Como un cuento de nunca acabar, repitiéndose la misma historia el gobierno de Sebastián Piñera declaró nuevamente que recurrirá al Tribunal Constitucional (institución de la dictadura pinochetista) para frenar un tercer retiro de los fondos de pensiones.

Para nadie ha sido indiferente que una nueva cuarentena para el pueblo trabajador ha sido sinónimo de cesantía e incertidumbre, tanto a nivel económico como a nivel sanitario, debido a la estrategia fallida del gobierno, que con el triunfalismo de la vacuna apostó todo contra el virus y perdió. El colapso hospitalario cada día es un tema a tratar, el agobio de las y los trabajadores de la salud quiénes ya no son vistos como héroes como quiere que sea el gobierno, sino que como trabajadores y trabajadoras sobre atareados y carne de cañón de las fallidas decisiones del gobierno.

Es en este marco que la exigencia a mayores ayudas sociales se hace patente para millones de familias, que ya pasaron una primera cuarentena y no están dispuestos y dispuestas a pasar una segunda cuarentena en las mismas condiciones. La posibilidad de un tercer retiro está siendo un hecho y votado en las comisiones de la cámara de diputados, pero el gobierno ya declaró que nuevamente se opondrá a la medida.

En un escenario, que ofrece nuevamente suspensiones laborales y despidos por la Ley de protección al empleo, votada por la derecha junto a parlamentarios del Frente Amplio y el Partido Comunista, es necesario impulsar dar una respuesta para que esta crisis no la sigamos pagando las y los trabajadores junto al pueblo, es necesario un gran movimiento de trabajadores, jóvenes y el pueblo por un verdadero plan integral para afrontar la crisis. Mientras los grandes millonarios, como el magnate Luksic acrecientan sus ganancias en pandemia, somos millones de trabajadores y desempleados quienes debemos pagar la crisis con nuestros ahorros y deudas.

Un verdadero plan de emergencia para paliar la crisis se sostendrá con un impuesto permanente a las grandes fortunas, y por medio de la renacionalización de los recursos naturales, como la gran minería del cobre, para que vayan directamente a nuestros derechos sociales, como lo son la vivienda, la salud y la educación. Junto con esto, es necesario pelear por un salario mayor a la canasta familiar básica, y prohibir los despidos, que sólo es una medida de los empresarios para mantener sus ganancias a costa de la desocupación y la precariedad de las y los trabajadores.