Días atrás los medios locales y nacionales hicieron eco de la información que trascendió desde Radio Noba, donde informaban que, a puertas cerradas, funcionarios de la Municipalidad de San Nicolás realizaban un partido de fútbol privado. Lo escandaloso de lo sucedido es el contexto en el que sucede. Mientras por un lado nos encontramos atravesando un constante crecimiento en el número de contagios por Covid 19 como parte de la anunciada mundialmente segunda ola, y por el otro a nivel local San Nicolás continúa ascendiendo en el ranking de ciudades con mayor índice de pobreza y desempleo, el intendente y parte de su gabinete municipal deciden utilizar las instalaciones del Estadio único como si fueran de su propiedad.
La puesta en funcionamiento de las instalaciones del Estadio implica un costo de casi 400.000 pesos. Cabe recordar que su construcción ya fue objeto de fuertes polémicas por tratarse de una construcción cuyo presupuesto supero los 75 mil millones de pesos, y que fue inaugurado en plena campaña electoral de 2019. Esta escandalosa inversión se suma a la larga lista de proyectos multimillonarios de los Passaglia, como es el caso de la compra del predio de la Expoagro y el autódromo, adquisición que además fue realizada con fondos que debían destinarse a las escuelas de la ciudad.
Este nuevo capítulo del ejecutivo local no hace más que dejar una vez más al descubierto que las prioridades del municipio se concentran en obras multimillonarias, cuyo mantenimiento mensual también resulta obsceno, mientras son miles las familias que hoy se encuentran sin acceso a la vivienda y a los servicios básicos. Como se confirmaba a fines del 2020, 19 mil familias se inscribían para acceder a planes de vivienda mientras la municipalidad solo destinó 100 casas que fueron sorteadas entre la larga lista de nicoleños que hoy no tienen un techo propio para sus hijos.
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