César Isella murió hoy a sus 82 años. El artista salteño,padecía una cardiopatía severa desde 2012. A mediados del año pasado había estado internado en el Instituto Cardiovascular de Buenos Aires.
Músico y compositor destacado, Isella fue uno de los emblemas del folklore en el país y en la región, siendo una de las figuras del movimiento Nuevo Cancionero en las décadas del 1960 y 1970.
Su hijo, Fernando Isella, homenajeó a su padre en Twitter: “Mi viejo era un tremendo personaje, muy. Nació en la extrema pobreza de Salta (extrema). Lo salvó la música, la poesía, la palabra”, escribió.
En otro comentario destacó: "En su lucha por una América Latina más justa jamás cometió actos violentos, jamás. Nunca. Y pese a esto, fue raptado y torturado por:
cantar canciones con poesías que te hacían pensar (y no de manera literal). Nos tuvimos que exiliar por portación de guitarra".
La carrera de Isella tomó impulso en 1956 cuando se sumó a un grupo creado tres años antes y que fue decisivo en la música folklórica: Los Fronterizos. Permaneció en el grupo hasta mediados de los 60. Se fue para iniciar su carrera solista después de haber grabado con Los Fronterizos la Misa Criolla de Ariel Ramírez, una de las cumbres de la música popular argentina. Allí se adhirió al movimiento Nuevo Cancionero y conoció a Armando Tejada Gómez, Atahualpa Yupanqui y a una joven figura que deslumbraba con su voz: Mercedes Sosa.
Muchas de sus canciones se convirtieron en verdaderos himnos, como "Canción con todos" (compuesta por él y con la letra de Armando Tejada Gómez). Es autor, además, de “Canción de las simples cosas”, “Resurrección de la alegría” y “Triunfo agrario” (Armando Tejada Gómez), “La Patria dividida” (Pablo Neruda), “Noticia para viajeros” (Julio Cortázar), “Canción para despertar a un negrito” (Nicolás Guillén) y “Crónica de un semejante” (Hamlet Lima Quintana), entre otros sucesos.
Tal como cuenta su hijo Fernando, Isella tuvo que exiliarse durante la última dictadura genocida y regresó al país en 1983. En su carrera, además, fue promotor de nuevos artistas jóvenes, entre quienes se destaca el nombre de Soledad Pastorutti.
También fue director general del Teatro General San Martín, vicepresidente de Sadaic (Sociedad Argentina de Autores y Compositores) y en 2012 fue nombrado mbajador de la Música Popular Latinoamericana por la Secretaria de Cultura de la Presidencia de la Nación.
Fue en ese mismo año que estuvo internado tres veces en el Instituto Cardiovascular de Buenos Aires, por una cardiopatía derivada del tratamiento de quimioterapia de 2012. Este jueves falleció a sus 82 años.
Desde que se conoció la noticia, en redes sociales se multiplican los saludos y homenajes.
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