Una vez más, Alberto Garzón, líder de Izquierda Unida, referente de Unidas Podemos y ministro de Consumo del Gobierno POSE-UP, abre la mano a un pacto con Ciudadanos. Entrevistado en la Sexta por la campaña electoral en la Comunidad de Madrid, el dirigente de IU y el PCE ve favorable un posible pacto con la formación de Inés Arrimadas de cara a conformar un gobierno en la Comunidad de Madrid. Garzón ha afirmado que lo importante no es “con quién” se pacta sino “el qué”, entendiendo que es posible firmar un programa de “regeneración de la Comunidad de Madrid”. Es decir, de regeneración de las instituciones de la democracia capitalista en Madrid tras la pérdida de legitimidad tras diversos escándalos de corrupción a lo largo de décadas de gobierno del Partido Popular.
Curiosa apuesta la del “ministro comunista”. Pactar un programa que renueve las esperanzas de la clase obrera en un Estado burgués que lo oprime y condena a la pobreza cada día. Pero no resulta sorprendente que Alberto Garzón se abra a esta posibilidad. No sólo por la infinita integración que viene transitando IU y el PCE en el Régimen del 78, sino también porque no es la primera vez que el referente político del PCE y UJCE tiende la mano a Ciudadanos. Hace poco menos de un año ante la posibilidad de que no se aprobase la sexta prorroga del Estado de Alarma, Garzón habló a los medios explicando que veía posible pactar con Arrimadas dicha prorroga, ya que no había tantas diferencias entre Unidas Podemos y Ciudadanos.
En aquel momento el dirigente de IU expresaba que, de no existir un clima de polarización, sería mas visible la cercanía entre ambos partidos afirmando al respecto de la posibilidad del pacto: "Es muy buena noticia que empecemos a abandonar las trincheras que se han estado tejiendo en los últimos años que nos han llevado a una política hostil, de hipérboles discursivas, de exageraciones y de crispaciones que cala en la sociedad"-, decía entonces Garzón en declaraciones en la Ser.
Ahora, en una campaña madrileña marcada por el ‘malmenorismo’ y la subordinación al PSOE como estrategia de la izquierda neorreformista, Alberto Garzón amplía el campo de dicha política: ya no se trata solo de tragar sapos del PSOE, sino que incluso está dispuesto a engullir al batracio de Ciudadanos. Es decir, pactar con quienes gobernaban y quieren seguir gobernando con Ayuso en Madrid, que lo hacen con Vox en Andalucía, y que han sido uno de los arietes del IBEX35 para aglutinar un sector “cool” de la derecha, que es igualmente reaccionaria, proimperialista y españolista que el resto.
Sobre qué programa podrían pactar entre Unidas Podemos, PSOE, Más Madrid y Ciudadanos, basado en la “regeneración”, podemos intuir que sería uno favorable a “los buenos negocios”. Porque, a fin de cuentas, la defensa del capitalismo (más o menos humanizado dependiendo el caso), es el gran rasgo en común de todas estas formaciones, que de un modo más abierto o maquillándolo con cierto toque social, han legislado y actuado en consonancia con los intereses de los grandes capitalistas. Por ello, la posibilidad de que tanto desde Unidas Podemos como Más Madrid haya disposición a pactar con quien fuera el fugaz hijo predilecto del IBEX35 es una consecuencia lógica de su propia política. Parafraseando a Lenin, el derechismo siempre termina siendo la etapa superior del ‘malmenorismo’.
Este 4M, la salida no es votar por quienes quieren pactar con la derecha "cool" para que gobierne el PSOE. Hay que construir otra izquierda independiente de los partidos del régimen: anticapitalista, revolucionaria y para la lucha de clases. |