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Previendo un partido muy duro por el antecedente cercano del 2-2 en la fase de grupos, el Tata Martino apostó a otra formación en relación a aquél partido (que tuvo a Banega y Roncaglia de arranque), pero similar a los últimos encuentros. Esta vez con Biglia y Zabaleta consolidados entre los 11, sumándole a Demichelis que ingresó a último momento por un malestar estomacal de Garay.
Antes del encuentro se habló más del árbitro que del juego, ya que fue designado el brasilero Ricci, de flojo desempeño en el partido Chile- Uruguay, caracterizado por su rapidez para sacar tarjetas amarillas, que podrían marginar a Messi, Mascherano y Agüero, condicionados debido a que una tarjeta más los dejaría afuera del siguiente partido.
Argentina arrancó con mucho traslado en una cancha rápida y el equipo de Ramón Díaz sin poder hacer pie, aprovechó contragolpes y faltas para acercarse al área rival, por medio de Santa Cruz y Haedo Valdéz, con capacidad de aguantar la pelota o meterla de cabeza.
A los 14 minutos, Messi ejecuta un centro perfecto para la definición de Rojo, quien gira en el área y marca el 1-0. El 2-0 no tardó en llegar en los pies de Pastore a los 26’: Remate abajo desde afuera del área, tras un pase de Messi. La asociación que buscaba el Tata empieza a dar sus frutos.
Durante la primera etapa Paraguay sufre las lesiones de Derlis González y Santa Cruz que aumentan su desconcierto. Con más fuerza que juego, llegaron al descuento por medio del ingresado Lucas Barrios, con un disparo fuerte clavó el 2-1, después de un error defensivo de Otamendi, producto de la vocación argentina por salir jugando para elaborar ataques más precisos.
El equipo de Ramón Díaz terminó el primer tiempo dejando una buena imagen: si bien sólo complicó por medio de llegadas esporádicas, pudo descontar y animarse a atacar. El equipo del Tata desarrolló su mejor juego en lo que va de la Copa, con pasajes de buen fútbol que llevaron peligrosidad al arco rival.
La segunda parte consistió en un espectáculo cuyo único protagonista fue la selección Argentina. A los 3’, tras pase milimétrico de Pastore, Di María define al segundo palo, imposible para Villar.
A los 7’, Di María mete su segundo gol, y el cuarto que termina por liquidar las aspiraciones del equipo rival: jugada típica de Messi, enganchando para adentro, pasa a tres rivales, le cede el gol a Pastore, que remata y tras tapada del arquero, el fideo la empuja con el arco a su disposición. Los cuatro goles realizados, igualaron la cantidad que el equipo había hecho en toda la Copa América.
Durante el período final del encuentro, con llegadas de ambos sin peligrosidad, el cuerpo técnico nacional decidió cuidar a algunos que estaban al límite de amarillas y hasta hubo lugar para dos goles más.
El 5-1 llegó a falta de 10’, con un cabezazo de Agüero después del centro de Di María. Para coronar el 6-1, marcó el recién ingresado Higuaín, con Messi nuevamente como protagonista. Al capitán no le hizo falta convertir un gol para ser la figura, asistiendo en los goles y participando de cada ataque. Luego del triunfo afirmó: “Sabíamos que cuando entrara un gol, iban a caer todos”.
El sábado a las 17 hs Chile recibirá a Argentina en el Estadio Nacional. La rivalidad deportiva se tradujo en hostilidad entre las hinchadas de ambos países. Cantitos xenófobos y silbidos de los himnos, no son ajenos a sectores de todas las parcialidades.
Chile es local, tiene el mejor equipo de los últimos años y no va a tener otra oportunidad como esta de ganar su primera Copa América. Del otro lado, esta generación de futbolistas argentinos mostró convicción, con un equipo consolidado, que no traiciona sus principios y va por este camino en busca del triunfo para volver a poner a la Argentina en lo más alto de América como en el año ‘93. |