El 24 de Marzo de 1976 se impuso en Argentina el gobierno de las Fuerzas Armadas en un golpe autodenominado Proceso de Reorganización Nacional. Entre otras cosas, se declaró Estado de Sitio en todo el país, se cerró el Congreso, se ilegalizaron a muchos partidos políticos, las Universidades fueron intervenidas y las principales fábricas fueron allanadas y ocupadas por los militares y miles de dirigentes políticos y sindicales fueron detenidos y desaparecidos. ¿Cuál era el objetivo? Desmantelar las distintas conquistas sociales alcanzadas y particularmente frenar el avance del movimiento obrero, interrumpiendo el proceso de ascenso de la lucha de clases, con un puntapié inicial con el llamado Cordobazo, en 1969.
El movimiento artístico de Teatro Abierto fue una consecuencia de la organización de los artistas frente a este gobierno de censura y desculturización. En este marco de hechos históricos que se iban a desarrollar durante este proceso, una serie de artistas destacados (entre ellos Osvaldo Dragún, Roberto Cossa, Jorge Rivera López, Luis Brandoni y Pepe Soriano) decidieron en 1980 impulsar un movimiento de artistas teatrales, cuyo objetivo principal era demostrar la existencia y vitalidad del teatro argentino, negado al ser un fenómeno cultural eminentemente social y comunitario.
El ciclo comenzó el 28 de Julio de 1981 en el Teatro Picadero; el cual fue incendiado posteriormente por un grupo de comando ligado a los militares. La programación consistió de 21 obras nacionales que se presentaban de a 3 diarias, a partir de las seis de la tarde. Teatro Abierto contó con varios ciclos, aunque se suspendió en 1984 y llegó a su fin en el año 1986. Durante ese período, sirvió como ejemplo para abrir movimientos en otras disciplinas artísticas: en el año ’82 se inauguró Danza Abierta, Poesía Abierta, Cine Abierto y Música Siempre, entre otras, aunque ninguna iba a tener tanta repercusión como sucedió en el ámbito teatral.
Este movimiento nació como un intento de recuperar la dramaturgia censurada en las salas teatrales del país y el silenciamiento en escuelas de teatro del Estado, por parte de los militares. A su vez, a partir de una escritura metafórica, Teatro Abierto se animó a criticar y denunciar el momento sociopolítico que estaba atravesando el teatro argentino, la cultura y el país en general.
Este 24 de marzo se cumplen 45 años de aquel golpe. El gobierno nacional llama a no movilizar, pero no da lo mismo, porque no olvidamos, no perdonamos y no nos reconciliamos. Exigimos que se abran todos los archivos de la dictadura, desde el 74’ hasta el 83’. Es importante tomar el ejemplo de los artistas que impulsaron Teatro Abierto y organizarnos como aquellxs trabajadores de la cultura. Nunca más censura al arte y represión de ningún tipo. Porque hay que terminar con la impunidad de ayer y hoy, por eso te esperamos, tu presencia vale mucho.
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