En enero de 1913 Henry Ford introdujo la producción en serie para la fabricación de automóviles y las empresas ganaron fortunas. ¿Pero qué pasó con la vida y la salud de los trabajadores? Charles Chaplin nos ofrece unas pistas con su clásico “Tiempos Modernos”.
Henry Ford fue un empresario estadounidense que a principios del siglo pasado fundó su propia empresa y tras una serie de experimentos logró producir su primer vehículo en 1908: el Ford T. El modelo no solamente era muy barato, motivo por el cual fue un éxito de ventas y prácticamente el primer automóvil con el que la mayoría de la población aprendió a manejar, sino que también vino acompañado de una gran publicidad para la época que el propio Ford se encargó de desarrollar en historias y anuncios en cada diario de la ciudad de Detroit, lugar en donde estaba establecida la planta. Todo esto permitió que los concesionarios independientes que vendían el modelo se enriquecieran y que eventualmente surgieran clubs para ayudar al conductor en el uso del vehículo.
Las ventas eran bastante altas para entonces pero literalmente explotaron en 1913 cuando Ford, con la suprema intención de reducir costos y de tener una mayor eficacia en la producción, introdujo la noción de la producción en serie mediante la cadena de montaje. La idea no fue suya ya que en 1900 el pionero de la industria automovilística Ransom Eli Olds la había llevado a cabo con su propio vehículo, pero Ford perfeccionó la técnica y tuvo mejores y mayores resultados.
A partir de entonces, la producción en masa comenzó a aplicarse en distintas áreas de la industria y a medida que fue pasando el tiempo afectó las condiciones de trabajo y la vida de los trabajadores: la mecanización de la producción, los ritmos extenuantes de trabajo, el estrés laboral, la alienación total por el trabajo. Esta realidad fue retratada magistralmente por Charles Chaplin en su clásico “Tiempos Modernos” (1936), agravada por el contexto de crisis y pobreza que atravesaba aquel país.
En este film, mezcla de cine mudo y sonoro que fue escrito, protagonizado, compuesto musicalmente y dirigido por el propio Chaplin, se muestra la realidad de un operario metalúrgico que trabaja apretando tuercas y que va enloqueciendo por el ritmo de la cadena de montaje. Luego se verá envuelto en distintos episodios que tienen aspectos cómicos, pero que de conjunto no dejan de mostrar a toda la película como una crítica social al sistema capitalista y a la enajenación que la explotación laboral le produce al trabajador como la contraparte de las ganancias que se llevan las empresas a costa de esta realidad.
La película está ambientada en la época del crack económico de 1929, durante la Gran Depresión, donde los suicidios y las largas e interminables filas para conseguir un trabajo eran moneda corriente. A los pocos trabajadores que podían conseguir algo se los ve trabajar literalmente como parte de la maquinaria que usaban: el estrés y el cansancio físico y mental generaban crisis de nervios y producían el desquicio total de la persona, tal como le ocurre al personaje de Chaplin que no puede separar su vida laboral de la personal y cotidiana transformándola en una sola al ir por todos lados apretando tuercas.
La deshumanización que el trabajo mecánico le genera a los trabajadores es el punto nodal de la obra, que Chaplin ridiculiza al extremo y cuyas consecuencias físicas, mentales y psicológicas son las que después generan los pasos de comedia que caracterizan a sus películas. Mucho cambió desde 1936 aunque la sed de ganancia de las grandes empresas y capitalistas es la misma: los enormes avances tecnológicos aplicados a las fuerzas de producción bajo su mando no están en función de las necesidades humanas o asegurar mayor tiempo libre o para el descanso sino para el enriquecimiento de unos pocos a costa del trabajo cada vez más extenuante y del esfuerzo de millones.
Será cuestión entonces de dejar de pensarlo de forma individual, anecdótica y natural y empezar a cuestionar, como hace 75 años lo hiciera Chaplin y tantos otros desde el arte, la forma de dar vuelta todo.