El pasado lunes tuvo lugar una nueva jornada de lucha de esta comunidad que viene exigiendo algo tan básico como un edificio para su escuela. Docentes, estudiantes, familias y ex alumnos y alumnas de la escuela Carande Carro, junto a organizaciones que acercaron su solidaridad, realizaron una asamblea y a continuación marcharon por el centro de la turística Villa Carlos Paz.
A días que se retome la actividad escolar, el Carande es una escuela sin edificio, a la que el gobierno quiere conformar con dos galpones, que tampoco están listos.
Al gobierno parece no importarle el derecho a la educación de estos jóvenes, ya que, como decía una docente, pone millones en hacer obras caras, como un puente que sirve para sacar fotos, mientras no soluciona el problema edilicio de la escuela pública más grande de la ciudad. Una madre explicó que es una situación que discrimina a los chicos pobres de la ciudad. Hoy la política del gobierno es empujarlos a un galpón que no tiene ni las mínimas condiciones.
Mientras se desarrollaba la movilización se acercó una chica, trabajadora gastronómica, era una alumna del cole que apoyaba la lucha y no podía estar en la movilización porque estaba trabajando. Otra de las alumnas, presente en la manifestación pidió el día en su trabajo para poder participar. No son casos aislados, es una situación normal en una escuela de familias trabajadoras. Se trata del derecho a la educación de estos chicos.
Una situación apremiante
Desde este medio conversamos con dos docentes para conocer cómo es la situación de esta escuela, cómo ven que se articula con la realidad de las demás escuelas de la provincia. Una de ellas nos dijo que “sin duda la situación y lucha del Carande está inscripta dentro de una lucha general que hoy estamos viviendo todas las comunidades docentes y comunidades escolares en general. Somos una escuela que el año pasado comenzó su ciclo lectivo en una plaza, en la Plaza del Avión donde nos estamos convocando todos los lunes en asamblea permanente. Ahí hicimos la apertura del año porque no teníamos escuela. Posterior a la toma de noviembre de 2019 se declaró que la escuela no estaba habitable, por Bomberos y Defensa Civil, y nunca más pudimos volver a ese edificio que hoy, son escombros”.
Ya sin lugar para reunirse, se armaron comisiones y mesas de diálogo. El gobierno prometió levantar un nuevo edificio en el lugar en que estaba el viejo y dos galpones para poder desarrollar las actividades escolares mientras se construyera la nueva escuela. Esta docente nos contó que “esos galpones estaban previstos de estar terminados para abril del año pasado, 2020. Todo fue pre pandemia. Tenemos un galpón de seis aulas de 20 alumnos para una comunidad de más de 600 y otro galpón no sabemos cómo esta porque no nos dejan entrar a ver. Y no sabemos en qué situación está el avance de la obra madre. Aunque si saltás un poquito para ver, están los mismos escombros de marzo de 2020 que fue cuando la escuela se volteó. La situación es muy apremiante. No tenemos un lugar físico donde organizar la bimodalidad que el ministerio nos tira en un pdf. La educación este año va a ser bimodal…bimodal adónde. No sabemos”.
La unión hace la fuerza
Los estudiantes y egresados que tomaron la escuela en 2019 saben que la pelea es dura y que hay que seguirla. No se pueden resignar, tienen que pelear para hacer valer ese derecho a la educación que las leyes dicen que tienen, pero el gobierno les niega.
Las familias y docentes están convencidos que no hay condiciones para que las clases se den en galpones totalmente improvisados, sin ventilación.
Una docente concluía que “necesitamos juntarnos y ser muchos y luchar por algo tan básico como el derecho a la educación. La unión hace la fuerza. Seguir sosteniendo una lucha quizás un poco más activa y sostenida en el tiempo. Es momento de pensar que todos somos trabajadores de la educación y lo que realmente necesitamos es unirnos para lograr lo que queremos. Mejorar nuestras condiciones y en nuestro caso particular, tener un edificio digno”.
Otra docente veía la continuidad de la lucha a la luz de los aprendizajes que hicieron con tantas promesas del gobierno: “nosotros en un momento, cuando fue la toma, teníamos el apoyo de estudiantes y docentes de otras escuelas. Estamos tratando de rearmar de vuelta eso, pero la idea esta vez es no claudicar. Porque esa vez como que nos convencieron, nos prometieron cosas y fuimos bajando la guardia. Esta vez estamos muy firmes en lo que queremos: que hasta que no esté el edificio propio, no los galpones, no vamos a dejar de juntarnos, de luchar, de hacer asambleas. Creemos que es la manera”.
El próximo lunes a las 18 horas se volverán a convocar en la Plaza del Avión. La fuerza está intacta. Si bien la situación del Carande es extrema, la deficiencia de los edificios escolares es un mal de centenares de comunidades educativas. Imaginemos la fuerza que ganaría esta pelea reclamando junto a otras escuelas, sumando la preocupación y la pelea por la educación pública. Imaginemos si los docentes en todas las escuelas con problemas de infraestructura exigieran al sindicato docente (UEPC), que representa a más de 70 mil trabajadores de la educación de toda la provincia, una pelea común con un verdadero plan de lucha para defender la educación y la salud.
Si querés contarnos cuál es la situación de tu escuela, qué mejoras y recursos serían necesarios para un regreso seguro al aula contactanos por mensaje de WathsApp al 3512400706. | 
