En la ciudad de Villa Carlos Paz, hace años que el gobierno municipal intenta sustraer la concesión para la prestación del servicio de agua potable y cloacas a la cooperativa integral. La Coopi es una institución de larga y reconocida trayectoria en la ciudad, brinda servicios públicos de calidad y realiza múltiples actividades culturales y educativas.
La Cooperativa Integral (Coopi), es prestadora de los servicios de agua, cloacas y gas natural –los dos primeros, por concesión del municipio y el tercero en sociedad con este–. Además del agua y saneamiento, brinda otros servicios públicos de calidad como telecomunicaciones en zonas no rentables, el banco solidario de sangre, espacios educativos para jóvenes y adultos, una gran diversidad de propuestas culturales para todas las edades y VillaNos, la radio comunitaria que sostiene una propuesta de comunicación alternativa.
También tiene a su cargo la prestación de agua en municipios cercanos como San Antonio de Arredondo, Cuesta Blanca, Estancia Vieja y Mayú Sumaj, y vende agua en bloque a la Cooperativa de Icho Cruz. No se sabe qué sucederá con la cooperativa, y con la prestación en esas localidades menores, cuando el servicio de agua de Carlos Paz quede en manos del municipio.
Como agravante, el municipio –que pasaría a quedarse con el 80% de las actividades que desarrolla la cooperativa– plantea que absorbería sólo a un quinto de sus trabajadores. Esto significa que, en una decisión estatal unilateral, dejarían a 400 familias sin sustento.
Tal como se viene planteando desde hace años, se trata a todas luces una “tercerización encubierta”, y no de una verdadera municipalización donde el eje esté puesto en el derecho de los ciudadanos a tener un servicio de calidad y a bajo costo. Existen motivos de sobra para presumir que, de consumarse la quita, el municipio procederá a la concesión del mismo a una empresa privada. Conocemos bien las consecuencias que ha traído siempre la privatización de las empresas prestadoras de servicios públicos: los derechos y la calidad de vida de los ciudadanos son convertidos en un negocio, las empresas desinvierten sistemáticamente, la calidad de los servicios cae y los usuarios son castigados con tarifazos reiteradamente. Para muestras, tenemos el ejemplo de empresas como Ecogas y Aguas Cordobesas. A diferencia de estas, la Coopi provee de agua potable de excelente calidad a la ciudad más importante de nuestro valle y otras localidades cercanas, además de sus otras prestaciones.
Por otro lado, el ataque que por estos días lleva adelante el gobierno del Municipio contra los trabajadores de la salud es un ejemplo más –y no menor– de que hay una clara decisión del Estado municipal de ajustar, atacando a todo aquel que se organice y quiera pelear en reclamo por sus condiciones laborales y defendiendo la calidad de los servicios que se brindan. Desde el 31 de diciembre, las y los trabajadores del Hospital Sayago comenzaron a enterarse del cese de contratos, sumando ya 8 despedidos y 6 traslados compulsivos. Dejaron la guardia sin pediatra ni clínico, tampoco hay traumatólogo ya que han sido despedidos. El gobierno de la ciudad, con enorme cinismo e insensibilidad, recorta la salud pública en medio de la pandemia y en un hospital que necesita más personal desde hace años.
Frente a esta situación, ¿Cuál es la perspectiva? ¿Qué podemos hacer frente a estos ataques?
Cuando vemos que los y las trabajadoras de la salud –que inevitablemente dadas las condiciones de precarización y la necesidad de una recomposición salarial urgente, reclaman por sus derechos y su salario– son despedidos y amedrentados; cuando vemos que la Coopi, junto con sus trabajadores y usuarios defienden una labor solidaria de más de 50 años, y la respuesta también es atacarlos; es inevitable llegar a la conclusión de que este tipo de respuestas se verán profundizadas en el próximo período.
Cuando vemos que persiste una situación estructural que es la extendida precarización laboral que pesa mayormente sobre la juventud, y desde hace muchos años y gobierno tras gobierno se sostiene. Son miles y miles de jóvenes que trabajan por temporada en el turismo sin ningún derecho, en negro, de manera temporal e inestable. Que han pasado todo un año desocupados y que ahora se los contrata por salarios de miseria, con condiciones laborales basura. Son los y las invisibles detrás de las luces de los teatros y las cámaras. Para ellos y ellas no hubo ningún tipo de ayuda, ni hablar de hacer cumplir derechos laborales mínimos. Esa gran mayoría de la población trabajadora, que también son los usuarios de los servicios que brinda la Coopi, así como lo son los pequeños comerciantes que no pueden sostenerse y se fundieron por la crisis, esa alianza tiene un potencial enorme para pelear en común contra todos los ataques.
Desde la Red de Trabajadores Precarizados creemos que es el momento para impulsar la coordinación de los sectores agraviados y reunir una gran fuerza social que pueda pelear en común, haciendo frente a estos ataques con unidad y dando estas peleas de conjunto. Hoy por la Coopi para evitar que se privatice, y por los trabajadores de la salud para evitar que se los despida de forma ilegal. También en el corto plazo dar la pelea por las condiciones de trabajo de los y las jóvenes precarizadas. Una gran fuerza social que pueda enfrentar el ajuste. Porque el ajuste sólo se puede enfrentar con unidad y en las calles, luchando, que es como los trabajadores sabemos que se conquistan y defienden nuestros derechos.
Esto podría tomar la forma de una coordinadora en Carlos Paz, llamada desde la Coopi que es una institución histórica y de prestigio en nuestra ciudad. Una coordinadora donde se puedan reunir en común los trabajadores de la cooperativa con los sectores de jóvenes precarizados, los trabajadores de la salud, y todos los trabajadores precarizados del turismo, que podría, por ejemplo, organizar una gran movilización por las principales calles de Carlos Paz, reuniendo así a miles de personas en la principal ciudad turística del interior del país. Y de esta manera demostrarle al gobierno la disposición y una gran fuerza para poder pelear por todas las demandas. Esta, creemos que es la única manera de frenar los ataques del gobierno para imponer una salida de las y los trabajadores.
Una coordinadora de estas características, además de impulsar la auto organización, debería convocar a movilizar a las organizaciones sindicales que tienen la representación de la gran mayoría de los trabajadores como UTHGRA (Turismo, Hoteleros y Gastronómicos), ATE y SEP en el caso de los trabajadores estatales y de la salud, a los fines de sumar mayor fuerza.
Siendo Carlos Paz la principal ciudad turística del país, donde año tras año están puestos los ojos de todo el mundo hablando de su temporada de verano, una coordinadora en estos momentos, impulsada junto a la juventud que año a año trabaja en condiciones precarizadas, pueda organizarse de manera unitaria llegando a los barrios, sería una fuerte voz ante la cual el gobierno municipal no podrá hacer oídos sordos, y un importante impulso para la lucha que están dando. |