“El Rubius haciendo un streaming en Twitch”
El Rubius, con casi 40 millones de suscriptores en YouTube, ha comunicado recientemente que se traslada a vivir a Andorra debido, en gran medida, a la presión fiscal que dice haber experimentado en el Estado Español durante 10 años y de la que se ha quejado en varias ocasiones en sus streamings. Pero, a pesar de ser el youtuber con más seguidores en YouTube España y el sexto a nivel mundial (más de 40 millones de seguidores), parece que buena parte de sus ingresos (se calcula que superan los 4 millones de euros anuales) no proceden de YouTube, sino de la plataforma Twitch. Y es que, tras años de monopolio audiovisual en internet de YouTube (propiedad de Google), Twitch es la plataforma que le está haciendo la competencia frontalmente y que le va comiendo cada vez más terreno: la audiencia objetiva de YouTube le dedica progresivamente más horas de visualización a Twitch.
La competencia que Twitch le hace a YouTube es algo que, hasta hace apenas dos años, era impensable.
Los peligros de casos como el del Rubius son muchos, sobre todo por las explicaciones que da a su audiencia en sus streamings diarios. Estas estrellas de YouTube o de Twitch vienen ocupando un lugar similar al que ocupan los futbolistas de élite: son figuras públicas, ídolos de masas que muchas veces se componen de fans verdaderamente jóvenes y tienen asesores fiscales que lo hacen todo para que paguen los mínimos impuestos a Hacienda. Pero hay una gran diferencia entre los futbolistas de élite y estas estrellas de internet: mientras que en el primer caso los futbolistas de élite no suelen dar explicaciones de lo que hacen fiscalmente (incluso aunque llegue a ser ilegal), en el segundo caso los influencers sí dan explicaciones, puesto que viven de su imagen. Su trabajo se basa en una relación directa con su audiencia, con esos jóvenes fans y, cuando se van a vivir a Andorra, dejan por el camino un reguero de justificaciones a sus fans. Así, no es tanto que ellos se vayan, es que en ese ejercicio de irse y debido a que explican su día a día a su audiencia, están normalizando entre millones de jóvenes el discurso de que los impuestos en el Estado Español son “excesivamente altos”, que “los impuestos son un robo” o que “la mayoría se gastan en cosas innecesarias”. Un mensaje que cala y que podemos leer en redes sociales estos días por parte de sus millones de seguidores.
Otro mensaje que cala es que en el Estado Español al hablar de impuestos es que estos “son abusivos especialmente con quienes más ganan”, y es que varios youtubers sostienen que las rentas altas pagan en impuestos el 50% de sus ingresos. En esto consiste muchas veces la justificación de los cambios de residencia a Andorra y es algo que hace tiempo que se ha convertido en un mantra neoliberal que los youtubers se han hecho suyo y que ni siquiera es cierto. Es a partir de los 60.000€/año que se paga el 45% de impuestos en ese último tramo, no se trata de la mitad sobre el total y, siendo rigurosos, ni siquiera se trata de la mitad sobre ese último tramo. Y es gracias a que la clase trabajadora está sustentando lo público que las grandes empresas y fortunas disfrutan de un régimen fiscal español que “las presiona” lo mínimo imprescindible.
¿Lo peor? Que, junto al mensaje anterior en defensa de una fiscalidad baja para las grandes empresas y fortunas, se adjunta otro: “es posible sostener un país con impuestos de hasta el 10% (sobre las rentas más altas), como sucede en Andorra”. Y, como gran ejemplo, se menciona el de la sanidad andorrana. Pues bien, esto tampoco es cierto, un país con ese régimen fiscal es insostenible por sí solo. De los 80.000 habitantes de Andorra se sabe que la mitad no son de Andorra, se trata, precisamente, de que la mitad de sus censados son personas de muy altas rentas que financian un sistema de Salud del que para postres no hacen uso, pues al año estas personas viven 6 meses más 1 día en Andorra. Además, la sanidad andorrana no es pública sino que funciona mediante un sistema de “copago”.
Por otra parte, Andorra dispone de acuerdos para el uso de infraestructuras de los países limítrofes que le suponen un enorme ahorro en su gasto público. El aeropuerto de La Seu (provincia de Lleida) que opera para Andorra es solo un ejemplo. Es evidente que es solamente alterando toda normalidad demográfica y de infraestructuras que le corresponde a un Estado que Andorra puede mantenerse con un máximo de impuestos del 10% sobre las rentas más altas.
La sanidad andorrana se financia con bajos impuestos a la mitad de su población, una mitad de la población que paga por rentas extremadamente altas y que no usa la sanidad andorrana la mitad del año.
Pero llevamos días leyendo estos cuentos de la lechera en las redes sociales, mantras que calan fuerte en su audiencia que no es solo española, sino también latinoamericana. Y lo más peligroso de insistir en este discurso neoliberal es que cale hondo dentro de esta generación, que es la que en un futuro cercano deberá sumarse a la defensa de lo público ante los grandes ataques neoliberales que se vienen con la nueva crisis económica, tanto en el Estado Español como en Latinoamérica.
Que una persona deje de pagar impuestos en España afecta a lo público, pero hay algo que hace más daño que el que estos youtubers se vayan: que esté socialmente más aceptado desprestigiar lo público.
Sin embargo, cuando se habla de que estos streamers están pagando el 50% de sus ingresos en impuestos (cosa que ya hemos visto que no es cierta), estamos hablando de lo que estos streamers ingresan por retransmitir en Twitch, no de lo que realmente generan en estos streams de la plataforma Twitch. El dinero que los streamers de Twitch reciben por sus streams es sólo una parte del total generado, del cual Twitch se queda la otra parte, concretamente, y ahora sí: Twitch se queda el 50% sobre el total generado por un streamer. Siguiendo el ejemplo de las cifras que se barajan estos días con el caso del Rubius: cuando él ingresa 4 millones de euros anuales por parte de Twitch, significa que realmente ha generado 8 millones de euros en ese año.
Twitch se queda con la mitad del dinero generado por el streamer, siendo que el streamer paga impuestos por su mitad y Twitch por la otra. ¿A quién y cuánto?
¿Y quién hay detrás de Twitch? ¿Quién se embolsa esos 4 millones de euros al año solamente por los streams del Rubius? ¿Y dónde tributa Twitch? En cuanto a una perspectiva meramente económica, sobre ingresos y fisco, aquí es donde viene lo verdaderamente sangrante: detrás de Twitch encontramos al gigante Amazon, una empresa que, a pesar de hacer un gran volumen de negocio en el Estado Español, apenas tributa en el Estado Español.
Twitch tributa en el Estado Español mediante Amazon a un 0,7% y prácticamente el resto de la actividad de Amazon en el Estado Español es tributada en Luxemburgo.
Desentrañar el sistema societario de Amazon no es fácil, y esto no es casualidad. En Europa el grupo estadounidense opera a través de cinco compañías y una sucursal con sede en Luxemburgo, cuyo régimen fiscal es más “amigable” para las empresas. Amazon asigna el grueso del negocio, precisamente, a la sucursal de Luxemburgo y éste supera los 20.000 millones de euros al año. Resulta imposible conocer el detalle de las cifras de Amazon en el Estado Español. Sí sabemos, sin embargo, que Amazon opera en el Estado Español a través de filiales, por lo que todo lo que vende a través de su web es lo que factura en Luxemburgo, donde tiene la sede. Sabemos que Amazon acumula una trayectoria de problemas con el fisco en el Estado Español y otros países y que ha llegado a ser sancionado repetidas veces, aunque con multas irrisorias. Y también sabemos que Twitch, mediante Amazon, tributa a un 0,7% en el Estado Español.
Para que el Estado Español tuviera una fiscalidad como la de Luxemburgo haría falta que Luxemburgo tuviera el régimen fiscal español.
Para que el Estado Español fuera “fiscalmente amigable” con empresas como Amazon haría falta que Luxemburgo tuviera el régimen fiscal español, el atractivo fiscal para empresas de países como Luxemburgo se da precisamente a costa de que los países de alrededor no tengan ese régimen fiscal. Por otra parte, para que el Estado Español y cualquier Estado sea sostenible, es necesario que precisamente empresas como Amazon tributen.
En el caso concreto de Andorra, efectivamente, estamos diciendo que su régimen fiscal no es sostenible. Estos sonados cambios de residencia de personas con rentas tan altas son un ejemplo claro estos días pues para que cualquier Estado pudiera sostenerse desde el punto de vista capitalista con la misma fórmula, serían necesarias al menos estas 4 circunstancias:
1. Que el Estado en cuestión doblara su población con personas de rentas extremadamente altas.
2. Que estos nuevos habitantes (+47 millones en el caso del Estado Español) hicieran uso de lo público sólo durante la mitad del año. Con una circunstancia añadida: que su uso de educación y pensiones sea mínimo, puesto que el grueso de estos “habitantes extra” debería estar principalmente en edad productiva.
3. Que el Estado en cuestión tuviera acuerdos con los países de su alrededor para disponer de sus infraestructuras y así disminuir su gasto público.
4. Que todos los países de alrededor tuvieran un régimen fiscal más alto que el suyo para posibilitar que todas estas sinergias se den.
La forma de funcionar de Andorra o Luxemburgo no es casual, sino que está fomentada y facilitada por la oligarquía de los países de su entorno.
Por eso el caso de Andorra no es extrapolable, porque se explica, no tanto por sí mismo, sino por postularse como la excepción, al igual que Luxemburgo. No todos los países pueden funcionar como Andorra porque su forma de funcionar depende de lo que hagan los países del entorno. En otras palabras, su forma de funcionar no es universalizable precisamente porque es insostenible. Y su forma de funcionar tampoco es casual, sino que está fomentada y facilitada por la oligarquía de los países del entorno, siendo territorios mantenidos con el apoyo de las grandes potencias imperialistas justamente para proteger y mimar a ese refugio para los capitalistas. Los paraísos fiscales no son otra cosa que la ejemplificación del expolio y la desposesión a la clase trabajadora. |