A las 23:30 de ayer, un repartidor rider de Deliveroo colisionó contra un camión de la basura a la altura de Embajadores mientras realizaba una entrega montado en su motocicleta. A pesar de la pronta llegada del Samur y de la asistencia de algunos vecinos, el hombre de 48 años falleció mientras trataban de reanimarlo.
La empresa de reparto a domicilio Glovo rápidamente advirtió que el trabajador no era usuario de su app, a pesar de que las Emergencias aseguran que así era. La empresa se apresuró a realizar este comunicado ya que hace dos años otro rider de Barcelona falleció en circunstancias similares, lo que conllevó a una rápida movilización de sus compañeros y a una escalada de tensión que terminó sepultada bajo un acuerdo económico entre empresa y ayuntamiento para que la cuestión no fuese a los tribunales.
Esto no es un caso aislado y menos una casualidad. Deliveroo, Glovo y el resto de empresas y plataformas "app", explotan a sus trabajadores bajo unas condiciones precarias y abusivas. Así dictaminó la justicia la existencia de 11.000 falsos autónomos bajo esta marca y basta intercambiar con sus trabajadores para comprender la situación: horas incontables de reparto, haga viento o nieve, en plena pandemia, a contrarreloj entre el inseguro tráfico de las ciudades para terminar cobrando una miseria que no da para sostenerse uno mismo.
La falta de la mínima prevención de riesgos laborales y la precariedad es una espiral de desesperación que, tristemente, se ha cobrado una nueva víctima. Contra la voracidad de estas empresas, que priman su beneficio sobre la vida humana, y los gobiernos que no mueven un dedo por tumbar la Reforma Laboral y declarar la guerra a la precariedad es necesaria ahora más que nunca organización y lucha en las calles. |