El reciente encuentro entre la directiva del gremio SiTAS y la presidenta del PRO, Patricia Bullrich, que se suma a reuniones anteriores con el espacio de Ricardo Bussi y de Cambiemos en la provincia, bajo el argumento de “hablar con todos los que nos quieran escuchar”, abre una discusión acerca de los problemas que trae la intención de separar lo sindical y de lo político, y la imposible “neutralidad” de los gremios que se fomenta como sentido común.
En primer lugar entendemos que fue un gran error de la directiva SiTAS hacer un hecho político de su reunión con la presidente política del PRO, partido de gobierno que nos endeudó por generaciones; que rebajó el Ministerio de Salud a una Secretaría; que ajustó la salud favoreciendo a la salud privada; que no quiere reconocer como profesionales de la salud a la enfermería o los reprime con la policía, como sucedió en el Hospital Borda de CABA y la represión del acampe de enfermeras actualmente con Rodríguez Larreta.
Porque, aunque se pueda argumentar que fueron con un pliego de reclamos propio, nos debilita. Por un lado, porque es una lavada de cara a Patricia Bullrich, que se quiere mostrar "preocupada" por la salud, y por otro, porque le genera expectativa a los trabajadores de la salud en que sus reclamos se puedan resolver con la representante de un partido que le votó en el Congreso al gobierno peronista de Alberto Fernández un presupuesto que reduce un 10% lo destinado a salud.
Estamos convencidos de que los políticos que defienden los intereses de las grandes empresas y especuladores financieros no van a resolver los problemas centrales que nos preocupan, y esto es importante que el conjunto de los trabajadores lo debatan y pongan en discusión.
La importancia de que los trabajadores hagamos política
Desde la agrupación “Salud desde las Bases” queremos abrir el debate sobre la importancia de la política e interpelar al sentido común fomentado por las conducciones gremiales acerca de la supuesta “neutralidad política” que deberían asumir los sindicatos y el rechazo a “hacer” política en los lugares de trabajo, que mayormente se utiliza contra la izquierda.
Es innegable la influencia política de los partidos sobre el conjunto de los trabajadores. Las conducciones sindicales, por lo general, tienen una posición política; que no se las mencione no significa que no exista una adhesión a determinada política. Lo mismo ocurre con las personas que integran las bases de un sindicato, también tienen preferencia política por algún partido.
Intentar dejar afuera de los sindicatos esas preferencias políticas no hace más que confundir y debilitarnos. Esta es una vieja idea que popularizó el peronismo con la frase “de la casa al trabajo, y del trabajo a la casa”, y plantea que los trabajadores tienen que dejar la política por fuera de su trabajo. El problema es que si los trabajadores no debatimos y pensamos la política donde somos más fuertes, en nuestros lugares de trabajo, dejamos la política en manos de los funcionarios de siempre, que viven de la política, con intereses de casta, y que responden a los grandes empresarios, bancos y terratenientes.
Cada decisión contraria a nuestros intereses que toman estos políticos de los partidos tradicionales son una decisión basada en cálculos que no tienen nada que ver con nuestras necesidades y aspiraciones.
Además para los trabajadores de la salud, de los estatales en general, separar lo sindical y lo político es casi como pegarse un tiro en el pie. Nuestros “patrones” son los mismos funcionarios que votamos en las elecciones, si no hacemos política les dejamos vía libre para que tomen decisiones como mantener los salarios congelados, la anulación de la cláusula gatillo, el ajuste general en salud, las persecuciones gremiales o la vacunación VIP.
Por eso los partidos que gobiernan el Estado se han introducido en la gran mayoría de los sindicatos para apaciguar la voluntad de lucha en clave política de los trabajadores, dejando que solo podamos discutir y emprender luchas por salarios. En Argentina fue el peronismo quien comenzó con la coaptación de los sindicatos, estatizándolos y/o fortaleciendo una burocracia sindical para ponerlos al servicio del gobierno o de los patrones. Alrededor del mundo sucedió y sucede esto, y en toda la historia del movimiento obrero internacional fue clave el debate interno para evitarlo y pelear por la independencia de clase en los sindicatos.
En nuestro caso tenemos el ejemplo de ATSA, el sindicato mayoritario, con René Ramírez introducido en la línea política del peronismo que gobierna la provincia y que es el responsable de mantener los salarios de pobreza en la salud, maniatando y anulando la voluntad de lucha de miles de trabajadores. Por eso creemos que luchar por la independencia de los sindicatos del Estado y la democracia sindical es una tarea elemental y que nada tiene que ver con la neutralidad que trata de negar la realidad.
Mas debate y más política entre los trabajadores de la salud
Es importante fomentar la participación política de los trabajadores; que se permitan los debates políticos francos y que, por ejemplo, los sindicatos organicen mesas paneles con los candidatos en las elecciones para que los trabajadores sepan cuales son las propuestas políticas de los partidos y alianzas en las elecciones.
Desde la agrupación Salud desde las Bases en el Frente de Izquierda invitamos a los trabajadores de la salud a que reflexionemos sobre la importancia de hacer política y al debate con los compañeros de los diferentes partidos que militan en los sindicatos, y que la democracia sindical con la libertad de tendencias sea un elemento de fortalecimiento de los espacios gremiales. |