolverlo. Esta desidia empresaria se lleva a cano a pesar de que el presidente de Sbase reconoció la contaminación y a pesar de que varios de sus trabajadores terminaron enfermándose por asbesto.
Ya lo decía Myriam Bregman hace unos años, "Los Gobiernos pasan, Roggio y los curros quedan". Mientras presentaba un proyecto por la reestatización del subte, junto al resto de los diputados del Frente de Izquierda y al metrodelegado y actual diputado bonaerense Claudio Dellecarbonara.
Digan lo que digan desde Sbase, comuniquen lo que comuniquen y a pesar de todas estas denuncias, que se repiten hace años, el Gobierno de Larreta vuelve a beneficiar al Grupo Roggio en la explotación del servicio del subterráneo. Los trabajadores y pasajeros seguirán sufriéndolo, o como también ya es costumbre, enfrentándolo.