La medida fue adoptada por el juez federal de Dolores, Alejo Ramos Padilla, en el marco de una investigación que figura dentro del expediente por el cual se investiga al falso abogado Marcelo D´alessio por espionaje ilegal y extorsión.
Los procesados ahora son Los excoordinadores Nicolás D´Giano, Eduardo Rocchi y Marcos Pannunzio quienes hacían de nexo entre el también procesado exjefe del proyecto AMBA, Pablo Pinamonti. También corrió la misma suerte, pero en otro fallo, el agente Guillermo Coll, quien se desempeñara como jefe de la base de Bahía Blanca.
La causa investiga el funcionamiento de 6 bases de inteligencia dedicadas a tareas de inteligencia ubicadas en el conurbano bonaerense en Ezeiza, San Martín, Haedo (Morón), Pilar, La Matanza y Quilmes, que fueron complementadas con las que ya existían en La Plata, Mar del Plata y Bahía Blanca. Estas bases formaron parte de la Dirección Reunión de la Provincia de Buenos Aires creada durante el 2016.
Para integrar las mismas fueron reclutadas alrededor de 70 personas, que se sumaron a otros 20 agentes que ya cumplían tareas en estas bases.
Según se lee en el fallo firmado por Padilla: “El carácter de la información producida por las bases AMBA es particularmente sensible. Se advierte la consignación de datos personales de los militantes y referentes políticos (DNI, CUIL, domicilios, teléfonos, datos familiares, etc.), la identificación precisa de los locales partidarios o centros comunitarios y los dominios de los vehículos utilizados por manifestantes para asistir a actividades políticas, entre otros”.
Entre las tareas asignadas a los espías también se incluía la de “obtener información en el ámbito de su jurisdicción y mantener actualizada la base primaria de los componentes político, económico, y social” (...) “planificar dirigir y supervisar las actividades de reunión de información que se requieran sobre los factores de poder político”
Como está ampliamente documentado, los servicios de inteligencia se ocuparon de espiar y armar todo tipo de causas contra opositores bajo el Gobierno de Macri. Sin embargo, nada distinto de las prácticas utilizadas por el conjunto del arco político a la hora de utilizar el poder del estado en momentos en que les tocó gobernar, como quedó probado con la utilización del llamado Proyecto X durante el último mandato de Cristina Kirchner, mediante el cual la práctica de espiar a trabajadores, estudiantes y partidos políticos fue también una constante. |