Este 6 de marzo hay convocatoria a Consejo General de Delegados en el SITUAM, con una orden del día bastante extensa: evaluación de la revisión salarial 2021, las pensiones y la UMA, la Ley General de Educación Superior, el regreso seguro a las actividades académicas y administrativas, agenda laboral, la toma de nota del Comité Ejecutivo, los ajustes al estatuto y el Teletrabajo.

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Esta orden del día tan extensa es reflejo del enorme detrimento de la vida interna del sindicato y sus instancias democráticas, consecuencia de la imposición de la pasividad en medio de la pandemia, cuestión que criticamos desde el inicio de la misma. Pero también es reflejo de que pese a la pandemia, los ataques a la educación pública y a nuestras condiciones laborales y salariales no se detuvieron.

Esta situación nos obliga a dar una respuesta categórica: la pandemia no puede seguir implicando pasividad para nuestro sindicato.

A un año de la pandemia

En medio de la pandemia y la profundización de la crisis económica, el gobierno federal decidió redoblar la austeridad republicana, lo que ha implicado un recorte a todas las dependencias de gobierno que, si bien no se tradujeron en recortes al presupuesto educativo, colateralmente ha tenido un impacto en todo el gremio educativo.

Esto se profundizó con medidas como la aprobación de la Ley General de Educación Superior, el fallo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación sobre el cálculo de las
pensiones en UMA, entre otras medidas.

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A esto se le suma la protesta de nuestros compañeros docentes de asignatura y ayudantes de la UNAM, que alzaron la voz para exigir el pago inmediato de adeudos salariales y su basificación, lo que demuestra que pese a que la mayoría de los trabajadores de la universidad estamos sindicalizados, hay un creciente número de trabajadores administrativos y docentes que no cuentan con estabilidad laboral, como los académicos temporales en la UAM.

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Esto quiere decir que si bien es cierto que para la gran mayoría de los trabajadores de la UAM la pandemia no fue sinónimo de rebaja salarial o despidos injustificados, esto fue parcial ya que no se recontrataron a decenas de docentes temporales ni se les pagaron sus prestaciones de fin de año y por otro lado, no estamos exentos de que se ataquen nuestras prestaciones como con el fallo de la SCJN o la aprobación de la LGES.

Recuperemos un rumbo combativo

Frente a este panorama el CGD no puede detenerse a evaluar uno por uno los ataques que pasaron ya hace meses, es urgente discutir cómo dar respuesta. En primer lugar es necesario apelar a todos nuestros compañeros delegados para reactivar toda la estructura sindical para discutir de manera democrática qué medidas tomar frente a la profundización a los ataques a nuestras condiciones laborales y salariales.

Esta situación requiere la movilización del sindicato atendiendo todas las precauciones sanitarias que nos impone la pandemia, pero sin perder de vista que solo la movilización de los agremiados puede frenar ataque de las autoridades.
Como lo demuestran los docentes de la UNAM hay una situación generalizada de precariedad en todo el gremio, es urgente un pronunciamiento de solidaridad de nuestro sindicato con la lucha docente de la UNAM y un llamado a coordinar la lucha de trabajadores de la educación.

Ya el magisterio combativo salió a las calles de la Ciudad de México para demostrar el repudio a las pensiones y la UMA, es necesario llamar a un plan de lucha unificado a las centrales sindicales que se reivindican democráticas como la UNT, la NCT, la FNSU y la CENSUECIC.

En resumen el CGD necesita resolver un llamado a asambleas departamentales y seccionales junto a la propuesta de discutir un plan de acción que repudie el fallo de la UMA, la LGES, un desplegado de solidaridad con los docentes de la UNAM y la coordinación de las luchas, dónde un primer paso puede ser la asistencia a la asamblea interuniversitaria para el próximo sábado 10 de abril.