A raíz de la represión y detención ilegal de ambientalistas en San Nicolás el martes 26 se abrió una polémica sobre la violencia policial. El ministro de seguridad bonaerense Sergio Berni (FdT), el intendente Manuel Passaglia (JxC) y Nicolás del Caño, diputado nacional por el Partido de Trabajadores Socialistas – FITU, dieron cuenta de sus posiciones en distintas entrevistas radiales. Spoiler alert: Berni y Passaglia justificaron la represión y defendieron a la policía; Del Caño repudió los golpes y las aprehensiones y se solidarizó con la defensa del Parque.
La Policía Bonaerense prácticamente desató una cacería contra ambientalistas nicoleños. Los activistas de la Comunidad Nicoleña por el Ambiente vienen resistiendo el avance del intendente Passaglia sobre el Parque Aguiar. Esta área natural protegida cuenta con humedales, lagunas e islas. Con la excusa de la reparación de un tramo derrumbado del camino que atraviesa el parque, los camiones de la Municipalidad ingresan escombros para volcarlos como relleno de las lagunas.
Reprimir para hacer negocios
El intendente Manuel Passaglia justificó la represión declarando que “fue un correcto accionar de la policía”. Como guardias de la especulación inmobiliaria y la depredación del ambiente.
Los Passaglia hicieron del volcado de cemento un negocio fabuloso. Pero no es cemento para vivienda sino para plazas y paseos. En una ciudad con un déficit habitacional trágico, en la que se registran 16.000 familias para acceder al sorteo de 66 casas, el desarrollo territorial de la Municipalidad apunta a la valoración inmobiliaria.
El precio de las tierras linderas a las obras aumenta y crecen los proyectos de torres de lujo y negocios privados, pero la población trabajadora no tiene manera de acceder a una vivienda propia. La breve toma de terrenos en barrio San Jorge del año pasado fue la última expresión de estas condiciones de precariedad, simultánea a las tomas de Guernica en Pte. Perón y Magaldi en Rosario.
La urbanización del Parque Aguiar permitiría una serie de negocios turísticos e inmobiliarios fabulosos. La Comunidad Nicoleña por el Ambiente viene resistiendo los avances del intendente sobre el parque. Con movilizaciones, acampes, presentaciones judiciales y jornadas de concientización, la CONA impidió varias veces el ingreso de camiones con escombros. Evitaban así el relleno de las lagunas y defendían el ambiente del parque.
Reprimir para mantener la injusticia
Sergio Berni se ubicó en la misma vereda que Passaglia: “la policía actuó de la manera que tiene que actuar”. No le importó que no existiera ninguna orden de desalojo ni de detención. El problema de Berni nunca fue la legalidad de la represión, solo le interesa la represión a secas.
“Fuerte con los débiles, débil con los fuertes”. Así intervino siempre el carapintada Berni, que solía infiltrarse entre los huelguistas de Río Turbio para boicotear la lucha obrera. El mismo que pasó la topadora en el Parque Indoamericano y también en la toma de Guernica. El que mantiene en funciones a los policías responsables de la desaparición y muerte de Facundo Castro, y de los asesinos de Ulises Rial y Ezequiel Corbalán. Como Patricia Bullrich, Berni tampoco quiere tirar a ningún policía por la ventana.
Pero toda la bravuconada, las imitaciones de Rambo y la cara de malo que pone contra los jóvenes y los luchadores se esfuman cuando los poderosos rompen la ley. Los millonarios que ocupan tierras ilegalmente sin pagar los impuestos nunca tuvieron que enfrentarse a la represión estatal. Los mismos policías de la Bonaerense llegaron a sitiar las residencias del Presidente de la Nación y del Gobernador de la Provincia, rodeando con patrulleros y las armas en la mano. La respuesta de Berni a los policías sediciosos fue un aumentazo salarial y un vuelco inédito de recursos.
Berni cuenta con el apoyo explícito de Axel Kicillof y de Cristina Fernández. Es que ya ha dado sobradas muestras de lealtad a la hora de proteger un orden injusto cuando los sectores más vulnerables deciden que no quieren soportar más la miseria.
Repudio a la represión y solidaridad incondicional
Nicolás del Caño, en cambio, no dudó en repudiar la represión y en solidarizarse con la causa de los ambientalistas. En su calidad de diputado nacional por el Partido de los Trabajadores Socialistas – FITU impulsa la Ley de Humedales y se sumó innumerables veces a los pedidos de interpelación a los funcionarios de seguridad que ordenan represiones.
Pero la tarea de Del Caño no se limita al ámbito parlamentario. Cuando gobernaba Macri se enfrentó a la reforma previsional tanto adentro como afuera del Congreso, siendo reprimido por las fuerzas de seguridad federales y de CABA. Antes de eso recibió varios golpes y balas de goma cuando apoyaba a los trabajadores de Lear que luchaban contra los despidos; en ese momento Berni comandaba la Gendarmería bajo las órdenes de Cristina Fernández. |