El péndulo judicial
Los analistas políticos hablan de “un giro confrontativo” que abriría una nueva etapa del gobierno del Frente de Todos. Ya resignado de aquel “acuerdo social” que tiñó la campaña electoral del 2019, la coalición gobernante parece recostarse en su “núcleo duro” de votantes para afrontar las legislativas del 2021. Desde Juntos por el Cambio, parece que Mauricio Macri dejó la reposera y tiene apuro por presentar su libro "Primer Tiempo". Con acto incluido, dicen que lo hará entre el 15 y 18 marzo.
Las opiniones de los objetivos de este cambio discursivo son diversas, y están mayoritariamente atravesadas por los intereses de las corporaciones mediáticas a ambos lados de la grieta.
Desde las páginas de La Nación, Joaquín Morales Solá lo asume como una batalla, y califica el discurso de Cristina como “sólo el comienzo de una guerra” (de la que también es parte). Con el cinismo de quien defiende la casta judicial, la victimiza “(Cristina) sabe que los jueces no pueden responderle (…) Un gobierno de golpeadores. Agredir a personas que no pueden defenderse es el perverso placer de los golpeadores”. Como si el poder judicial no actuara y respondiera todos los días. Especula con una supuesta propuesta de indulto para Cristina Fernández de sectores judiciales no kirchnerista y cierto núcleo de empresarios, que lo considerarían un mal menor “ante una posible ruptura del sistema”.
El editor de Clarín, Ricardo Kirschbaum habla de la necesidad política del oficialismo de “ganar la elección y ganarla bien para seguir dando esta batalla judicial”. Pero finaliza sacándole crédito a la palabra presidencial: “se sabe que las tarifas se desdolarizarán pero no quedarán congeladas tal como lo explicó, en medio de una bravata, el Presidente, hablándole fuerte a su tribuna para aparentar una cosa y hacer otra. Un clásico”.
“La defensa de Cristina, jaque a los acusadores” dice Mario Wainfeld en Página 12 que lo interpreta como un mensaje de alerta sobre “el más aristocrático de los poderes”, aunque las propuestas en danza “son un reparo correcto e insuficiente para una herida que sangra demasiado”.
Así como es un hecho la corrupción y que es transversal a los distintos gobiernos, también lo es que el poder judicial y los servicios de inteligencia se mueven de acuerdo a los intereses políticos y económicos del momento. A pesar de la “guerra” desde ambos lados de la grieta, el punto que ninguno cuestiona es que la elección de jueces está a cargo del Consejo de la Magistratura. Organismo creado por el Pacto de Olivos entre el peronismo y el radicalismo, está integrado por jueces, senadores y diputados de los dos partidos tradicionales mayoritarios. Es el Frente de Izquierda el que propone que se disuelva ese organismo, la elección popular de fiscales y jueces con mandatos revocables, y eliminar todos sus privilegios de casta.
En casi todos los medios dan por hecho el rumor de la salida de la Ministra de Justicia, Marcela Losardo. Para los medios opositores sería la confirmación de que Cristina es la que manda, y que ocupará el puesto con “alguien de los suyos”. En Infobae, Román Lejtman es el único que lo pone en duda. Dice que Losardo quiere renunciar por hastío pero “Alberto Fernández insiste en su continuidad en el Gabinete Nacional”.
Diego Genoud en El DiariAr analiza la polarización como el reverso de la imposibilidad de un proyecto político que saque al país “del vaivén estancamiento/caída libre que ya lleva casi una década”. Al fin y al cabo, dice, “el imperativo de centro funciona como coartada, es siempre idéntico y busca conciliar un imposible: el apoyo político y social para un programa de ajuste envasado bajo la etiqueta de reformas estructurales”.
Esa polarización también se coló de forma dramática en la represión del gobernador de Formosa Gildo Insfrán. De un lado, Juntos por el Cambio saliendo, nada más y nada manos, que con Patricia Bullrich a repudiarlo. Del otro lado, un oficialismo que cierra filas en defensa de Insfrán a través del Secretario de Derechos Humanos de la Nación. Hace meses que existen denuncias por violaciones sistemáticas a los derechos humanos en Formosa, donde se vive un clima policíaco reforzado en la pandemia, con hacinamientos y condiciones inhumanas en centros de aislamiento controlados por la policía. Pero Alberto Fernández dijo este sábado que “lo están analizando”. ¿Todavía?
Como dijimos el domingo pasado, el gobierno se sube a la ola de la grieta porque tiene las manos vacías para los reclamos y necesidades de las grandes mayorías. En gran medida empujado por Juntos por el Cambio, el giro discursivo parece más un intento de salir de la defensiva, por los problemas económicos estructurales sin respuestas y por el escándalo de las “vacunas vip”. Echar mano a un “contra ataque” que cambie de tema en los grandes medios.
Deuda criminal que se paga igual
Alberto Fernández en su discurso inaugural en el Congreso anunció que iniciará una querella contra el ex presidente Macri y los funcionarios responsables de llevar adelante la estafa de la deuda contraida con el FMI.
Lo primero que debería aclararse es que no es ninguna primicia ni novedad. Como reveló la diputada del FIT Myriam Bregman, ya existen sobradas denuncias en la justicia al ex presidente por ese endeudamiento (varias iniciadas hasta por miembros del Frente de Todos) donde ya hay información sobre la estafa y las irregularidades del acuerdo.
Eduardo Van Der Kooy reconoce que ese “endeudamiento constituyó, sin dudas, una mala política” . Pero sostiene que la salida de divisas del país se origina en “la falta de seriedad de la clase dirigente”. Una forma de construir un relato interesado separando la casta política del empresariado que se benefició de esa “falta de seriedad” con la fuga y la especulación. Es el caso del mismísimo Grupo Clarín, que está en la lista del informe del Banco Central entre los 100 fugadores más importantes de la era Macri. Los nombres que allí aparecen no sólo son empresas ligadas a Juntos por el Cambio, también hay muchas del círculo cercano del gobierno del Frente de Todos.
En Página 12 Alfredo Zaiat vuelve a poner el eje en lo que llama “FMIgate”. Si el domingo pasado afirmó que mostrar las irregularidades del acuerdo servían para regatear algo en la negociación con el organismo, esta vez se inclina a otros objetivos políticos. “La demanda judicial no es por el crédito en sí, sino porque los funcionarios responsables lo definieron y firmaron como si fuera dueños de una mesa de dinero clandestino”. Lo que no se cuestiona es que hay que pagarla, tal como dijo Alberto Fernández el 1º de Marzo. No es una demanda judicial para declararla como deuda odiosa y no pagar esa estafa a costa de pueblo trabajador. Tiene más olor a la campaña electoral. Zaiat parece querer llevar tranquilidad al FMI, y se encarga de enumerar otros casos de investigaciones de deudas (como la de la dictadura militar) para mostrar que fueron inocuas en cuanto a cambiar algo de la dependencia extranjera que ata al país.
Lo mismo aclara Horacio Verbitsky en El Cohete a la luna. “El ministro Guzmán negó que la investigación y la denuncia penal que anunció el Presidente perjudicaran sus gestiones”.
Diego Genoud describe la tranquilidad de “los burócratas de Washington” porque es vox populi que “El Fondo sabe que siempre le pagamos”. Y recuerda que también saben que el gobierno del Frente de Todos ya está tomando varias de las medidas que pedía el organismo: descongelamiento gradual de tarifas, “el fin del IFE y el ATP llegará acompañado por decisiones como el aumento de alquileres y el fin de la prohibición de desalojos”. Se suma a la lista también la nueva fórmula jubilatoria, que dejó los haberes perdiendo por debajo de la inflación.
Pablo Rosendo González es más categórico en su columna de El DiarioAr. Hay fuentes que aseguran que “es el propio FMI el que quiere demorar el acuerdo porque en Washington comienzan a creer que necesitan que el gobierno peronista gane las elecciones para tener una coalición gobernante con un número de legisladores lo suficientemente amplio como para que le permita al ejecutivo aprobar las leyes que harán falta para conseguir el dinero para el repago”. En el FMI antes apostaron por Macri, y ahora apuestan por el Frente de Todos para que paguen y aprueben las reformas de más ajuste que van a pedir. Una vez más, la única garantía para rechazar cualquier ajuste al pueblo trabajador, son los diputados y diputadas del Frente de Izquierda como Nicolás del Caño.
Es conocido que el FMI pide reducir el déficit fiscal con recortes que, como dice Genoud, “sin embargo no deben afectar a los dueños de la Argentina”. Un ejemplo de esta dinámica se verá en los ajustes tarifarios de servicios, que Tiempo Argentino grafica con los subsidios que estima el gobierno para las empresas de producción de gas. El ex vicepresidente del Enargas, Andrés Repar, explicó a ese diario que el precio “fijado para la producción de gas es demasiado alto, incluso como incentivo”. Según sus cálculos las empresas estarían recibiendo incentivos que “a lo largo del año se traducirían en U$S 620 millones de excedente”. Implicaría además que haya una suba para los consumidores de “entre el 26 y el 35 por ciento”.
El retorno de las negociaciones del gobierno con el FMI ya tiene fecha. El 22,23 y 24 de marzo Guzmán estará a Washington para reunirse con Kristalina Georgieva y legitimar la deuda criminal que impide que el gobierno le aumento a los jubilados, como afirmó Cristina Fernández en su alegato. Justo en un nuevo aniversario del golpe genocida, donde todo parece indicar que la militancia del Frente de Todos volverá a abandonar la calle, y sólo el Encuentro Memoria Verdad y Justicia, que nuclea a organismos de Derechos Humanos independientes y a la izquierda, se prepara para movilizar.
Consejo Económico y Social: jugar con fuego
El Consejo Económico y Social se reunió este viernes en un especie de “retiro” en Parque Norte. Participaron sindicalistas, empresarios, referentes de movimientos sociales, funcionarios, académicos y miembros de organizaciones internacionales. Encabezado por Gustavo Beliz, algunos medios relataron cómo fue el funcionamiento de esta primer reunión. Empezaron con una actividad recreativa o lúdica de “integración” donde los participantes jugaban con colores, fotos e intercambiaban sobre sus experiencias personales. Mientras tanto, en el mundo real: 40% de pobreza, casi 21% de desocupación aun con “ley anti despidos”, salarios que perdieron frente a una inflación del 36% en el 2020. Parece un chiste, pero no.
Los que están siendo ajustados, quienes la están pasando mal no están de “retiro” en Parque Norte. Están en la calle, movilizados para hacer escuchar sus reclamos. Bloqueando portones, ocupando sus lugares de trabajo, haciendo paro. Esas trabajadoras y trabajadores, denuncian precisamente a quienes se reunieron en el Consejo Económico y Social. A los empresarios que ganaron más en la pandemia y no les pagan sueldos o quieren cerrar, a esos Ministros que juegan para las empresas, o esa dirigencia sindical que está cuestionada por las bases de sus sindicatos por borrarse y entregar conquistas.
Esta semana, como la anterior, estuvo atravesada también por procesos de lucha. En el semanario de Ideas de Izquierda, Lucho Aguilar y Camilo Mones hablan de una nueva oleada de luchas obreras.
A las ocupaciones de los lugares de trabajo de ArreBeef, Hey Latam y Swiss Just, se sumaron nuevas. En Rosario, trabajadores de YPF tomaron la estación porque no cobran el sueldo hace seis meses y les deben aguinaldos. En Tierra del Fuego, más de 200 operarios de la empresa Digital Fueguina del grupo Garbarino tomó la fábrica en defensa de sus puestos de trabajo y por salarios adeudados.
En Lácteos Mayol, en Cañuelas, los trabajadores realizaron un acampe salarios adeudados. En Mar del Plata fueron las mujeres las que encabezaron una protesta en el puerto de la ciudad. Apolo Fish, procesadora de pescado, despidió a 18 trabajadoras que hacía 7 meses estaban sin registrar y precarizadas. Todas son sostén de hogar.
En Papelera Tucuman, paralizaron la planta y cortaron la ruta exigiendo actualización salarial, contra despidos y retiros voluntarios. “Tenemos que producir 4300 toneladas de papel por mes y este mes superamos el promedio con 5800 toneladas. ¿Dónde está la crisis?” se preguntan los trabajadores que son obligados a hacer jornadas de 12 horas. Lo mismo denuncian trabajadores de farmacias que están en estado de alerta y movilización.
El jueves la ciudad de Buenos Aires fue el epicentro de protestas y paros. La línea B del Subte paró contra la prepotencia de Metrovías que quiere aumentar las frecuencias a costa del romper las “burbujas sanitarias” poniendo en riesgo a trabajadores y usuarios. Los trabajadores de Ternium-Siderar que siguen de paro y bloqueando portones, se movilizaron al Ministerio de Trabajo. La juventud precarizada de las apps hizo un paro y acciones en distintas ciudades del país como Rosario y Neuquén. En Buenos Aires protestaron en el Puente Pueyrredon, donde también anunciaron que votaron una Comisión de Mujeres y que seguirán las medidas.
La docencia y las y los trabajadores de salud son dos sectores donde las protestas son extendidas en todo el país. Las y los docentes están realizando asambleas, paros y movilizaciones en al menos 16 provincias. En el caso de salud, se destacó esta semana la provincia de Neuquén con la coordinación desde debajo de la asamblea inter hospitalaria. Se movilizaron más de 1200 trabajadores hacia la gobernación para llevar sus reclamos salariales y de condiciones laborales. La marcha pasó la sede del sindicato ATE y de UPCN y la bronca se expresó con cantos y gritos contra esa dirigencia: "Se va a acabar la burocracia sindical", "Traidores" y "Que se vayan todos".
Mientras el gobierno nacional le da la espalda a todos estos reclamos que se profundizan, juega a que “se ocupa” creando consejos, reuniones, comisiones. Nuevas burocracias estatales para sacarse una foto pero totalmente inútiles para dar respuesta a los problemas más acuciantes de las mayorías. Mientras la economía sigue atada a la deuda fraudulenta con el FMI, a los especuladores del sector agroexportador, a la timba financiera de los bancos, lo que ofrece el gobierno es un festival de comisiones. Del otro lado, emerge otra fuerza, la clase trabajadora creando sus propias “instituciones”, democráticas, de coordinación y para la lucha.
PostData
Este lunes es 8 de marzo, día internacional de las mujeres. Es un año particular. Hay una nueva oleada de luchas de la clase trabajadora, que tienen su elemento distintivo: las mujeres y la juventud son protagonistas de muchas de ellas. No es para menos. Según un reciente informa de la CEPAL, la pandemia impactó negativamente en la ocupación y en las condiciones laborales de las mujeres en América Latina y el Caribe, generando un retroceso de más de una década en los avances logrados en materia de participación laboral. Graficado en el sector de la salud: más del 73% de las personas empleadas son mujeres, sin embargo tienen ingresos casi un 24% menor que los varones del mismo sector.
Hay otra particularidad: los debates al interior del movimiento de mujeres siempre existieron. Pero con la crisis se hacen más explícitos. Quienes han defendido el objetivo de tener más mujeres en los ministerios de este gobierno y desde ahí dar respuesta a los problemas más acuciantes de trabajo, tierra y vivienda o femicidios, hoy son cuestionadas porque esa estrategia se demuestra equivocada e incompetente hasta dentro de los marcos del estado capitalista. Con un gobierno responsable de la orientación económica que privilegia pagar deudas criminales antes que invertir en refugios para mujeres en situación de violencia, trabajo genuino y vivienda, son cuestionadas por reclamos que surgen desde abajo y sus protagonistas. Por eso habrá una plaza, pero dos actos. Las mujeres que hoy están al frente de las luchas, se van a movilizar con sus banderas en alto. Denunciando al Estado y sus gobiernos. Desde las 14hs con un corte en el centro porteño, y luego marchando de Plaza de Mayo al Congreso. Movilizarse con ellas es para darle fuerza a esas peleas y decirles que no están solas. Que somos muchas las que no les damos la espalda como hacen los gobiernos, empresarios y sindicatos. Le toca al movimiento de mujeres poner toda su fuerza junto a ellas en la calle este 8 de marzo.
Como escribió León Trotsky, “quienes luchan más enérgicamente por lo nuevo, son quienes más han sufrido a causa de lo viejo”. El camino para lo nuevo, es con ellas. |