El lunes Joe Biden abrió un nuevo campo de concentración infantil para migrantes no acompañados. Va a albergar hasta 700 niños, desde 13 a 17 años. Este campo fue cerrado durante la presidencia de Trump, quien fue ampliamente criticado por mantener niños migrantes en jaulas - por mantener niños migrantes esencialmente en campos de concentración en lugar de reunirlos con sus familiares en los Estados Unidos. Este campo está siendo reabierto por la administración de Biden.
Esto es absolutamente horrible. Los niños que entraron al campo no tienen permitido irse. En otras palabras, estos niños están presos, apartados de sus familias esperando por ellos en los Estados Unidos. Es exactamente por lo que protestamos en contra durante el gobierno de Trump.
Si lees el Washington Post, suena como un lindo campamento de verano para chicos. Basado en entrevistas con Mark Weber, portavoz de Salud y Servicios Humanos (HHS), Washington Post describe los campamentos:
En el sitio 66 acres, grupos de de remolques beige rodean una carpa comedor gigante, un campo de fútbol y una cancha de baloncesto. Hay una carpa de hospital azul brillante con literas blancas en el interior. Un tráiler de servicios legales tiene la palabra en español “Bienvenidos” en una pancarta en el techo. Hay remolques para aulas, barbería y peluquería. La instalación tiene sus propias ambulancias y camiones de bomberos, así como su propio suministro de agua.
(...) Los miembros del personal usan camisetas a juego en blanco y negro que muestran sus roles: administrador de casos de desastre, apoyo en incidentes, manejo de emergencias. El tráiler más colorido está en la entrada, donde todavía cuelgan en sus paredes flores, mariposas y carteles hechos a mano desde la primera inauguración de Carrizo en 2019.
No le crean a Weber o a los medios capitalistas. Estos centros de detención no son lindos campamentos de verano. Son campos de concentración con un cartel de bienvenida.
Nada podría demostrar más clara y exactamente lo que el Partido Demócrata es: chicos en jaulas con un cartel de bienvenida culturalmente relevante.
Joe Biden llegó a la presidencia fingiendo preocupación por los niños enjaulados y hablando en contra de los múltiples abusos de Trump hacia los migrantes - lo cual rezuma hipocresía dado que Obama era conocido como el “Deportador en Jefe” y expandió enormemente los mecanismos represivos del estado en la frontera. Biden prometió que revertiría las políticas migratorias horribles de Trump que resultaron en cientos de miles deportaciones y separaciones de familias; él prometió que la inmigración sería una de las cosas en las que se enfocaría en sus primeros 100 días y que pondría una moratoria a las deportaciones. Pero ahora que está a cargo, podemos ver la mentira que es esto: los Estados Unidos nunca van a detener las políticas de control fronterizo, que generan millones de dólares en armas y compañías carcelarias privadas que mantienen los pilares del imperialismo estadounidense intacto.
Biden está empleando las mismas políticas que Trump y Obama usaron antes de él: la patrulla fronteriza sigue rechazando a los solicitantes de asilo, las deportaciones continúan sin cesar y los inmigrantes son detenidos de forma inhumana en campos de concentración. Miles de personas fueron expulsadas de Estados Unidos en el primer mes de la presidencia de Biden. Y, sin embargo, Biden quiere que aceptemos los coloridos campos de concentración para niños y lo llamemos una mejora.
No hay que comprarlo. Toda la rabia y el horror que sentimos contra Trump deberían dirigirse contra Biden. Cerrar los campamentos y liberarlos a todos. Abolir el ICE (servicio de inmigración y control de aduanas) y abrir las fronteras. Nada menos.
Artículo publicado originalmente en Left Voice, el 24 de febrero de 2021.
Traducción: Lucía Maquieyra |