Reproducimos la declaración de la agrupación Universitaria La Izquierda Al Frente y Pan y Rosas UNCuyo ante la resolución de la CONEAU de no acreditar la carrera de abogacía:
En el 2020, en pleno desarrollo de la pandemia, la carrera de enfermería de la UNCuyo no fue acreditada por la CONEAU, impidiendo de esta manera que la Facultad de Cs. Médicas pueda dictar la licenciatura.
En el día de ayer, el mismo organismo rechazó a la carrera de abogacía, una de las más grandes de la Universidad, alegando una serie de incumplimientos en el plan de estudios de la Facultad. Sin embargo, sí dio lugar a la acreditación de la carrera en las universidades privadas.
Esta resolución no está firme y es susceptible de ser revisada, aunque pone en cuestión la continuidad de la carrera. La CONEAU tiene objetivos políticos para desacreditar a la universidad pública y favorecer a las universidades privadas.
Rechazamos a la CONEAU, pero también cuestionamos que la reforma de los planes de estudio se hace entre cuatro paredes. Las autoridades que no pueden garantizar la acreditación son responsables de diseñar una carrera en función de los intereses de los grandes estudios jurídicos y la corporación judicial, con “procesos de aprendizaje” y evaluaciones autoritarias basadas en la repetición memorística de leyes y artículos, sin desarrollo de la necesaria crítica al sistema legal vigente, con libros de doctrinarios como Borda que fue ministro de la dictadura de Onganía.
Las orientaciones relacionadas a la defensa de los derechos de las y los trabajadores, del medio ambiente, de los derechos humanos y la represión institucional, tienen muy pocos recursos en nuestra facultad. Se forma y se fomenta el individualismo, la meritocracia y la competencia, propias de la corporación judicial.
Incluso en sus argumentos para rechazar Abogacía, se señala que no se asegura “un tratamiento adecuado y suficiente del contenido género, del área de Formación Disciplinar Específica”. Hasta la CONEAU advierte que la perspectiva de género está ausente de nuestras facultades mientras se multiplican los casos de jueces y fiscales que desoyen las denuncias por violencia de género.
¿De qué excelencia académica y calidad educativa nos hablan?
En la Facultad de Derecho tenemos que poner en pie un comité de crisis formado por estudiantes, docentes y no docentes para discutir a fondo nuestro plan de estudio. El decano y las autoridades tienen que dar explicaciones, pero no puede quedar en las manos de las mismas autoridades que son responsables de esta situación.
¿Qué es la CONEAU?
En primer lugar vale destacar que la CONEAU es una institución creada por la Ley de Educación Superior menemista con el pretexto de evaluar y acreditar las carreras de las universidades, pero que su objetivo ulterior estaba puesto en avanzar en un plan de privatización y mercantilización de la educación pública, acorde a la década de los 90’.
Este organismo, conformado por representantes de las universidades privadas, funcionarios del gobierno, diputados, senadores y las camarillas gobernantes de la universidad pública, no fue modificado tras 25 años de ataques a la educación pública.
Bajo la LES y la CONEAU ha proliferado el avance de las universidades privadas, los posgrados pagos en las universidades públicas, la degradación de contenidos en las carreras de grado, la injerencia de las grandes empresas en los planes de estudio, la falta de presupuesto y recursos para la investigación y la docencia, entre otros agravantes.
La evaluación y control de la calidad educativa no puede estar en manos de estos funcionarios, sino de comisiones independientes formadas por docentes, estudiantes, no docentes, científicos destacados, y en coordinación con las organizaciones sociales y de trabajadores.
Las autoridades universitarias también son responsables
Sin embargo, no es sólo la LES. Las autoridades universitarias compuestas esencialmente por camarillas del peronismo y el radicalismo es parte de este sistema que degrada la calidad educativa y restringe el derecho a la educación.
La UNCuyo está gobernada por una verdadera casta política de más de 100 funcionarios que mientras cobran suntuosas dietas y se llena de privilegios profundizan una orientación elitista y expulsiva de la universidad. Son ellos los que establecen un sistema de exámenes de ingreso que dejan afuera a miles de estudiantes, como vemos todos los años en el ingreso a Cs. Médicas; el cierre de carreras, la intromisión del Opus Dei y las grandes empresas, la falta de perspectiva de género, escándalos de corrupción como la compra-venta de materias en Cs. Políticas, la precarización laboral con las pasantías, mecanismos expulsivos como las mesas castigos, entre otros.
En la pandemia mantuvieron la Universidad al margen de la crisis social, económica y sanitaria. Para dar solo un ejemplo, el hospital Universitario fue el último en abrir para la atención de COVID y el primero en cerrar. Mientras se dedicaron a establecer una “educación virtual” en base a la precarización docente y la deserción de miles de jóvenes que no tuvieron acceso a la conectividad y que producto de la crisis se vieron obligados a dejar la universidad y trabajar en condiciones precarias. Este camino pretenden continuar en la “bimodalidad”. ¿A qué destinan el presupuesto de $8.300 millones que tiene la Universidad?
Ahora las autoridades no pueden garantizar si quiera la acreditación de carreras frente a la CONEAU.
Defendamos la educación
La encrucijada en la que hoy se encuentra la UNCuyo es parte también de años de ajuste a la educación tanto provincial como nacional. La sumisión al FMI que impuso Macri y sostiene Alberto Fernández implica mayor degradación tanto en la educación, como en la salud, en el trabajo y en las condiciones de vida. Tomemos el ejemplo de las y los trabajadores de la educación que con el SUTE salen a las calles.
La defensa de la educación y la universidad pública está en nuestras manos. Necesitamos Centros de Estudiantes militantes, que organicen al movimiento estudiantil con asambleas y cuerpos de delegados, para que junto a docentes y no docentes, luchemos por más presupuesto, por la democratización del gobierno universitario que sostiene voto ponderado y una minoría estudiantil en los órganos de cogobierno, por eliminar todos los mecanismos expulsivos en el ingreso, permanencia y egreso, la anulación de la Ley de Educación Superior y la eliminación de la CONEAU, y una transformación de raíz de la universidad para ponerla al servicio de los trabajadores y el pueblo, empezando por destinar todos los recursos humanos y materiales frente a la pandemia.
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