Este viernes el Gobierno de coalición PSOE y Unidas Podemos, con la ministra de trabajo Yolanda Díaz al frente; los sindicatos mayoritarios CCOO y UGT; y los empresarios de la CEOE y Cepyme, han retomado sus mesas de diálogo. En este caso se trataba de abordar la ampliación de los ERTE, que concluyen a finales de enero.

A falta de un acuerdo firme, todas las partes han expresado la voluntad de prorrogar esta medida hasta el 31 de mayo, y avanzar en la concreción de esto en las próximas semanas.

La ministra de trabajo ha expresado la voluntad de llegar a un acuerdo antes del 15 de enero por lo que la mesa de diálogo se reanudará sin mucho paréntesis el próximo lunes. Y es que la crisis apremia. No extraña que todas las partes tengan interes por llegar rápido a un acuerdo para prorrogar los ERTE.

El gobierno sigue tratando de ganar tiempo a costa de endeudamiento:

Los ERTE fueron la medida estrella del "Gobierno progresista" para evitar la debacle económica y social. Así se intentó crear un colchón social que evitara el incremento brusco del paro y el malestar social, al mismo tiempo que se inyectaban importantes sumas de dinero a las empresas.

A pesar de todo, la destrucción de empleo registró este 2020 unos niveles sin precedentes, con más de un millón de puestos de trabajo perdidos solo en el segundo trimestre. En el tercer trimestre el paro subió en 354.900 personas, alcanzando una tasa de desempleo del 16,26 %.

Los ERTE tienen además una grave consecuencia: el endeudamiento del Estado que sigue y segurá creciendo de forma exponencial. Aunque los datos varían de mes a mes, el Gobierno dedica mensualmente una media de hasta 5.000 millones de euros en los ERTE (media en septiembre de 2020). Este y otros motivos han hecho que el déficit del Estado se eleve a 75.417 millones de euros, equivalentes al 6,82 % del PIB, tasa cuatro veces superior a la registrada en el mismo periodo de 2019.

Y la patronal, más feliz que una perdiz:

La patronal es la parte que más se beneficia de esta medida. De fondo se trata de una medida de rescate a las empresas en medio de esta crisis. En marzo, tras las primeras semanas de crisis que trajeron 1 millón de despidos, el Gobierno de coalición dio rienda suelta a las empresas para que apliquen miles de ERTE y que fuera el Estado, por un lado, y los trabajadores y las trabajadoras, por otro, quienes tengan que costear la crisis.

El Gobierno anunció la flexibilización de los ERTE como una medida de protección a los trabajadores, sin embargo los ERTE son abiertamente un rescate para las empresas. Los empresarios dejara de pagar sueldos mientras los trabajadores se ven en situación de desempleo temporalmente cobrando una prestación por desempleo que no refleja su salario. Las empresas han estado recibiendo miles de millones del Estado, pero, tarde o temprano, como la misma patronal reconoce, el paro seguirá aumentando y las consecuencias de la crisis actual va camino de derivar en una profunda recesión. Y la patronal se prepara para ello.

Por ello el punto de esta nueva negociación es el coste del despido. Hasta ahora la norma establece que una empresa que despida a un trabajadore en ERTE deberá devolver todas las exenciones fiscales de las que ha disfrutado.

Pero la previsión para los próximos meses, inclusos semanas, en las que llega una nueva ola de la crisis sanitaria, termina la campaña navideña y aumenta el endeudamiento de las familias, es que se viene una ola de despidos que la patronal quiere a "coste cero".

Y por último los sindicatos

Los dirigentes sindicales de CCOO y UGT también están cómodos con la ampliación de los ERTE. Para ellos es la mejor garantía para congelar la economía y evitar los despidos. Y como no, les ayuda a mostrarse como partícipes protagonistas de ese pacto social, que hasta ahora ha servido para amortiguar el descontento pero que tiene enormes límites, los cuales comienzan a expresarse con el aumento del paro.

La medida estrella tiene su límite:

Parece que todo apunta a que la crisis actual no va camino de resolverse. La vacuna parece no borrar las peores previsiones económicas para 2021. Las más optimistas hablan de un incremento del 5% del PIB en 2021. Recordemos que tomando todo 2020 la caida del PIB ha sido de 11,6%. Gobierno, patronal y sindicatos se preparan para esta situación, con bastante acuerdo por el momento en que lo sigan pagando los trabajadores.