Esta semana ha sido de protesta para el sector salud en el país. En medio de una campaña de vacunación por etapas que ha estado llena de irregularidades denunciadas por personal de primera línea, las y los trabajadores del sector continúan enfrentando las condiciones adversas con las que llevan casi un año haciendo frente a la pandemia.
Una de estas condiciones es la subcontratación que, por todo el país, reclutó a miles de trabajadores de la salud como parte de la política del gobierno federal para hacer frente a la crisis sanitaria. Hoy, esos contratos temporales han comenzado a expirar, dejando en la incertidumbre a trabajadores como en Tijuana y Guerrero.
Mientras en la frontera norte las y los médicos emprendieron paros hace un par de semanas, en Chilpancingo, Guerrero, decenas de trabajadores de la Secretaría de Salud marcharon este lunes en exigencia de plazas permanentes. Asimismo, denunciaron que el bono covid, incentivo económico para trabajadores de primera línea ofrecido por el Gobierno Federal desde hace varios meses, no les ha sido pagado.
Las y los trabajadores exigieron audiencia con el gobernador de la entidad, Héctor Astudillo. Entre sus demandas está la firma de un nuevo contrato para los cinco mil trabajadores eventuales de la entidad, así como para los 900 trabajadores de enfermería que también enfrentan el desempleo tras haber laborado durante meses como "eventuales".
Por su parte, en Cuernavaca, Morelos, enfermeras y médicos de los Hospitales de Temixco y Yautepec se manifestaron en las instalaciones de los Servicios de Salud de Morelos. Exigen el pago correspondiente al mes de enero bajo la consigna de regulación de la nómina 439 y denuncian que, además, en sus hospitales laboral sin el equipo adecuado.
Según reporta el diario La Jornada, quienes laboran como parte de la nómina 439 llevan cinco años firmando contratos cada seis meses. Esto muestra que la subcontratación de personal de salud no es un asunto nuevo ni un caso aislado.
La existencia de nóminas "eventuales" y "generales" se perfila no sólo como una práctica para atacar conquistas laborales y "ahorrarse" el pago de prestaciones y jubilación para gran parte de la plantilla laboral. Esta división apuesta también a expresarse en la conciencia de las y los trabajadores, generando por medio de la represión y con ayuda de la burocracia sindical, miedo a perder lo ganado y al despido. Contra esta política de división, la primera línea debe estar más unida que nunca, por basificación inmediata de todas y todos los trabajadores del sector, incluyendo a laboratoristas y personal de limpieza, así como de personal de enfermería y paramédicos.
De la misma forma, es importante la unidad no sólo para lograr la basificación, sino para echar abajo la subcontratación de una vez por todas, así como por mayor presupuesto para el sector que se exprese en insumos y mejoras inmediatas a las condiciones de trabajo y hospitalización. |