La llegada de la segunda ola de la pandemia del COVID-19, tal como hace un año comienza a ser un problema crítico también en los penales. Las denuncias de familiares también ocurren en el penal de Villa Urquiza (Tucumán).
Tras el hisopado a un detenido (cuyo resultado aún no se dió a conocer) que fue aislado, las autoridades decidieron aislar y quitar las visitas a toda la Unidad donde se encuentean cientos de jóvenes de entre 18 y 21 años.
Est situación a desató una revuelta por parte de los internos, que fue duramente reprimida por la infantería y la propia guardia de la Unidad. No contentos con eso sometieron a todos a torturas físicas y psicológicas.
Familiares comunicaron que "los tuvieron desnudos, de rodillas, ¡durante cinco horas! en las cuales fueron golpeados, humillados, insultados". Según comentan, con un dejo de resignación, es una práctica habitual e ilegal la de la fuerza policial de cometer este tipo de abusos y atrocidades.
"Ellos (los detenidos) quieren denunciar esa situación. Se amotinaron porque les privaron de las visitas. Los tienen detenidos (menores y personas alojadas por ser ingresos recientes) como si estuvieran bajo un régimen de máxima seguridad, donde pasan 23 horas encerrados en una celda para cuatro personas en situación de hacinamiento y con un baño precario. Aislaron a toda la Unidad. Una vez que cruzás el portón, tus derechos y los derechos humanos ya no existen, comenzás a ser un títere del servicio penitenciario y su corrupción", denunciaron. |