El polémico proyecto, impulsado por la intendenta Mariel Fernández, fue aprobado en las últimas semanas de diciembre con una licitación otorgada entre gallos y medianoche. Se trata de la construcción de un predio de tratamiento de residuos de 400 toneladas de basura diarias, que tendrá lugar en las calles Don Bosco y Atahualpa, cercana a Acceso Oeste y Ruta 25.
En el proyecto, el municipio autoriza a una empresa privada su construcción, en el marco del Programa de Gestión Integral de Residuos Sólidos Urbanos (GIRSU) del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible. La planta será financiada con fondos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), cuyo presupuesto es de más de 215 millones de pesos.
Los vecinos sostienen que es un riesgo instalar una planta de este tipo debido a que el lixiviado (el líquido que se desprende de la basura) puede absorberse por las napas del suelo y llegar a los pozos de agua potable ya que no cuentan con agua corriente. También destacan ejemplos de otras plantas de este tipo que traen consigo malos olores y continuos movimientos de camiones no aptos para una zona residencial. Denuncian que los funcionarios no presentaron un informe de impacto ambiental para saber cuáles pueden ser las consecuencias para las zonas aledañas.
Los vecinos de los distintos barrios que se verían afectados ante la instalación de la planta se vienen organizando y movilizando ante el posible inicio de obra en marzo. Si bien el lugar es una zona residencial, los funcionarios afirman que se trata de un corredor industrial, que por su ubicación, facilitan el acceso a la planta y el traslado de los residuos a la planta del CEAMSE.
Ante las problemáticas estructurales de Moreno, tales como la falta de agua potable, cloacas, basurales, calles anegadas, es que los vecinos de los barrios aledaños comenzaron a organizarse en contra de lo que atentan contra su calidad de vida. Exigen una relocalización y continuarán organizándose en defensa de su calidad de vida. |